Familia : Asphodelaceae

Texto © Prof. Pietro Pavone

Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende

Aloidendron pillansii es una especie suculenta arbórea en peligro crítico de extinción © Hafeez Sonday
Aloidendron pillansii (L. Guthrie) Klopper & Gideon es una planta suculenta descubierta en octubre de 1926 por el botánico sudafricano Neville Stuart Pillans (1884-1964) en una remota zona árida y pedregosa de colinas en Anisfontein, en la región de Richtersveld, en la frontera con Namibia (Sudáfrica).
Fue descrita en 1928 por Luisa Guthrie (1879-1966) como Aloe pillansii en honor a su descubridor. Inicialmente se incluyó en el género Aloe por su afinidad con Aloe dichotoma (actualmente Aloidendron dichotomum), pero difería por presentar menos ramificaciones, hojas más grandes e inflorescencias con estambres menos sobresalientes.
En 2013, los botánicos sudafricanos Ronell Renett Klopper (1974–) y Gideon Francois Smith (1959–), basándose en datos moleculares y en caracteres morfológicos, consideraron oportuno dividir el género Aloe para agrupar únicamente especies pertenecientes a un conjunto monofilético. De esta manera se instituyó el nuevo género Aloidendron (Phytotaxa 2013, 76(1): 7–14), que incluye plantas de porte arbóreo o arbustivo con ramificación dicotómica y hojas suculentas. Actualmente, este género comprende seis especies originarias del África austral, incluida una de Somalia.
Se trata de plantas suculentas arborescentes consideradas especies indicadoras de los ecosistemas desérticos, tanto por su tamaño ,que puede alcanzar hasta 12 metros de altura , como por su longevidad, que oscila entre 300 y 450 años. Poseen una notable tolerancia al calor y habitan en regiones donde las temperaturas estivales pueden superar los 50 °C. Por ello, las especies del género Aloidendron son auténticos íconos de los desiertos del África meridional. El género se caracteriza por un número cromosómico de 2n = 14.
Vulgarmente, Aloidendron pillansii se conoce como “Árbol aljaba gigante”, del término Afrikáans «Reuse kokerboom», en alusión a las grandes dimensiones de sus tallos huecos en comparación con los de la especie afín Aloidendron dichotomum, que los bosquimanos empleaban para fabricar aljabas o estuches destinados a contener flechas, que llevaban colgadas al cinturón, a la silla del caballo o a la espalda. Otro nombre común es “Árbol aljaba bastardo”, así llamado porque en la región de Richtersveld existen poblaciones humanas racialmente mixtas (birraciales), formadas por descendientes de indígenas africanos y colonos europeos.
La etimología de Aloidendron combina el nombre del género Aloe, asignado por Plinio (quizás derivado del griego «ἅλς, ἁλός háls, halós», mar, sal, o del árabe «aluat», amargo, por el sabor del jugo), con «dendron», que en griego significa “árbol”. Por lo tanto, el nombre compuesto describe la característica distintiva del género, que incluye plantas de porte arbóreo. El epíteto específico deriva del nombre de su descubridor, Neville Stuart Pillans.

Crece en desiertos con temperaturas superiores a 50 °C. Alcanza los 12 m de altura y vive entre 300 y 450 años © Joachim Louis
Aloidendron pillansii es una planta arbórea, perenne, suculenta, con ramificaciones dicotómicas y corteza frecuentemente fisurada longitudinalmente. El tallo está recubierto de una sustancia blanca y polvosa, especialmente en los ejemplares más jóvenes. La corteza, de color amarillento a pardo, se desprende con la edad de la planta, dejando bordes afilados en la parte inferior del tronco.
Las hojas, dispuestas en rosetas apicales, son curvadas y lanceoladas (50–60 × 10–12 cm), de color verde grisáceo o verde parduzco, con superficie lisa tanto en el haz como en el envés. Los márgenes presentan pequeños dientes blancos de 1–2 mm de longitud, separados entre sí por 5–8 mm.
Las hojas jóvenes presentan un aspecto glauco, rasgo distintivo que permite diferenciar esta especie de otras estrechamente relacionadas, como Aloidendron dichotomum (Masson) Klopper & Gideon F. Sm.
La inflorescencia es una panícula de unos 50 cm de longitud, que se eleva horizontalmente hacia arriba con racimos individuales de hasta 15 cm y un máximo de 30 flores. La inflorescencia que se forma entre las hojas más bajas cuelga hacia abajo.
Las flores, de unos 50 mm de longitud, presentan seis tépalos soldados que forman una estructura tubular (perigonio) de color amarillo. Los estambres y los estilos son rectos, con filamentos glabros y generalmente poco sobresalientes de la apertura floral. La floración comienza a finales de la primavera (octubre) o a inicios del verano (diciembre), aunque durante períodos de sequía puede no producirse.
Las flores generan abundante néctar que atrae hormigas, abejas y aves de la familia Nectariniidae.
Se han observado, en efecto, aves nectarívoras de pico largo como la Néctarinia malakita (Nectarinia famosa) y el Azucarero del Cabo (Promerops cafer). También la Néctarinia pequeña de doble collar (Cinnyris chalybeus) y la Néctarinia vientre anaranjado (Anthobaphes violacea) han sido vistas sobre las flores de Aloidendron dichotomum, pero, debido a su pico relativamente corto, que difícilmente alcanza la base de las flores, podrían robar el néctar perforando la parte inferior del perigonio, como se ha observado en otras plantas del Cabo con perigonios de longitud similar.
Los frutos son cápsulas esféricas que comienzan a madurar en diciembre. La dehiscencia ocurre mediante fisuras a lo largo de las suturas de los carpelos (cápsula septicida), liberando numerosas semillas de consistencia papirácea que son dispersadas por el viento (diseminación anemocora).
La germinación de las semillas se produce solo si hay agua en el suelo, y durante los primeros 3–5 años tras la germinación requieren abundantes lluvias anuales. En suelos secos, las semillas pueden permanecer viables hasta un máximo de 5 años.

La inflorescencia, ubicada entre las hojas inferiores, es una panícula de unos 50 cm que también produce 30 flores ricas en néctar que atraen hormigas, abejas y pájaros © Karel du Toit
Aloidendron pillansii está clasificada en la Lista Roja de la UICN como especie en peligro crítico de extinción (CR, Critically Endangered) debido a diversos factores que han comprometido su hábitat. En los últimos años se ha registrado una mayor mortalidad de plantas jóvenes, tanto por la recolección ilegal con fines comerciales como por el sobrepastoreo de cabras y asnos. Además, la sequía prolongada derivada del cambio climático ha reducido desde 2015 la disponibilidad de forraje, obligando a los animales ,en particular a los Babuinos , a alimentarse de esta planta.
Según una evaluación reciente, se estima que la población de Aloidendron pillansii ha disminuido al menos un 61 % en los últimos 300 años. Actualmente quedan menos de 9.000 ejemplares, lo que justifica su estatus de especie en peligro crítico. La mayoría de los individuos se encuentra dentro del Parque Transfronterizo Ai-Ais/Richtersveld, una vasta área de paisajes desérticos montañosos que incluye el Parque Nacional Richtersveld de Sudáfrica y el Parque de las Fuentes Termales de Ai-Ais (Ai-Ais Hot Springs Game Park) de Namibia.
Con el fin de aumentar el número de plantas para su reintroducción, la agencia de Parques Nacionales de Sudáfrica (SANParks) ha distribuido semillas a diversos viveros y comerciantes, pero las modificaciones irreversibles del hábitat, en parte debidas a las actividades mineras, han hecho imposible la realización del proyecto.

Los frutos son cápsulas esféricas que se abren a lo largo de las suturas de los carpelos, liberando numerosas semillas papiráceas que se dispersan por el viento © Andrew Hankey
Para reducir el riesgo de extinción, esta especie se ha incluido en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Además, Sudáfrica ha considerado necesario protegerla mediante su Ley sobre la Conservación de la Biodiversidad y los Recursos Genéticos (National Environmental Management: Biodiversity Act 10 of 2004). De este modo, para su exportación, además del permiso CITES, se requiere una autorización nacional.
Aloidendron pillansii no posee usos medicinales conocidos como Aloe vera, pero es una especie muy apreciada en jardinería; puede encontrarse en jardines privados y públicos de toda África meridional. En algunas zonas propensas a incendios, varios ejemplares se utilizan como cortafuegos naturales alrededor de las viviendas.
La planta crece bien a pleno sol y con poca agua, en suelos arenosos, rocosos y bien drenados. Las hojas y raíces suculentas, así como los tallos fibrosos e hinchados, funcionan como reservas de agua, y el polvo gris que recubre los tallos refleja el intenso calor lejos de la planta.
En el pasado, las poblaciones indígenas utilizaron la madera fibrosa de los árboles muertos, que posee propiedades refrigerantes, para conservar agua y alimentos.
