Familia : Cistaceae

Texto © Prof. Paolo Grossoni

Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende
Cistus laurifolius L. (1753) pertenece al género Cistus L. (1753), familia Cistaceae Juss. (1789). El epíteto específico laurifolius destaca que sus hojas, por su forma y color, recuerdan a las del laurel (Laurus nobilis L.).
En italiano se le conoce comúnmente como ‘cisto laurino’, ‘cisto maggiore’, ‘cisto a foglie di lauro’; en francés, ‘ciste à feuilles de laurier’; en inglés, ‘laurel-leaved cistus’, ‘laurel-leaf cistus’, ‘laurel-leaved rock rose’; en español, ‘estepa de montaña’, ‘estepa negral’, ‘jara de montaña’; en alemán, ‘Lorbeerblättrige Zistrose’, ‘Lorbeer-Zistrose’.
Es un arbusto perenne que puede alcanzar una altura de 150 (200) cm. La copa, densa y no muy extendida, presenta ramas con crecimiento ortótropo pero, si se encuentra a la sombra, adquiere un porte postrado, expandiéndose de forma desordenada para alcanzar zonas más iluminadas.
Las ramas jóvenes son inicialmente grisáceas, viscosas, con una densa pubescencia, incluso glandular; luego, la corteza (ritidoma) se vuelve glabra, adquiere un color que va del rojo verdoso al pardo, y finalmente se desprende en largas tiras. El crecimiento anual de los brotes se detiene con la llegada de las altas temperaturas estivales.

El área de distribución de Cistus laurifolius se divide en dos sectores casi completamente separados: el occidental (Marruecos, península ibérica, sur de Francia) y el oriental (Grecia y Turquía europea, península de Anatolia y cuenca del mar Negro). Con la excepción de Grecia, está ausente en la península balcánica y en las islas del Mediterráneo © Lesuridantar
Las hojas son simples, opuestas y decusadas. Están entre las más grandes del género, pudiendo alcanzar los 8(9) cm de longitud y los 30 mm de anchura. El pecíolo, que envuelve la ramita en su base, es corto (7-20 mm) y está densamente pubescente. La lámina es ovado-lanceolada, con el margen entero y ligeramente ondulado; la parte apical se estrecha gradualmente hasta terminar en un ápice más o menos alargado. La cara superior es glabra, brillante y de un verde intenso, mientras que la inferior, blanca en las hojas jóvenes por la densa tomentosidad, se vuelve luego de un gris claro; la nervadura principal está acompañada por otras dos menos evidentes, que discurren casi en paralelo. Las hojas se abscinden unos quince meses después de su brotación.
Las flores, hermafroditas y actinomorfas, son bastante grandes (4-6 cm de diámetro), claramente efímeras y se agrupan en conjuntos de 4 a 8, en inflorescencias cimósas más o menos umbeliformes y con largos pedúnculos.
La corola está compuesta por 5 pétalos blancos, sin uña basal amarilla. El ovario, súpero, está formado por 5-6 carpelos. El pistilo presenta un estilo muy corto (prácticamente inexistente) y está rodeado por numerosos estambres de color amarillo.

Las hojas, simples, opuestas y decusadas, entre las más grandes del género, pueden alcanzar los 8–9 cm. A la derecha, detalle de una flor en botón © Víctor Huete Pelaez (izquierda) y © Franck Curk (derecha)
El cáliz está formado por 3 sépalos ovales de unos diez milímetros de longitud, tuberculados, cubiertos por una pubescencia que luego se reduce considerablemente. La floración sigue poco después del brote: comienza en mayo y continúa al menos durante todo el mes siguiente, reanudándose ocasionalmente al final del periodo de sequía estival. Las flores son intensamente visitadas por numerosos insectos.
Los frutos maduran a comienzos del otoño; son cápsulas loculicidas de unos diez milímetros de largo, redondeadas o ligeramente ovadas, divididas en 5 lóculos que, al madurar, se abren por las paredes laterales, liberando numerosas semillas muy pequeñas y ligeras (0,8-0,9 mg), que se dispersan por el viento, la lluvia o los animales.
El número cromosómico es 2n = 18. El sistema radicular es robusto y puede extenderse hasta 3-4 metros de distancia, penetrando más de un metro en profundidad. Especialmente durante los primeros años de vida, en zonas donde las temperaturas invernales pueden mantenerse varios días entre -12/-15 °C, es recomendable acolchar las raíces. Es una especie heliófila, termófila

Las flores efímeras, hermafroditas y actinomorfas, son bastante grandes y se agrupan en grupos de 4 a 8, sobre inflorescencias cimósas de aspecto más o menos umbeliforme y con pedúnculos largos © Dominique Hämmerli
Requiere inviernos suaves y veranos cálidos y secos, pero al poder tolerar bajas temperaturas, puede cultivarse al aire libre incluso en regiones del centro-oeste de Europa con clima oceánico, siempre que no esté expuesto a vientos fríos ni a encharcamientos.
La tolerancia al estrés hídrico se basa en la eficiencia del sistema radicular y en la capacidad de las células de los parénquimas para controlar la deshidratación.
Prefiere exposiciones soleadas o ligeramente sombreadas, con suelos pedregosos o arenosos, bien drenados, pobres en nutrientes (oligotróficos) y descalcificados. En estos ambientes forma parte de matorrales más o menos degradados, garrigas, pastizales y cultivos abandonados; también puede encontrarse en el sotobosque de pinares, encinares y robledales caducifolios, siempre que pueda recibir luz directa. Especialmente en zonas donde la vegetación leñosa ha sido eliminada por el fuego o por la acción humana, puede formar poblaciones muy extensas.
Cistus laurifolius es una especie pirofita, que reacciona muy bien al paso del fuego, ya sea reactivando yemas “dormidas” del cepellón basal no dañadas, o protegiendo la capacidad germinativa de los embriones gracias a la dureza de los tegumentos y a la estructura del embrión. Cistus laurifolius es una especie estenomediterránea.
Su área de distribución se divide en dos sectores casi completamente disjuntos: un sector occidental (Marruecos, península ibérica, sur de Francia) y un sector oriental (Grecia y Turquía europea, península de Anatolia y cuenca del mar Negro). Con la excepción de Grecia, está ausente en la península balcánica en las islas del Mediterráneo.
Casi como una “bisagra” de conexión entre los dos sectores, en las laderas meridionales del Pratomagno (Toscana) se encuentra la única estación espontánea italiana. Esta es la única del área central de la cuenca mediterránea, ya que las demás poblaciones italianas, aisladas entre sí, han desaparecido, mientras que la población de Córcega ha resultado ser de origen artificial.
Cistus laurifolius es una planta melífera y, aunque sus flores individuales se marchitan dentro del segundo día, la planta puede continuar floreciendo durante unos dos meses, representando así una fuente continua de alimento para numerosos polinizadores. Esto constituye una ventaja no solo para otras plantas (incluidas las cultivadas) visitadas por la entomofauna, sino también para toda la cadena trófica asociada y, por supuesto, para la producción y comercialización de miel.

Pueden alcanzar los 6 cm de diámetro. Los estambres, como en todos los Cistus, son ricos en polen © Robert Combes.
Además de la miel, apreciada por su aroma y sabor, también la producción de resina , secretada por los pelos glandulares y rica en derivados oxigenados de algunos terpenos y flavonoides ,tiene interés comercial, ya que se utiliza en perfumería. Sin embargo, al ser menos eficaz que la de Cistus ladanifery la del Cistus incanus (cisto rojo), es menos demandada.
Algunos fármacos derivados de Cisto laurino han demostrado ser eficaces en diversas patologías gastrointestinales.
No obstante, su uso más relevante sigue siendo en el ámbito viverístico y ornamental. El éxito de este cisto no se debe únicamente a la elegancia de su follaje y flores, al delicado aroma y a la duración de su floración, sino también a la facilidad de cultivo.
Los únicos cuidados importantes en su mantenimiento se refieren a la adecuación del lugar de plantación y a la poda, que debe ser ligera y realizarse en otoño, eliminando únicamente las ramas del último año. Con esta precaución, la planta puede vivir adecuadamente durante al menos unos quince años.
La especie Cistus laurifolius está dividida en dos subespecies (según WFO World Flora Online, 2025):

Los frutos son cápsulas loculicidas de unos diez milímetros de largo, redondeadas o ligeramente ovadas, divididas en 5 lóculos que al madurar se abren por las paredes laterales liberando numerosas semillas muy pequeñas y ligeras (0,8–0,9 mg). Son dispersadas por el viento, la lluvia o los animales © adriangasteiz (izquierda) © Pedro Antonio Lázaro Molinero.
subsp. laurifolius: presente en todo el sector euroasiático de su área de distribución.
subsp. atlanticus(Pit.) Sennen & Mauricio (1933): endemismo de Marruecos, presenta dimensiones más reducidas, hojas de menor tamaño y pedúnculos florales muy alargados.
Sinónimos ya obsoletos son: Cistus laurifolius var. atlanticus Pit. (1918), Cistus laurifolius var. lanceolatus Rouy & Foucaud (1895), Cistus laurifolius var. ovatus Rouy & Foucaud (1895), Cistus laurifolius var. prostratus Sennen (1936) y Ladanium laurifolium Spach (1836).
Cistus laurifolius ha dado origen a numerosos híbridos tanto naturales como artificiales. Los más utilizados en jardinería ornamental se han originado con especies del clado PPC (Purple Pink Clade), como Cistus ×bornetianus Demoly Cistus ×sammonsii Demoly Cistus ×pagei Demoly con especies del clado WWPC (White or Whitish Pink Clade), como: Cistus ×oblongifolius Sweet, Cistus ×cyprius Lam., Cistus ×ledon Lam. e Cistus ×dubius Pourr. Finalmente, existen híbridos múltiples como: Cistus ×argenteus Dans. Cistus ‘Jessamy Beauty’ y Cistus ‘Jessamy Charm’.
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