Hoya pubicalyx

Familia : Apocynaceae


Texto © Pietro Puccio

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

La especie es originaria de las Filipinas (Luzón), donde crece sobre los árboles de las selvas húmedas, frecuentemente junto a las orillas de cursos de agua.

El género está dedicado a Thomas Hoy (ca. 1750-1822), botánico y conservador de los jardines del duque de Northumberland; mientras que el epíteto específico es la combinación del sustantivo latino “pubes, eris” = vello, tomento, y del sustantivo griego “κάλυξ” = cáliz, en referencia a la superficie externa del cáliz, que es ligeramente pubescente.

La Hoya pubicalyx Merr. (1918) es una epífita trepadora siempreverde con tallos que pueden alcanzar varios metros de longitud, provistos de raíces adventicias con las que se anclan a los soportes. Las hojas, sobre un peciolo de alrededor de 1 cm de largo, son simples, opuestas, de oblongo-obovadas a oblongas con ápice acuminado y margen entero, carnosas, de entre 8 y 15 cm de longitud y de 3 a 5 cm de anchura, de color verde intenso brillante con manchas gris-plateadas. Las inflorescencias axilares son en umbela, de entre 7 y 9 cm de diámetro, portando incluso más de 30 flores de entre 1,5 y 1,8 cm de diámetro, fragantes, que duran alrededor de 2 semanas; el pedúnculo es refloreciente y, por tanto, no debe ser cortado tras la floración. El cáliz es ligeramente pubescente en su exterior; la corola tiene un color de rosa intenso a púrpura oscuro, densamente recubierta de papilas de color blanco que le dan un aspecto velloso, con 5 lóbulos más o menos triangulares con ápice acuminado curvado, y corona con lóbulos ovado-lanceolados de ápice acuminado de alrededor de 0,5 cm de longitud. Los frutos son folículos fusiformes que contienen numerosas semillas provistas en un extremo de un penacho de pelos sedosos que favorecen su dispersión mediante el viento. Se han seleccionado numerosos cultivares que difieren en el color de las flores y las hojas.

La Hoya pubicalyx es una epífita trepadora de las Filipinas, donde crece en las selvas húmedas y cerca de cursos de agua. Inflorescencias de hasta 9 cm de anchura con más de 30 corolas olorosas. Vigorosa y de fácil cultivo. En maceta resiente los cambios de lugar, que pueden causar la caída prematura de las flores, incluso cerradas © G. Mazza

La Hoya pubicalyx es una epífita trepadora de las Filipinas, donde crece en las selvas húmedas y cerca de cursos de agua. Inflorescencias de hasta 9 cm de anchura con más de 30 corolas olorosas. Vigorosa y de fácil cultivo. En maceta resiente los cambios de lugar, que pueden causar la caída prematura de las flores, incluso cerradas © G. Mazza

Se propaga frecuentemente mediante estaca, con 2 o 3 nudos, en sustrato muy arenoso o en agriperlita mantenido húmedo a una temperatura de entre 26 y 28 ºC, y mediante acodo aéreo; menos frecuentemente se hace mediante semilla, en la primavera tardía, colocada superficialmente en un sustrato orgánico con adiciones de arena silícea o agriperlita y mantenido húmedo, aunque sin encharcamientos.

Se trata de una especie discutida desde el punto de vista de la nomenclatura, no habiendo un consenso entre los expertos sobre si considerarla una especie o un simple sinónimo. Vigorosa, con abundantes flores y de fácil cultivo, es utilizable al aire libre en zonas de clima tropical, subtropical y marginalmente en aquellas templado-cálidas en posición muy luminosa, desde luz solar filtrada a una sombra ligera. En otras regiones puede ser cultivada en maceta como trepadora sobre soportes oportunamente colocados, o péndula en macetas suspendidas, para poder resguardarla en invierno en un ambiente especialmente luminoso, incluso con alguna hora de sol en las mañanas de invierno, con temperaturas mínimas superiores a 15 ºC, aunque puede soportar varios grados menos sin daños. Es una planta sensible a los cambios de lugar, que pueden provocar una caída prematura de las flores, incluso cuando están encapulladas. Requiere un sustrato muy aireado y drenante, rico en materia orgánica, neutro o ligeramente ácido, y riegos regulares y abundantes en verano, aunque dejando secar por completo el sustrato antes de volver a regar, mientras que apenas debe proporcionársele agua en invierno, durante el reposo vegetativo, aunque siempre se debe cuidar que las hojas no se arruguen; y en verano es también útil efectuar nebulizaciones con agua no calcárea a temperatura ambiente cuando haya aire seco y elevadas temperaturas. Para abonarla pueden usarse los mismos productos que para orquídeas epífitas. El trasplante debe llevarse a cabo cuando el sustrato dé signos de deterioro, preferiblemente entre primavera y comienzos de verano, teniendo cuidado de no proporcionar agua a la planta durante varios días, hasta que no se observen signos de crecimiento vegetativo.

 

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