Familia : Accipitridae
Texto © Dr. Gianfranco Colombo
Traducción en español de Ignacio Barrionuevo
El Melierax poliopterus es una rapaz melodiosa que emite agradables gorjeos © Gianfranco Colombo
Olvidando el Melierax canorus que vive exclusivamente en el extremo meridional del continente africano y que solo se solapa parcialmente con el Melierax metabates, las otras dos especies comparten el mismo territorio en diversas zonas del este africano, confundiéndose entre sí y creando la dificultad antes mencionada. En Etiopía, una de las primeras áreas subsaharianas en las que se encuentran ambas especies, el único detalle determinante absolutamente cierto es el lugar en el que se ha producido el encuentro. Si es al este del Valle del Rift se trata del somalí, mientras que si ha sido al oeste de este valle es el oscuro. Una banda de varios kilómetros resulta ser la línea limpia de frontera entre ambas especies. Más al sur, en Kenia, Uganda y más allá en Tanzania con la bifurcación del Valle del Rift, las distribuciones se confunden y superponen, y ambas especies conviven en amplias zonas.
El azor lagartijero somalí es una rapaz perteneciente al orden Accipitriformes y a la familia Accipitridae y por algunos de sus comportamientos, así como su forma y tamaño, podrían ser considerado el correspondiente africano del famoso Azor común (Accipiter gentilis). Los azores lagartijeros, como nos cuenta el nombre científico así como numerosos nombres comunes en diversos idiomas, son rapaces melodiosas que emiten agradables gorjeos, sonidos que resultan totalmente ausentes o rarísimos en el resto de rapaces.
El nombre científico nos menciona la característica ya que el nombre genérico Melierax deriva del griego “melos” = canto e “hierax” = halcón, mientras que el epíteto específico poliopterus hace referencia al color del ave: “polios” = gris, “pteron” = ala.
Los nombres vulgares de diversos países, como decimos, traen a colación también la citada característica. En inglés es Eastern chanting goshawk; en francés es Autor à ailes grises; en alemán, Weißbürzel-Singhabicht; en italiano lo denominan Astore cantante orientale; y para los ornitólogos japoneses recibe el un tanto fantasioso nombre de higashikoshijiroutaootaka.
De 50-55 cm de largo, con 1-1,1 m de envergadura y 600 g de peso, frecuente las sabanas de África oriental, persiguiendo incluso en tierra a pequeños roedores y reptiles © Giuseppe Mazza
El azor lagartijero somalí, a pesar del nombre, no vive solo en Somalia, aunque sí habita exclusivamente en la parte oriental del continente africano incluyendo el Cuerno de África al este del Valle del Rift, Uganda, Kenia y parte de Tanzania.
Pero también ama observar, muy erguido, su territorio y las presas desde posiciones dominantes © G. Colombo
Se trata de una especie común y ampliamente extendida que suele ser encontrada aislada, emparejándose solo durante el periodo reproductivo.
Es fácilmente divisable en el campo ya que ama apostarse sobre el punto más alto disponible en su territorio, posándose sobre la cima de los pocos árboles que haya o, si ni hay, sobre los arbustos, desde donde observa con extrema atención cada pequeño movimiento. También los postes del tendido eléctrico se han convertido en lugares ideales para observar.
No teme la presencia humana, convive con las poblaciones locales y se deja aproximar fácilmente. Es una especie sedentaria y solo ocasionalmente se dan movimientos de tipo errático, estacionales, quizás debidos a largos periodos de sequía.
Ecología-Hábitat
Vive en ambientes más áridos que sus congéneres, prefiriendo las sabanas herbosas salpicadas de bosquetes ralos de acacias y a menudo puede encontrársele en páramos desolados y soleados. También frecuenta zonas predesérticas con vegetación baja arbustiva y espinosa.
El batido de alas es profundo y con el ala rígida. Ciclea manteniendo las alas completamente planas, mientras que durante los vuelos de caza, cuando por ejemplo avista un roedor, las suele llevar en V, como los aguiluchos © Gianfranco Colombo
A este azor lagartijero, en modo similar a su congénere el Melierax metabates aunque en menor medida, también le gusta cazar en el suelo, persiguiendo entre los arbustos a roedores y pequeños reptiles, sin hacerle ascos a lanzarse de cabeza adentro de un arbusto espinoso para capturar la presa.
No es una especie amenazada y no parece que tenga dificultad en integrarse con la evolución antrópica de los lugares que habita.
Morfofisiología
El azor lagartijero somalí tiene medidas más o menos semejantes a las de sus congéneres africanos, con una longitud de alrededor de los 50 o 55 cm y una envergadura en torno a los 100 o 110 cm.
El tamaño máximo del macho ronda el 85 % del de la hembra que, como en todas las rapaces, tiene mayores dimensiones.
No presenta un dimorfismo sexual evidente a excepción del tamaño, ya que en lo que respecta a la librea hay pocas diferencias entre los adultos.
Como se ha mencionado muestra patas muy largas, idóneas para una de sus modalidades preferidas de caza, la persecución de presas en el suelo.
El color de base es el gris ceniza, que cubre totalmente la cabeza, la parte superior del cuerpo y de las alas, que muestran, en su cara inferior, un ligero barrado blanquecino. El pecho tiene un finísimo y elegante barrado más claro, y la región anal, sobre la cola es blanca.
Pero a veces no consigue un gran golpe, y ha de conformarse con insectos, rebuscando en el suelo cual secretario © Gianfranco Colombo
Cuando está en reposo, en su marcial posición de firmes, un porte característico de esta ave, se observa fácilmente la diferencia del gris compacto de la parte superior del cuerpo con el blanquecino de la parte inferior.
Resulta fácil decir que este azor lagartijero tiene las patas amarillas, mientras que en su congénere, el Melierax metabates, son naranjas; que la cera de su pico es amarilla, mientras que la de su congénere es rojiza; o que la banda negra en la parte inferior de las plumas remeras primarias es más ancha que la de la otra especie.
Características que al final, al observarla en la naturaleza, suelen resultar distorsionadas.
La viveza de un color y la precisa identificación de su gradación no es siempre tan evidente como se describe en la literatura.
Pueden existir variaciones a causa de la edad del sujeto, el reflejo de la luz de la sabana e incluso pequeñas variaciones genéticas en el ejemplar analizado. Queda claro que, como ya se dijo, es esencial conocer el lugar en el que fue observado. La cola del adulto es negra y barrada de blanco con el obispillo blanco brillante, bien visible en vuelo.
Y si tampoco estos se dejan comer, otra vez será, y vuela a su observatorio preferido © Gianfranco Colombo
Los jóvenes muestran una librea rojiza y grisácea, bastante distinta a la de los adultos, lo que crea a menudo la duda de que se trate de otro accipitriforme.
Estos son, además, prácticamente indistinguibles de los del Melierax metabates.
El batido de alas de esta ave es profundo y efectuado con el ala rígida.
Cuando planea cicleando mantiene las alas completamente planas, mientras que durante los vuelos de caza las lleva frecuentemente en forma de V, como los aguiluchos.
El canto, del que deriva el nombre científico de esta ave, es emitido durante el comienzo de la estación de apareamiento, cuando se encuentra buscando una hembra, el macho emite sus famosos gorjeos posado sobre la copa del árbol elegido para anidar, o bien durante cortos cicleos sobre este.
A menudo emite estos gorjeos durante la noche, especialmente cuando hay claros de luna, y a veces ha sido visto mientras cicleaba incluso en la oscuridad. Un largo y lastimero “piii.piii.piii” intercalado por un altisonante y agudo “pliii.iù”.
La vista es excepcional y la librea juvenil bastante distinta. El nido, una estructura plana sobre grandes acacias, es a menudo atacado por águilas y aves nocturnas. Solo suele sobrevivir un pollo, tras una estancia de dos meses © Gianfranco Colombo
El azor lagartijero somalí no presenta un periodo de nidificación particular. Lo escoge en función de la disponibilidad de alimento que le proporcione el medio, aunque generalmente tiene lugar a finales de la estación seca.
Depreda, de hecho, pequeñas aves, roedores, lagartijas y, frecuentemente, insectos, que encuentra más fácilmente durante la estación lluviosa.
El nido es una estructura plana generalmente colocada en lo alto de acacias espinosas o árboles de follaje siempreverde. Se trata de una construcción de ramas secas forrada con pequeñas frondas y hierba seca. Pone 1 o 2 huevos que incuba durante alrededor de 5 o semanas.
El nido es frecuentemente atacado por grandes aves nocturnas, aunque también lo es por águilas rapaces (Aquila rapax) y otros grandes depredadores.
Habitualmente solo es un polluelo el que consigue sobrevivir, aunque no se han observado casos de cainismo. Los jóvenes no parece que tengan demasiada prisa en emprender sus primeros vuelos, y solo tras muchas semanas, frecuentemente más de dos meses, abandonan definitivamente el nido.
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