Familia : Rafflesiaceae

Texto © Prof. Pietro Pavone

Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende

La flor más grande del mundo mide hasta 107 cm de diámetro y puede pesar hasta 7 kg © narido
Rafflesia arnoldi R.Br. (1821) pertenece a la familia Rafflesiaceae, conocida por incluir especies estrictamente parásitas de las raíces y tallos de otras plantas.
La familia, dividida en tres géneros Rafflesia con 42 especies, Rhizanthes con 4 especies y Sapria con 4 especies , se distribuye en las selvas tropicales del sur de China, Tíbet, Myanmar, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia peninsular, Borneo, Java, Sumatra y Filipinas.
Rafflesia arnoldi fue descubierta en 1818 en la selva pluvial de la actual isla indonesia de Sumatra por el oficial inglés Thomas Stamford Raffles (1781-1826), funcionario colonial británico, y por Joseph Arnold (1782–1818), cirujano y naturalista.
En realidad, fue Arnold quien la descubrió primero, pues durante el viaje hacia el sur de Sumatra se separó del grupo dirigido por Raffles con el propósito de explorar la selva de manera independiente junto con unos pocos porteadores malayos.
Gracias al aviso de uno de sus acompañantes, Arnold se encontró ante una gran flor nunca antes vista, con una corola de más de un metro de diámetro y pétalos carnosos rojizos salpicados de blanco.
La sorpresa fue enorme.
Poco después llegaron los demás miembros de la expedición, igualmente asombrados ante el hallazgo.
Arnold dibujó y recolectó el ejemplar, que pesaba casi siete kilogramos; sin embargo, debido a la fiebre contraída durante sus exploraciones, murió poco después y no pudo completar el dibujo ni la descripción de esta interesante planta.
Las notas de Arnold, el dibujo, los botones florales y parte del ejemplar fueron enviados a Londres a Sir Joseph Banks (1743–1820), quien los confió a Robert Brown (1773–1858) para su estudio y descripción.
Fue este último quien describió la especie en Account of Rafflesia: 7, tt. XV–XXII (1821), basándose en el material recibido.
En algunos textos científicos, debido a una interpretación errónea del Art. 60 del International Code of Nomenclature (2018), se cita el binomio Rafflesia arnoldii R.Br.; sin embargo, el epíteto específico atribuido por Brown es arnoldi, genitivo de la forma latinizada consolidada Arnoldus, y no debe corregirse a arnoldii.
Rafflesia arnoldi es originaria de Borneo y Sumatra, y se encuentra tanto en selvas pluviales secundarias como primarias, generalmente cerca del agua, entre los 490 y 1.024 metros de altitud.

Se trata de la Rafflesia arnoldi, originaria de los bosques de Borneo y Sumatra, que suele crecer cerca del agua, entre 490 y 1024 m sobre el nivel del mar © ziagz
El nombre del género Rafflesia honra a Thomas Stamford Raffles, mientras que el epíteto específico arnoldi conmemora a Joseph Arnold.
Sus nombres comunes incluyen flor cadáver, flor monstruo y padma gigante.
El apelativo “flor cadáver” se debe a que, durante su floración, la planta emite un fuerte olor a carroña en descomposición, lo cual sirve para atraer a los polinizadores.
En la isla de Sumatra existe otra especie filogenéticamente distante que también recibe el nombre de “flor cadáver”: Amorphophallus titanum, cuya enorme inflorescencia, formada por numerosas flores, desprende igualmente un hedor putrefacto para atraer a los mismos tipos de polinizadores.

Es un parásito. La flor comienza con un brote marrón adherido a la raíz de la planta huésped, que luego se cubre de brácteas negras © Irfan Nurarifin
Rafflesia arnoldi es una planta holoparásita, es decir, un parásito obligado que no puede vivir sin su hospedero.
Su ciclo vital depende totalmente de otra especie vegetal, la vid tropical Tetrastigma leucostaphylum(Dennst.) Alston, un arbusto leñoso que trepa sobre otros árboles mediante tallos verrugosos y zarcillos cortos, bifurcados y robustos que se endurecen con la edad.

Al abrirse, revelan la corola interna, que protegen como los sépalos de las flores tradicionales © Max Alle
Incapaz de realizar la fotosíntesis, Rafflesia arnoldi se alimenta adhiriéndose a las raíces de la planta hospedera mediante un haustorio, órgano que penetra en el sistema vascular del hospedero para extraer agua y nutrientes.
Durante esta íntima conexión, Rafflesia no solo obtiene sustancias nutritivas, sino que incorpora genes mitocondriales del hospedero (hasta un 40%) a su propio genoma, lo que le permite suprimir las defensas de este y facilitar su crecimiento.
Tras varios meses se desarrolla externamente la flor, de morfología singular, que puede alcanzar 107 cm de diámetro y un peso de 7 a 11 kg, siendo la flor más grande del mundo.
La formación floral comienza con una yema marrón visible en la superficie, unida a la raíz de la planta hospedera, que aumenta progresivamente de tamaño.
El estadio inicial, denominado de cópula, dura de 6 a 9 meses; le sigue el estadio de bráctea, en el que el botón se cubre de brácteas con función semejante a la de los sépalos de las flores tradicionales, y se prolonga de 3 a 5 meses; finalmente, el estadio de antesis presenta estructuras similares a pétalos que persisten solo unos días o, como máximo, una o dos semanas antes de descomponerse.
En este último estadio, las flores muestran cinco lóbulos de color pardo rojizo con manchas blancas, de cerca de un metro de diámetro, que emiten un olor a carne en putrefacción.
Las flores son dióicas, es decir, existen flores masculinas y femeninas; por tanto, para la reproducción es necesario que el polen sea transportado desde las masculinas a las femeninas.
Tanto los estigmas de las flores femeninas como los estambres de las masculinas se insertan en un disco interno provisto de prolongaciones espinosas.
Las condiciones ambientales durante la floración comprenden temperaturas de 24–25 °C y humedad relativa del 80–85%.
Para favorecer la polinización, las flores de Rafflesia arnoldi también producen calor, lo que contribuye a la mejor difusión del olor desagradable.

Aquí se ven cinco pétalos, así como el disco interno, que permanece abierto durante unos días para la polinización © anneliseruys
Los polinizadores registrados son variados: entre los Dípteros, se han observado un tipo de áfido (Lucilia sp.), la Mosca gris (Sarcophagasp.), la Mosca de la fruta (Drosophila colorata) y la Mosca azul de la carne (Calliphora vomitoria); entre los Himenópteros, la Hormiga negra (Lasius fuliginosus); y entre los Coleópteros, algunos estafilínidos.
El polen de Rafflesia arnoldi, a diferencia del de muchas otras especies, se encuentra inmerso en un líquido denso y pegajoso que se seca en el dorso de los polinizadores, pudiendo ser transportado a varios kilómetros antes de fecundar otra flor.
Si la polinización tiene éxito, se forma una baya esférica que contiene numerosas semillas diminutas, las cuales solo pueden germinar al entrar en contacto con los tejidos de la planta hospedera (Tetrastigma), iniciando así un nuevo ciclo vital.
Las semillas son dispersadas por animales como jabalíes, ardillas terrestres, hormigas y termitas.
Es probable que una pequeña apéndice rica en lípidos (eleosoma) presente en las semillas sea consumida por las hormigas, que posteriormente abandonan las semillas en el hormiguero, facilitando así su dispersión.
En este entorno, las semillas germinan y, si encuentran raíces del hospedero, lo infectan.
El ciclo vital completo (de semilla a semilla) de varias especies de Rafflesia dura aproximadamente cuatro años.
Rafflesia arnoldi presenta dos variedades: Rafflesia arnoldi var. arnoldi y Rafflesia arnoldi var. atjehensis (Koord.) Meijer.
Estudios filogenéticos han revelado que el gran tamaño de las flores en el género Rafflesia es una adquisición evolutiva relativamente reciente y rápida, con un aumento medio del diámetro de unos 20 cm por millón de años.
Asimismo, se ha descubierto que los genes presentes en Rafflesia, tras la pérdida del genoma de los cloroplastos, podrían haber sido adquiridos de su hospedero Tetrastigma mediante transferencia génica horizontal.

Disco interno con excrecencias a las que se unen los estigmas en las flores femeninas o los estambres en las flores masculinas © ccgfh
Dado que las especies indonesias son monofiléticas, el aumento de su diversificación podría explicarse por los cambios climáticos ocurridos desde el Mioceno medio (≈15 millones de años) hasta el Plioceno (≈5–2,6 millones de años), los cuales, mediante selección natural, favorecieron la evolución hacia flores de mayor tamaño.
El análisis de unas 11.500 bases del genoma de Rafflesia sugiere que este género desciende de un grupo emparentado con la actual familia Euphorbiaceae, que incluye plantas con flores pequeñas reunidas en una inflorescencia particular llamada ciacio, semejante a una sola flor.
Según este estudio, la flor del género Rafflesia experimentó primero un rápido crecimiento de tamaño aumentando hasta 73 veces su diámetro ancestral en unos 46 millones de años, seguido de una fase evolutiva de crecimiento más moderado.
Se trata de uno de los ejemplos más sorprendentes de desarrollo en el mundo vegetal.
Debido a su distribución muy restringida, Rafflesia arnoldi es especialmente vulnerable a la destrucción del hábitat.
En ocasiones, sus poblaciones constan de solo unos pocos individuos en áreas no protegidas, en riesgo crítico de conversión agrícola.
Además, debido al tamaño espectacular de su flor, la especie ha sido recolectada durante décadas, reduciendo drásticamente sus poblaciones naturales y llevándola al borde de la extinción.
Actualmente, su protección «in situ» está a cargo del Parque Nacional Kerinci Seblat, que abarca 13.791 km² e incluye cuatro provincias: Bengkulu, Jambi, Sumatra Occidental y Sumatra Meridional.
En este parque crecen más de 4.000 especies vegetales.
Recientemente, a la conservación «in situ» se ha añadido la conservación «ex situ», aunque resulta complicada debido a la dependencia extrema de esta especie endémica de su planta hospedera.

Para su reproducción, el polen se sumerge en un líquido espeso y pegajoso que se seca en el dorso de polinizadores como esta mosca atraída por el olor y puede ser transportado varios kilómetros antes de polinizar otra flor © Eid
En el Jardín Botánico de Bogor, en las afueras de Yakarta (Indonesia), se ha logrado la formación de una flor de 60 cm de diámetro.
Para afrontar las amenazas actuales, los investigadores recomiendan que todas las especies de Rafflesia sean incluidas de inmediato en la Lista Roja de la UICN de especies amenazadas.
Hasta el momento, solo Rafflesia magnifica Madulid, Tandang & Agoo (sinónimo: Rafflesia mira Fernando & Ong) figura en la categoría En Peligro Crítico (CR).
Otra estrategia de conservación es el ecoturismo, ya que la forma, tamaño y color de la flor de Rafflesia arnoldi pueden atraer visitantes, generando recursos económicos para infraestructuras y programas de conservación de esta planta endémica.
Sin embargo, el ecoturismo también podría constituir una amenaza por el pisoteo del hábitat y la recolección ilegal de flores.
No es casual que la selva tropical de Sumatra haya sido inscrita en 2004 en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como “Patrimonio de la Selva Tropical de Sumatra”, que se extiende por 2,5 millones de hectáreas e incluye tres parques nacionales: Gunung Leuser, Kerinci Seblat y Bukit Barisan Selatan.
Este sitio alberga numerosas especies en peligro de extinción y, en conjunto, alrededor de 10.000 especies de plantas, más de 200 mamíferos y unas 580 especies de aves.
También se están promoviendo programas para involucrar a las comunidades locales en la conservación, mediante educación y sensibilización orientadas a comprender la importancia del mantenimiento de la biodiversidad.
La flor Rafflesia arnoldi, símbolo icónico de la selva tropical del sudeste asiático, ha sido representada en diversos sellos postales indonesios.
Además, mediante el Decreto Presidencial n.º 4 de 1993, la planta fue reconocida oficialmente como “flor rara nacional” (sang puspa langka).

En la medicina tradicional indonesia, la planta se utilizaba para promover la recuperación posparto, se creía que ayudaba a expulsar la placenta, a detener hemorragias e incluso como afrodisíaco. Estudios recientes sugieren que podría tener propiedades anticolesterol, antivirales respiratorias, cicatrizantes y antifúngicas © Zanskar Zanskar
En la medicina tradicional indonesia, los botones florales se utilizaban para favorecer la recuperación postparto, detener hemorragias y como afrodisíaco. Las poblaciones indígenas del norte de Borneo creen que beber una infusión de la planta tras el parto ayuda a expulsar la placenta. La eficacia y las bases químicas de estos usos no están claramente demostradas, y las aplicaciones parecen estar más relacionadas con el simbolismo cultural y el aspecto del flor que con propiedades bioquímicas comprobadas. No obstante, investigaciones recientes sobre los metabolitos presentes en las flores de Rafflesia sugieren que la planta podría poseer propiedades anticolesterolémicas, antivirales respiratorias, cicatrizantes y antimicóticas.
Sinónimo
Rafflesia titan Jack in App. Descr. Malayan Pl.: 1 (1821).