Famiglia : Batrachoididae
Texto © Giuseppe Mazza
Traducción en español de Carlos Jiménez
Descrito apenas en 1974, el pez sapo espléndido (Sanopus splendidus) figura como “Vulnerable” en la Lista Roja de especies en peligro de extinción de la UICN © Allison & Carlos Estape
Conocido como Pez sapo espléndido o Pez sapo coral, Sanopus splendidus Collette, Starck & Phillips, 1974, es una especie descrita sólo en tiempos recientes.
Perteneciente a la clase de los Actinopterygii, los peces con aletas radiadas, al orden de los Batrachoidiformes y a la familia de los Batrachoididae, llamados peces sapo debido al cuerpo desnudo, generalmente de color gris pardusco, a veces cubierto de pequeñas escamas cicloides, la enorme cabeza y la boca ancha.
Este grupo inusual ahora se ha dividido en tres subfamilias: Batrachoidinae, Porichthyinae y Thalassophryninae.
Aparte de la degradación del hábitat, es una especie con un área de distribución limitada en la isla de Cozumel en México y en el arrecife de Glover frente a la costa de Belice © Allison & Carlos Estape
Sanopus splendidus, el más colorido del grupo, pertenece a la subfamilia Batrachoidinae, que cuenta con alrededor de 18 géneros, 47 especies repartidas por todo el mundo y algunos representantes en aguas dulces.
Los Porichthyinae, caracterizados por la presencia de fotóforos que iluminan las líneas laterales, tienen 2 géneros y 15 especies marinas presentes en el continente americano.
Los Thalassophryninae, con espinas venenosas huecas en la aleta dorsal y los opérculos, son los infames peces sapo venenosos. También son americanos, con especies de agua dulce en América del Sur, cuentan con 25 géneros y 78 especies.
Generalmente se encuentra entre 10 y 15 m de profundidad, asomando su cabeza ancha y plana desde pequeñas cuevas debajo de los corales © Mark Rosenstein
El término Sanopus, como los autores no han dicho nada, podría surgir del anagrama del género Opsanus, un antiguo miembro del grupo descrito por Linneo como Gadus tau y hoy conocido como Opsanus tau (Linnaeus, 1766).
En cuanto al término específico splendidus, espléndido en latín, no hay duda, dada la elegante librea.
Zoogeografía
Sanopus splendidus tiene un área de distribución muy pequeña, endémica de la isla de Cozumel en México y del arrecife de Glover frente a la costa de Belice.
Es una especie costera bentónica que se alimenta de pequeños peces, gasterópodos y poliquetos. La gran boca está armada de pequeños dientes afilados © Florent Charpin
Ecología-Hábitat
Es una especie bentónica costera presente en ambientes madrepóricos entre 8 y 25 m de profundidad, pero que generalmente se asoma desde pequeñas cuevas bajo los corales entre 10 y 15 m.
Morfofisiología
Sanopus splendidus puede alcanzar entre 24 y 29 cm de longitud.
La librea está embellecida por el borde amarillo anaranjado de las aletas. Después de la enorme cabeza con rayas de cebra, los lados muestran el diseño de una cadena © Allison & Carlos Estape
La cabeza es grande y plana con barbillas pequeñas, a veces ramificadas. Éstas están especialmente desarrolladas en la mandíbula inferior. Sólo 1 o 2 en el mentón aparecen ramificadas en la base.
La boca, enorme, muestra pequeños dientes afilados.
Los ojos, situados en la parte superior de la cabeza, miran hacia arriba porque son peces que generalmente no necesitan visión horizontal. Junto a estas podemos ver dos fosas nasales tubulares y el pez recoge información del entorno que le rodea también a través de una doble línea lateral. La superior tiene 30-34 papilas y la inferior 28-30.
Las aletas pélvicas, en una posición muy adelantada, son totalmente doradas, y aquí se ven claramente en el cuerpo las dos líneas laterales, ricas en sensores © Allison & Carlos Estape
La aleta dorsal tiene 3 radios espinosos y 29-31 blandos, la aleta anal tiene 25 radios sin espinas.
Las aletas pélvicas están significativamente desplazadas hacia adelante, mucho antes que las grandes aletas pectorales, que tienen en su base la hendidura branquial protegida por un opérculo con una espina en la esquina superior y otra en la inferior.
Las aletas pélvicas son de color amarillo anaranjado brillante y el mismo color llamativo se encuentra en el borde ancho de las otras aletas, precedido por un borde negro. Por lo demás, la librea es grisácea con un patrón claro de líneas claras, a veces similares a los eslabones de una cadena, mientras que la cabeza tiene rayas blancas y negras.
Los huevos fertilizados suelen estar pegados a las paredes de las cuevas y son custodiados por el macho. Las larvas se dispersan arrastrándose por el fondo marino © Pauline Walsh Jacobson
Etología-Biología Reproductiva
Sanopus splendidus se alimenta de pequeños peces, gasterópodos y gusanos poliquetos.
Durante el apareamiento, parece emitir un zumbido audible por los buceadores. Los huevos fertilizados y pegajosos suelen estar pegados a las paredes de las cuevas y son custodiados por el macho. Las larvas permanecen juntas en esta especie de nido hasta que han consumido el saco vitelino y luego se dispersan arrastrándose por el fondo marino entre los corales. Lamentablemente, falta por tanto la fase pelágica, que permitiría la propagación de la especie y el intercambio genético entre las distintas poblaciones.
Y esta es la gran limitación del Sanopus splendidus, porque al carecer de la fase pelágica las crías no pueden llegar muy lejos, como suele ocurrir con otros peces, para conquistar nuevas costas. La distribución no aumenta y, a pesar del sonido que precede al apareamiento, falta intercambio genético entre poblaciones © Florent Charpin
La resiliencia de Sanopus splendidus es mediocre, con una posible duplicación de la población en 1,4-4,4 años y la vulnerabilidad a la pesca, muy baja, alcanza sólo 10 en una escala de 100.
Sin embargo, el Pez Sapo Espléndido aparece en la Lista Roja de especies en riesgo de la UICN como “EN, Endangered ”, es decir, “En Peligro” debido a la limitada difusión y la alteración del hábitat provocada por el hombre con el creciente turismo en los lugares donde vive. .
Las formaciones de manglares son destruidas y las costas remodeladas para dar cabida a cultivos y viviendas con contaminación agroquímica y doméstica, sin olvidar el impacto directo de los turistas con el ir y venir de embarcaciones que fondean entre los corales, dañando muchas veces el arrecife.