Saxicola torquatus

Familia : Muscicapidae

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Texto © Dr. Gianfranco Colombo

 


Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende

 

El macho de Tarabilla común (Saxicola torquatus) presenta colores brillantes y un chasquido nítido, similar al del hierro al golpear un yunque, y en los dialectos venecianos se le conoce como el Pequeño herrero.

El macho de Tarabilla común (Saxicola torquatus) presenta colores brillantes y un chasquido nítido, similar al del hierro al golpear un yunque, y en los dialectos venecianos se le conoce como el Pequeño herrero © Antino Cervigni

Cuántas veces ocurre, durante la conducción en campo abierto, al atravesar extensiones de prados y cultivos bajos, ver de repente, al borde del camino, en lo alto de un arbusto bajo o de una ramita seca, a un pajarillo diminuto y rechoncho, inquieto y movido, llamativo y muy colorido, que para un profano podría parecer escapado de alguna jaula o un visitante accidental de algún mundo tropical, tan pintado e inusual aparece.

De pronto, helo aquí levantarse en vuelo con un salto de un metro hacia arriba y comenzar a cernirse inmóvil por unos instantes, para luego iniciar una danza oscilante, subiendo y bajando como un gran insecto en busca de la flor donde posarse.

Un batir de alas rapidísimo con desplazamientos laterales igualmente repentinos y súbitos, aprovechando su técnica del “Espíritu Santo”.

Ciertamente no posee la elegancia de un Cernícalo (Falco tinnunculus), maestro en este arte, pero pone todo su empeño con excelentes resultados.

Estas acciones, muy frecuentes, son su modo de mostrarse a sus congéneres e indicar que este es su territorio; pero la técnica también se emplea como estrategia de caza de insectos, de los que se alimenta.

Al vivir en un ambiente poco arbolado pero denso de hierbas altas que impiden la visión a quien quisiera posarse en el suelo para buscar alimento, ha hecho de la necesidad virtud y aprovecha al máximo esta capacidad, revoloteando sin cesar, cerniéndose como una mariposa y, desde un par de metros de altura, lanzándose con destreza para atrapar un insecto posado en la hierba subyacente o una inocua polilla que se haya levantado inadvertidamente.

El Tarabilla común (Saxicola torquatus Linnaeus, 1766) pertenece al orden Passeriformes y actualmente a la familia Muscicapidae, dado que anteriormente y durante largo tiempo se lo incluyó entre los Turdidae. Clasificado en un principio como Saxicola torquata, ahora sinónimo, ha modificado la declinación del género, aunque esta se ha mantenido en otras especies como el Tarabilla norteño (Saxicola rubetra).

No cabe duda de que el Tarabilla común es una de las aves más coloridas de nuestros campos.

Es un ave solitaria y muy territorial, aunque en invierno ocasionalmente se lo ve acompañado de un juvenil o de una hembra, no necesariamente su futura pareja. La etimología del nombre científico proviene, para el género Saxicola, de la combinación de dos términos latinos: saxus = piedra y cola de colere = habitar, precisamente por el hábitat frecuentado; y para la especie torquatus, en latín “con collar”, por el que exhibe en su plumaje. En cuanto al nombre común dado por los italianos al Saltimpalo, no resulta difícil imaginar su origen.

La hembra de Saxicola torquatus presenta tonos anaranjados más tenues, sin el semicollar blanco ni la cabeza negra del macho.

La hembra presenta tonos anaranjados más tenues, sin el semicollar blanco ni la cabeza negra del macho © Alvaro Dellera

El comportamiento típico de esta avecilla ha dado lugar, en las distintas regiones, a nombres de lo más variados, aunque casi siempre relacionados con esa referencia. Sin un palo donde posarse, una valla, un arbusto seco o cualquier percha por baja que sea, quizás no existiría el Tarabilla. Así, literalmente, “saltar de palo en palo” se ha convertido en el emblema de esta ave, aunque inconsciente e inocente del pecado humano implícito en el dicho.

Ha recibido nombres dialectales como machèt nustrà, trochetì, spuntacalocchi, nannu, musseto, sappardigli, cacamarruggiu, mastru Pitriddu, cacamargiàle, favareto moro, favrèto, favrut, meneghel, tal vez incomprensibles para muchos, pero ciertamente simpáticos e identificativos del carácter alegre de esta avecilla. En inglés se lo llama Stonechat, en alemán Schwarzkehlchen, en español Tarabilla Común, en francés Traquet o Tarier pâtre y en portugués Cartaxo-comum.

Zoogeografía

El Tarabilla común ocupa un territorio vastísimo que comprende todo el continente asiático, desde la Siberia transural hasta China y las costas del Océano Pacífico, con exclusión de la parte meridional tropical, que sin embargo ocupa durante el invierno.

En Europa está presente en toda el área mediterránea, la zona centro-occidental, las islas británicas y la región balcánica, aunque falta casi por completo en la parte nororiental y en Rusia europea hasta los Urales.

También está ampliamente distribuido en África, en las costas mediterráneas desde Marruecos hasta Túnez; con otras numerosas poblaciones y subespecies en la parte oriental del continente, desde el Cuerno de África hasta Sudáfrica, y ocasionalmente en la zona occidental hasta el Golfo de Guinea.

En Italia está muy difundido, prácticamente en todo el territorio, salvo en las zonas de mayor altitud y en áreas boscosas.

La amplitud del territorio ocupado por el Tarabilla común ha dado origen a un número considerable de subespecies, más o menos reconocidas y aceptadas por la taxonomía oficial. Varias de ellas son de origen africano y otras del Paleártico. Gran parte de estas poblaciones presentan solapamientos de áreas tanto en época de nidificación como durante las migraciones, lo que puede dar lugar a hibridaciones generalizadas que complican aún más la determinación de nuevas subespecies. El tema sigue sin resolverse y continúa siendo objeto de debate científico.

Aletea muy rápido con movimientos laterales repentinos y abruptos, y hace pausas en el aire en el vuelo "Espíritu Santo" para marcar su territorio y localizar presas.

Aletea muy rápido con movimientos laterales repentinos y abruptos, y hace pausas en el aire en el vuelo «Espíritu Santo» para marcar su territorio y localizar presas © Gianfranco Colombo

El Tarabilla común es un migrador regular de corto alcance, reuniéndose durante la mala estación en la parte meridional de sus áreas de distribución.

Las poblaciones europeas invernan principalmente en el sur del continente, deteniéndose en las costas mediterráneas, aunque ocasionalmente, en condiciones meteorológicas particulares, pueden alcanzar las costas africanas.

En cambio, la parte oriental de Europa y algunas poblaciones centroasiáticas son migradoras de media distancia y pasan el invierno en Oriente Medio, mientras que las poblaciones siberianas y orientales lo hacen en la India tropical y el sudeste asiático.

Ecología-Hábitat

El Tarabilla común evita por completo los bosques densos, las arboledas y las zonas fuertemente arboladas, así como la alta montaña, a altitudes que superan en promedio los 1500 m.

En cambio, prefiere áreas muy abiertas con árboles aislados, arbustos bajos, prados incultos, pastizales, lechos de ríos, márgenes de cultivos y canales, además de taludes y terraplenes de carreteras.

Son lugares donde los insectos abundan y son fácilmente visibles a distancia, lo que le permite acechar cómodamente desde algún punto prominente.

En general, prefiere zonas áridas e incultas, donde el uso y el efecto de herbicidas e insecticidas empleados en la agricultura resultan menos intensivos y dañinos.

El Tarabilla común era mucho más frecuente hace algunas décadas, aunque su número variaba de forma periódica cada invierno. Los periodos con temperaturas muy rígidas y fuertes nevadas repentinas provocaban una mortandad severa en las poblaciones invernantes, con repercusiones que duraban varios años. Sin embargo, lograba recuperar terreno en poco tiempo, a pesar de que estos episodios se repetían periódicamente.

En las llanuras del norte de Italia, la especie ha sufrido descensos significativos, con desapariciones definitivas de áreas que antaño ocupaba abundantemente. Esto se debe sin duda a la sustitución sistemática de una agricultura diversificada por la monocultura intensiva, que borró de forma irreversible aquel hábitat ideal de tiempos pasados.

En otros ambientes, en cambio, se observan las fluctuaciones periódicas normales propias de la especie.

El nido de Saxicola torquatus está tan escondido entre la hierba que hay que moverlo para ver 5 o 6 huevos azulados, con manchas marrones, incubados solo por la hembra durante dos semanas.

El nido está tan escondido entre la hierba que hay que moverlo para ver 5 o 6 huevos azulados, con manchas marrones, incubados solo por la hembra durante dos semanas © Museo Civico di Lentate su Seveso

Morfofisiología

El Tarabilla común presenta colores muy vivos y armoniosos entre sí, además de bien visibles. A pesar de ser un ave muy tímida, que levanta el vuelo al menor temor o aproximación de cualquiera, tiene la costumbre de mostrarse expuesto en su posadero habitual, emitiendo su agudísimo «uit tektek, uit tektek» o «sicceccè, sicceccè», como si quisiera llamar la atención del transeúnte para ser observado. Se trata de un sonido seco, semejante al golpe del hierro sobre el yunque por parte del herrero; de ahí que en algunos dialectos vénetos se le denomine Favreto o favrut (“pequeño herrero”). En realidad, es un reclamo de alarma, pero lo emite con tanta insistencia en cuanto alguien se acerca que más parece un señal de presencia que de advertencia.

A menudo crea un túnel muy corto en la hierba para colarse en el nido, y los polluelos, salvo los depredadores terrestres, son prácticamente invisibles.

A menudo crea un túnel muy corto en la hierba para colarse en el nido, y los polluelos, salvo los depredadores terrestres, son prácticamente invisibles © Museo Civico di Lentate su Seveso

La cabeza, la garganta y la nuca son intensamente negras, hasta el punto de volver casi invisibles los ojos, también negros. Los hombros, las cobertoras alares y la cola son igualmente de un tono corvino, con una mancha blanca en los hombros, muy visible en vuelo. El cuello es blanquísimo y forma un semicolllar muy marcado, mientras que el pecho es de un anaranjado rojizo intenso que se extiende, en mayor o menor medida, hacia el vientre según la subespecie. El pico y las patas son igualmente negros.

Aunque la cola del tarabilla común es relativamente corta respecto al tamaño del ave —lo que le confiere una forma más bien rechoncha y redondeada—, resulta algo distinta de la de su congénere, el Tarabilla norteño (Saxicola rubetra), con el que es fácilmente confundible. Este último, sin embargo, presenta la cola todavía más reducida, acompañada de una conformación corporal más esbelta.

Ha llegado el momento de que el macho de Saxicola torquatus también se ponga manos a la obra, y cualquier insecto es bueno para saciar el hambre de los polluelos © Luigi Sebastiani

Ha llegado el momento de que el macho también se ponga manos a la obra, y cualquier insecto es bueno para saciar el hambre de los polluelos © Luigi Sebastiani

La hembra es de color anaranjado casi uniforme, sin capucha, sin cobertoras negras y sin el collar blanco marcado, aunque mantiene aproximadamente los mismos patrones de diseño. Incluso el macho, durante la estación invernal, pierde sus colores, volviéndose muy semejante a la hembra. Los jóvenes son muy parecidos a una hembra, pero con tonos más apagados.

Mide unos 12 cm de longitud total, tiene un peso medio de 15 g y una envergadura alar que no supera los 20 cm. Se han clasificado unas veinte subespecies, aceptadas por muchos pero aún en proceso de redefinición. Algunas probablemente serán reevaluadas al rango de especie y otras nuevas se describirán en el futuro. A título informativo, recordamos las principales: Saxicola torquatus maurus, Saxicola torquatus rubicola, Saxicola torquatus hibernans, Saxicolatorquatus variegatus, Saxicola torquatus axillaris y Saxicola torquatus albofasciata.

Un juvenil de Saxicola torquatus recién emplumado, casi sin cola, con su plumaje camuflado.

Un juvenil recién emplumado, casi sin cola, con su plumaje camuflado © Gianfranco Colombo

Etología-Biología reproductiva

Habitualmente se realizan dos puestas por temporada, y en ocasiones tres, con ciclos reproductivos completos relativamente rápidos.

La pareja es monógama únicamente durante la estación de nidificación y se muestra muy territorial.

El nido se construye en el suelo, oculto entre hierbas; a veces sobre terreno completamente plano, pero con frecuencia en taludes, desniveles, lomas, terraplenes, márgenes de fosos o bordes de caminos rurales. Siempre se ubica en la parte alta de la ladera y, por lo general, orientado hacia el sur. Se halla magníficamente camuflado, cubierto por el follaje colgante de la mata de hierba en cuya base está colocado.

Decir “oculto” puede ser incluso exagerado: a menudo está tan bien disimulado que resulta imposible hallarlo, aun examinando desde muy cerca. Con frecuencia, para acceder a la entrada, el ave excava un brevísimo túnel entre la hierba que le permite introducirse directamente en el nido.

Este está formado por tallos de hierba, musgo y líquenes, paja, pelos y pequeñas raíces, rellenando una ligera depresión excavada en el suelo, hasta conformar una copa bien definida y relativamente profunda.

Se depositan generalmente entre 5 y 6 huevos, de color azul verdoso, a veces intenso, finamente moteados de pardo. La incubación corresponde únicamente a la hembra y dura unas dos semanas. Los polluelos permanecen en el nido otro par de semanas, con frecuentes “escapadas” tempranas que los llevan a deambular por los alrededores, hasta que adquieren la capacidad de volar.

El Tarabilla común es insectívoro durante la mayor parte del año, especialmente en el periodo de nidificación. Se alimenta de insectos alados y terrestres, arácnidos y gusanos. Los pequeños lepidópteros y dípteros son particularmente apreciados, y los captura al vuelo con gran destreza, lanzándose desde sus posaderos habituales.

La especie está muy extendida en el Viejo Mundo, con varias subespecies que migran distancias cortas, se superponen e hibridan. Aquí, un macho de Saxicola torquatus axillaris de Kenia con su manchado naranja significativamente reducido. Es insectívoro durante gran parte del año, especialmente durante la época de anidación.

La especie está muy extendida en el Viejo Mundo, con varias subespecies que migran distancias cortas, se superponen e hibridan. Aquí, un macho de Saxicola torquatus axillaris de Kenia con su manchado naranja significativamente reducido. Es insectívoro durante gran parte del año, especialmente durante la época de anidación © Colombo

En la estación desfavorable, que pasa no muy lejos del territorio estival, las condiciones climáticas no siempre garantizan la disponibilidad de suficientes insectos para la supervivencia. En tales casos, su dieta se complementa con pequeñas semillas y bayas. Sin embargo, la fidelidad al lugar elegido para invernar y la imposibilidad de desplazarse rápidamente a larga distancia para evitar cambios climáticos repentinos y prolongados, aunque duren pocos días, provocan a menudo fuertes mortandades.

Sinónimos

Motacilla torquata Linnaeus, 1766; Saxicola torquata Linnaeus, 1766; Pratincola pallidigula Reichenow, 1892; Saxicola axillaris Shelley, 1884.

 

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