Androctonus australis

Familia : Buthidae

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Texto © Prof. Giorgio Venturini

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

El Androctonus australis es un escorpión de 10 cm presente en una ancha banda del norte de África, hasta Somalia y, más allá del mar Rojo, en Asia, hasta India. Depreda coleópteros, cucarachas y arañas, aunque a veces caza pequeños vertebrados como lagartijas o roedores © Giuseppe Mazza

El Androctonus australis es un escorpión de 10 cm presente en una ancha banda del norte de África, hasta Somalia y, más allá del mar Rojo, en Asia, hasta India. Depreda coleópteros, cucarachas y arañas, aunque a veces caza pequeños vertebrados como lagartijas o roedores © Giuseppe Mazza

El Escorpión de cola gruesa (Androctonus australis Linneus 1758) pertenece a la familia Buthidae. Habitualmente se le reconocen subespecies, como Androctonus australis garzonii Goyffon & Lamy, 1973 o Androctonus australis hector C. L. Koch, 1839, aunque recientes estudios de genética molecular ponen en duda esta división subespecífica.

El género Androctonus deriva del griego “ανηρ” (aner), genitivo “ανδρος” (andros) = hombre y “κτεινω” (kteino) = matar. La especie australis proviene del latín “Auster” = Austro, un viento cálido del sur, en referencia a la distribución de la especie en las regiones meridionales. Auster a su vez deriva del griego “αυστηρος” (austeros) = seco, árido, originado del verbo “αυω” (auo) = quemar. Así, Androctonus australis significa “homicida meridional”.

Zoogeografía

El género Androctonus , que cuenta con alrededor de 18 especies, está presente en África septentrional y oriental, Medio Oriente y hacia el este llega a las montañas del Hindu Kush.

Androctonus australis está presente en África (Argelia, Chad, Egipto, Túnez, Libia, Mauritania, Somalia y Sudán) y en Asia (Israel, Jordania, India, Pakistán, Arabia Saudí y Yemen).

Ecología-Hábitat

Este escorpión habita los ambientes áridos y las zonas desérticas, pudiéndosele encontrar en terrenos pedregosos, regiones montañosas áridas o incluso en las laderas de dunas arenosas.

Desafortunadamente para el hombre, esta especie se encuentra a menudo cerca de las poblaciones, en fisuras de muros o entre los escombros. Un estudio de la distribución de este escorpión en Sfax, Túnez, ha demostrado que entre sus hábitats preferidos están las lindes de cactus a menudo plantadas para delimitar la propiedad. Ha sido sugerido que la eliminación de estos particulares setos podría reducir el riesgo de picadura entre los habitantes de la zona.

Morfofisiología

Androctonus australis es un escorpión de mediano tamaño que puede alcanzar una longitud de 10 cm. La coloración es generalmente amarillenta, aunque es en general bastante variable. Los últimos segmentos de la cola y las quelas (pinzas) palpales son generalmente más oscuros, sobre todo terminalmente. El abdomen está formado por 12 segmentos, de los que los últimos 5 forman la “cola” que porta el telson, el último segmento, dotado del aguijón y las glándulas de veneno. La cola (metasoma) es muy gruesa y fuerte, con los segmentos terminales normalmente más grandes que los primeros. Inferiormente, cerca de las patas posteriores, se observan los dos peines, que son órganos sensoriales probablemente dedicados a la detección de estímulos vibratorios y/o químicos, que en el macho presentan dientes más largos y numerosos. Los peines se inclinan posteriormente y hacia el exterior, hasta poder llegar a verse aún observando al animal desde lo alto. Las pinzas suelen estar más desarrolladas en la hembra.

Normalmente no escava madrigueras, sino que suele esconderse bajo piedras o en fisuras de la roca; prefiere las grietas más oscuras y frescas, en las que se resguarda, saliendo casi únicamente durante la noche. La dieta es prevalentemente a base de invertebrados como coleópteros, cucarachas y arañas aunque en ocasiones puede alimentarse de pequeños vertebrados como lagartijas o microrroedores. Como todos los escorpiones, Androctonus australis no es un animal social.

Como indica el nombre científico, su picadura puede ser mortal para el hombre © Giuseppe Mazza

Como indica el nombre científico, su picadura puede ser mortal para el hombre © Giuseppe Mazza

Etología-Biología Reproductiva

El emparejamiento se lleva a cabo tras una danza de cortejo larga y organizada: una suerte de ballet de la pareja que, aferrándose por las pinzas, gira cara a cara, con la cola elevada y el aguijón erecto, lo que en ocasiones ha llevado a pensar erróneamente en un combate. Con esta danza el macho lleva a la hembra hasta el lugar escogido para el acto sexual, consistente en depositar el espermatóforo en el orificio genital de la hembra. Tras una gestación de entre 4 y 6 meses la hembra “pare” unas pocas decenas de pequeños escorpiones que después llevará sobre el dorso hasta la primera muda. El desarrollo incluye 7 u 8 mudas antes de alcanzar la madurez. La esperanza de vida y es de alrededor de 5 años.

Al contrario que muchos otros animales del desierto, este escorpión en caso de tormenta de arena no se refugia bajo el suelo o bajo piedras, sino que es capaz de soportar el efecto abrasivo de los granos de arena portados por el viento a alta velocidad, situación intolerable para otros seres vivos y muy perniciosa para las construcciones humanas. Esta resistencia ha llamado la atención de los bioingenieros, que han podido probar que la coraza quitinosa del escorpión está caracterizada por una superficie microgranulosa con protuberancias de pocos micrómetros de grosor. Estudios experimentales y teóricos de dinámica de fluidos sugieren que las irregularidades de la superficie modifican el flujo del viento y de los granos de arena de tal forma que minimizan sus efectos abrasivos. Se piensa que estas observaciones pueden llevar a diseñar materiales capaces de resistir de manera óptima la abrasión de la arena para utilizarlos en aviones y otros artefactos.

Venenosidad

Androctonus australis es uno de los escorpiones más peligrosos de los países norteafricanos y del Medio Oriente, siendo de destacable importancia sanitaria ya que causa numerosos envenenamientos que pueden desembocar en la muerte. Su veneno contiene numerosas proteínas tóxicas distintas que son responsables de casi todos los efectos letales en el hombre. La mayor parte de estas toxinas afectan principalmente a los canales iónicos responsables de la propagación del potencial eléctrico en las células nerviosas. Las distintas toxinas alteran la función de diversos tipos de canales y pueden verse afectados canales de sodio, potasio, calcio y cloro, provocando, por lo tanto, efectos muy complejos. Además de los efectos neurotóxicos el envenenamiento, a través de su acción sobre tantos canales iónicos, provoca también importantes fenómenos inflamatorios debidos a la activación de las células del sistema inmunitario. Estos efectos pueden ser responsables de los efectos a largo plazo del envenenamiento, en particular de daños pulmonares y cardíacos. Es, de hecho, conocido que las personas envenenadas que sobreviven a los efectos agudos sufren a menudo secuelas.

Estudios experimentales efectuados en animales demuestran una imponente activación de la respuesta inflamatoria debida a la hiperestimulación de las células inmunitarias, lo que ocasiona severos daños a los tejidos, como edema pulmonar y de miocardio, hemorragias y necrosis pulmonar, incluso bronconeumonía aguda. Todas estas son potenciales causas de daños a largo plazo o de muerte.

La mortalidad afecta sobre todo a los niños y los individuos debilitados. Las personas picadas muestran diversos tipos de patología, debidos ya sea a la estimulación del sistema nervioso autónomo o al central: hiperexcitación, hipertermia, vómitos, sudoración y salivación abundante, temblores y convulsiones. Los fenómenos inflamatorios producen fiebre, anorexia, vasodilatación, hipotensión y aumento de la permeabilidad de los capilares, con los consecuentes edemas. Los efectos más graves incluyen disfunciones cardíacas, edema pulmonar y shock sistémico, llegando a ser incluso letal.

En el Instituto Pasteur se extrae el veneno mediante una descarga eléctrica para la producción del suero © Giuseppe Mazza

En el Instituto Pasteur se extrae el veneno mediante una descarga eléctrica para la producción del suero © Giuseppe Mazza

El número de casos de envenenamiento es muy elevado en los distintos países del norte de África y Medio oriente con más de 29.000 casos en Marruecos en 2009 o 30.000 casos por año en Irán, por poner dos ejemplos. La población de mayor riesgo es la de los jóvenes menores de 15 años, en parte gracias a la costumbre de jugar descalzos fuera de casa hasta el anochecer. La mortalidad depende de la posibilidad de prestar cuidados idóneos además de la edad, peso corporal y del estado de salud del paciente y varía, según distintos estudios, desde un 0,2 % hasta un 2 %.

Las diversas toxinas contenidas en el veneno de este escorpión, dada su acción específica sobre diferentes tipos de canales iónicos, representan un importante instrumento en la investigación farmacológica para el estudio de las funciones de los canales iónicos neuronales.

Suero anti-veneno

El tratamiento de las personas picadas por un Androctonus australis debe incluir terapias farmacológicas sintomáticas así como la administración de un suero anti-veneno de Androctonus. Típicamente estos sueros, que contienen anticuerpos contra las toxinas, son producidos inoculando en animales dosis oportunas del veneno del escorpión, oportunamente tratado para reducir la toxicidad sin modificar su capacidad antigénica (capacidad de inducir la producción de anticuerpos). El veneno usado para la producción de estas vacunas es extraído de escorpiones mantenidos en terrarios, con una práctica denominada a menudo “ordeño”.

Los animales usados para la inoculación pueden ser caballos u otras especies. Recientemente en Oriente Medio se han usado dromedarios para la producción de antisueros, con resultados prometedores dado que se ha observado que el suero de dromedario parece reducir el riesgo de inducción de shock anafiláctico en comparación al suero equino. Más recientemente para inmunizar al animal se ha propuesto utilizar las toxinas del escorpión modificadas artificialmente, prácticamente no tóxicas pero válidas a nivel antigénico. Estas toxinas sintéticas, vista su ausencia de toxicidad, podría incluso ser usada en años venideros para producir un antisuero directamente en el hombre. Una aproximación muy prometedora es la de producir, mediante células cultivadas in vitro, anticuerpos monoclonales contra los distintos tipos de toxinas, que pueden mostrar mayor eficacia y, sobre todo, presentar un bajo riesgo de reacción anafiláctica.

La leyenda del suicidio de los escorpiones

Un rumor popular afirma que los escorpiones, cuando son rodeados por el fuego, buscan suicidarse con su propio aguijón envenenado. Un estudio de 1998 ha demostrado que el veneno de Androctonus australis, a dosis letales para otros artrópodos, no muestra efecto sobre el propio escorpión, dado que los canales iónicos de la membrana de sus neuronas no son sensibles a la acción de sus toxinas. No es por tanto posible para este animal suicidarse con su propio veneno.

Sinónimos

Scorpio australis Linnaeus, 1758; Androctonus australis australis Linnaeus, 1758; Androctonus australis africanus Lamy, Le Pape & Weill, 1974; Androctonus australis garzonii Goyffon & Lamy, 1973; Androctonus libycus Ehrenberg, 1828; Androctonus funestus Ehrenberg, 1828; Androctonus melanophysa Ehrenberg, 1828; Androctonus priamus C. L. Koch, 1839; Androctonus hector C. L. Koch, 1839.