Anoplocapros lenticularis

Familia : Aracanidae

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Texto © Giuseppe Mazza

 


Traducción en español por el Prof. Juan Carlos Fernández-Ordóñez

 

Llamativo macho de Anoplocapros lenticularis con las cuatro características franjas blancas y las lenticelas que dieron nombre a la especie

Llamativo macho de Anoplocapros lenticularis con las cuatro características franjas blancas y las lenticelas que dieron nombre a la especie © Giuseppe Mazza

Anoplocapros lenticularis Richardson, 1841 pertenece a la clase Actinopterygii, los peces con aletas radiadas, al orden de los Tetraodontiformes, el grupo que alberga a los peces globo, como por ejemplo el Diodon liturosus, los peces ballesta como el Balistoides conspicillum y los peces cofre como el Lactoria cornuta, y a la familia Aracanidae, creada por Fraser-Brunner en 1941 para los peces cofre de aguas profundas, que cuenta sólo con 6 géneros y 12 especies.

El nombre del género Anoplocapros proviene del griego (ανω) “ano” = sobre, encima + (οπʎον) “oplon” = escudo y del latín “caper” = macho cabrío, en referencia a la “cabeza de cabra” de este pez que tiene una sólido escudo óseo bajo la piel con dos pequeños cuernos espinosos sobre los ojos.

De frente, además de los cuernos espinosos que protegen los ojos, notamos, inmediatamente después, una depresión en el perfil, típica de la especie, y el vistoso casco ventral. La piel está impregnada de un poderoso veneno

De frente, además de los cuernos espinosos que protegen los ojos notamos después una depresión en el perfil, típica de la especie, y el vistoso casco ventral. La piel está impregnada de veneno © Giuseppe Mazza

Por su parte, el nombre de la especie lenticularis proviene, siempre en latín, de “lenticula” diminutivo de “lens, léntis” = lente, por lo tanto provisto de lenticelas, debido a la brillante librea salpicada de protuberancias planas con manchas circulares, similares a pequeñas lentes.

Zoogeografía

Anoplocapros lenticularis está presente en el Océano Índico oriental, es endémico de las costas occidentales y meridionales de Australia.

Ecología-Hábitat

Nada sobre la plataforma continental, entre 10 y 220 m de profundidad, generalmente a lo largo del arrecife de coral o entre los restos de madréporas en el lado exterior del arrecife, pero también se encuentra en praderas sumergidas y en fondos arenosos, detríticos o fangosos, donde busca pequeños crustáceos y otros invertebrados que forman la base de su dieta.

Morfofisiología

No tiene escamas. El cuerpo, achatado respecto a la estructura típica de los peces cofre, está protegido como en estos por un caparazón formado por placas hexagonales soldadas entre sí, bien visibles bajo la piel, con orificios correspondientes a ojos, boca, aletas, branquias y ano.

Los machos pueden alcanzar los 33 cm de longitud, mientras que las hembras no suelen superar los 20 cm.

El vientre presenta una llamativa quilla, no menos alta y redondeada que la del dorso.

Delante de los ojos, protegido por una pequeña espina, el perfil de la cabeza es cóncavo y uno de los elementos que lo distingue de los otros dos congéneres: Anoplocapros amygdaloides, que ocupa más o menos las mismas aguas y tiene un perfil plano, y Anoplocapros inermis, que vive en la frontera entre el Océano Índico oriental y el Pacífico occidental y tiene un perfil convexo.

El hocico es puntiagudo para sacar y agarrar incluso de las hendiduras, con esa especie de pico típico de los Tetraodontiformes nacido de la fusión de los cuatro dientes anteriores, las posibles presas escondidas y de las cuales tal vez percibe su olor.

Faltan las aletas ventrales y la locomoción está confiada a los característicos y potentes movimientos ondulantes de la aleta caudal, asistidos por las aletas pectorales. Las aletas dorsal y anal, colocadas en una posición hacia atrás, sirven principalmente como timones.

Hay un notable dimorfismo sexual que hace que el macho sea inconfundible debido a la librea de color rojo anaranjado brillante con cuatro franjas blancas. La más grande recorre el dorso descendiendo por los lados entre el ojo y la aleta ventral, donde finalmente se ensancha con una línea casi perpendicular. Ligeramente menos ancha, pero no menos vistosa, es la franja que delimita el final del cuerpo entre las aletas dorsal y anal.

La hembra es de color marrón rojizo con líneas negras irregulares que en el pasado engañaron a los ictiólogos por cierta similitud, entre otras cosas, con Aracana aurita

La hembra es de color marrón rojizo con líneas negras irregulares que en el pasado engañaron a los ictiólogos por cierta similitud, entre otras cosas, con Aracana aurita © Giuseppe Mazza

Luego está la franja triangular que parte de los ojos ensanchándose hacia el hocico y la franja del pedúnculo caudal. Colores de advertencia defensivos, para recordar a los depredadores que la piel exuda un poderoso moco venenoso defensivo: la tetrodotoxina.

La librea de la hembra es completamente diferente: marrón rojizo con líneas negras irregulares que en el pasado dio que hablar a los ictiólogos por el parecido con la de la Aracana aurita, una especie de forma análoga pero con dibujos oscuros paralelos.

Al igual que ocurre con los peces del género Ostracion, no se puede alojar con otras especies en acuarios pequeños. De hecho, si es molestado repetidamente o muere, libera grandes dosis de tetrodotoxina, matando a los demás peces. En cualquier caso, esto es muy poco probable en ambientes domésticos, dado que el precio de esta especie supera los 1.000 euros en el mercado de los acuarios y a que se trata de una especie de aguas profundas, con temperaturas inferiores a los 16 °C, por lo que solo puede mantenerse en aguas refrigeradas de grandes acuarios públicos.

Su precio supera los 1.000 € pero ciertamente no se ve amenazado por los acuarios domésticos, ya que sólo puede vivir en grandes tanques con agua refrigerada a 16 °C © Giuseppe Mazza

Su precio supera los 1.000 € pero ciertamente no se ve amenazado por los acuarios domésticos, ya que sólo puede vivir en grandes tanques con agua refrigerada a 16 °C © Giuseppe Mazza

Etología-Biología Reproductiva

Se ha observado que para asustar a las presas, Anoplocapros lenticularis suele mover los sedimentos con fuertes chorros de agua, pero se sabe muy poco sobre la reproducción, salvo que, después del apareamiento, los huevos son confiados a las corrientes y también están empapados en veneno.

La resiliencia de la especie parece ser buena. El índice de vulnerabilidad a la pesca es decididamente bajo: apenas 23 en una escala de 100.

Sinónimos

Ostracion lenticularis Richardson, 1841; Acerana grayi Kaup, 1855; Anoplocapros gibbosus McCulloch & Waite, 1915.

 

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