Antennarius pictus

Familia : Antennariidae

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Texto © Giuseppe Mazza

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

Antennarius pictus, Pejesapo Pintado, Antennariidae

¿Un extraterrestre? ¿Un engendro nocturno? No, tan solo es un Antennarius pictus nadando © G. Mazza

El Pejesapo Pintado (Antennarius pictus Shaw, 1794) pertenece a la clase Actinopterygii, los peces con las aletas radiadas, al orden de los Lophiiformes y a la familia de los Antennariidae, presente principalmente en los mares tropicales y subtropicales con una cincuentena de especies.

El nombre del género deriva del latín “antenna” = antena, asta, en referencia al sedal, llamado illicium, que muestra sobre la cabeza.

El nombre específico, del latín, “pictus” = pintado, manchado, colorido, hace referencia a la vistosa librea.

Zoogeografía

Tiene una distribución muy amplia en las aguas tropicales del Indopacífico.

A título indicativo lo encontramos desde Sudáfrica, Madagascar y África oriental hasta el mar Rojo y el Arábigo, llegando a las Seychelles, las Maldivas, India, Sri Lanka, islas Cocos, Indonesia, Australia, Nueva Guinea, Palau, Filipinas, Taiwan y la parte más meridional de Japón. Hacia el levante ha avanzado hacia el norte hasta las islas Marshall y Hawaii y hacia el sur hasta las islas de la Sociedad tras haber colonizado Nueva Caledonia y Tonga.

Ecología-Hábitat

Es una especie bentónica que deambula entre los corales en aguas relativamente someras y tranquilas, generalmente alrededor de los 15 m de profundidad, pero ha sido visto hasta los 75 m de profundidad en la parte externa del arrecife. Pasa gran parte del día inmóvil, digiriendo sin prisas sus presas entre los coloridos corales y las esponjas, a las que imita a la perfección, pasando desapercibido.

Antennarius pictus, Pejesapo Pintado, Antennariidae

Las aletas pectorales y ventrales están transformadas en extremidades y la cabeza muestra un extraño sedal © Giuseppe Mazza

Morfofisiología

Rechoncho, con una silueta insólita como mínimo y una apariencia casi redondeada, el Antennarius pictus puede alcanzar los 30 cm de largo.

La piel, llena de protuberancias y sin escamas, puede ser roja, amarilla, verde, marrón, gris o negra, con manchas, según el caso, rojas, pardas o grises que imitan los ósculos y claroscuros de las esponjas.

En el dorso, sobre la boca, se encuentra un radio espinoso transformado en filamento móvil, el famoso illicium, que termina un cebo en forma de penacho, denominado esca, para atraer la atención de sus presas.

Le siguen dos radios espinosos, invisibles por estar bajo la piel, que forman una pequeña joroba, y, para terminar, se percibe una aleta más tradicional compuesta por 12-13 radios blandos.

La anal muestra 7-8 radios inermes; la caudal es más o menos redondeada, mientras que las pectorales y las ventrales parecen pies y manos con dedos palmeados. La boca, orientada hacia arriba, es enorme, con la mandíbula inferior más larga. En su interior presenta finos dientes, dispuestos uno al lado del otro como si de un cepillo se tratase. La abertura branquial, como en las morenas, está reducida a un simple agujero, bien camuflado, en la base de las pectorales.

Antennarius pictus, Pejesapo Pintado, Antennariidae

Se trata del illicium, al que agita como un gusano para llamar la atención. En 1/10.000 de segundo la boca protráctil se abre y absorbe al desgraciado de turno © G. Mazza

Etología-Biología Reproductiva

Es un pez muy voraz, a veces caníbal, que no duda en engullir presas de su mismo tamaño. Perfectamente camuflado entre las esponjas y corales, cubierto como lo está de excrecencias, realmente parece una esponja o una roca llena de incrustaciones. Se mantiene quieto y, cuando ve acercarse un pez, agita arriba y abajo el illicium para llamar su atención.

Antennarius pictus, Pejesapo Pintado, Antennariidae

El color, muy variable, ha creado muchos sinónimos. Las manchas imitan los ósculos de las esponjas © G. Mazza

El que buscaba quizás un gusano se acerca, incauto, y es aspirado de improviso por una enorme boca protráctil que se propulsa hacia delante abriéndose en una diezmilésima de segundo. La depresión es tal que, sin siquiera notarlo, la desgraciada víctima se encuentra en la oscuridad del estómago de su captor.

Como puede intuirse de la forma ciertamente poco hidrodinámica, el Antennarius pictus es un pésimo nadador. Avanza caminando sobre sus aletas a pequeños pasos, pero en caso de peligro puede nadar una buena distancia mediante potentes golpes de cola.

Para reproducirse los compañeros suben a la superficie, donde la hembra emite millares de huevos unidos en cordones flotantes, que son fundados al vuelo y confiados a las corrientes.

Eclosionan tras varios días y las larvas planctónicas viajan a la deriva durante 1 o 2 meses antes de sufrir una metamorfosis y alcanzar el fondo donde, en los primeros momentos, los jóvenes son confundidos con nudibranquios. Las poblaciones pueden doblar su tamaño en menos de 15 meses y el índice de de vulnerabilidad a la pesca, 20 sobre 100, es bajo.

Sinónimos

Lophius pictus Shaw, 1794; Lophius chironectes Latreille, 1804; Antennarius chironectes Latreille, 1804; Chironectes verus  Cloquet, 1817; Chironectes leprosus Eydoux & Souleyet, 1850; Antennarius leprosus Eydoux & Souleyet, 1850; Antennarius polyophthalmus Bleeker, 1852; Antennarius horridus Bleeker, 1853; Lophiocharon horridus Bleeker, 1853.

 

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