Beccariophoenix madagascariensis

Familia : Arecaceae


Texto © Pietro Puccio

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

Similar a la Beccariophoenix fenestralis, pero sin la característica fenestración cerca del raquis en las hojas de las plantas jóvenes, la Beccariophoenix madagascariensis es una palmera rara, en peligro de extinción en la naturaleza, de Madagascar, donde lentamente puede alcanzar los 15 m de altura © Giuseppe Mazza

Similar a la Beccariophoenix fenestralis, pero sin la característica fenestración cerca del raquis en las hojas de las plantas jóvenes, la Beccariophoenix madagascariensis es una palmera rara, en peligro de extinción en la naturaleza, de Madagascar, donde lentamente puede alcanzar los 15 m de altura © Giuseppe Mazza

La especie es originaria del este de Madagascar, donde está presente solo con un número reducido de ejemplares en las florestas lluviosas submontanas, principalmente sobre suelos pobres y arenosos, hasta alrededor de los 1.200 m de altitud.

El nombre del género es la combinación del apellido del botánico y naturalista italiano Odoardo Beccari (1843-1920), de quien las palmeras fueron uno de los principales intereses, y el nombre del género Phoenix; mientras que el epíteto específico “madagascariensis” = de Madagascar en latín, hace referencia al lugar de origen.

Nombres comunes: manarano palm (inglés); manarano, manara, maroala (malgache).

La Beccariophoenix madagascariensis Jum. & H.Perrier (1915) es una especie monoica inerme de tallo único, erecto, de hasta alrededor de 15 m de altura y 35 cm de diámetro, de color gris pardusco sobre el que son visibles los anillos dejados por las hojas caídas, separados entre sí en torno a 5 cm. Las hojas son pinnadas, de entre 4 y 5 m de largo, con alrededor de 130 pares de foliolos linear-lanceolados, de hasta alrededor de 170 cm de longitud en la parte media y 4,5 cm de ancho, regularmente dispuestos a ambos lados del raquis y de color verde brillante; la base foliar tiene los bordes fibroso y mide hasta 1,5 m de largo, envolviendo solo parcialmente el tallo. Las inflorescencias, sobre un robusto pedúnculo de hasta 1 m de longitud, nacen entre las hojas (interfoliares), midiendo alrededor de 1,2 m de largo, con ramificaciones de primer orden (raramente presenta de segundo), inicialmente encerradas en una bráctea leñosa de alrededor de 70 cm de longitud que está recubierta de un tomento de color pardo rojizo. Las flores, unisexuales, están dispuestas en tríadas (una flor femenina entre dos flores masculinas), excepto en la parte terminal de a inflorescencia, donde solo hay flores masculinas, solitarias o en parejas. Los frutos, de alrededor de 3,5 cm de longitud y 2,5 cm de diámetro, son ovoideos con ápice puntiagudo, de color púrpura oscuro y con una sola semilla elipsoidal en su interior de alrededor de 2,4 cm de largo y 2 cm de diámetro.

Se reproduce mediante semilla, previamente mantenida en agua durante dos días, plantándola en sustrato arenoso rico en materia orgánica y mantenido húmedo a una temperatura de entre 26 y 28 ºC, con un tiempo de germinación que puede ir de 1 a 3 meses.

Considerada extinta durante muchos años, fue “redescubierta” en 1986, despertando por sus notables características el interés de botánicos y coleccionistas, con una inmediata demanda de semillas, que fueron distribuidas y comercializadas a partir de 1990. Inicialmente, las semillas recogidas en distintas localidades, distribuidas todas con el nombre de Beccariophoenix madagascariensis, dieron origen a dos morfologías de plantas, una con evidente fenestración en las hojas jóvenes y la otra sin ella, que en lo sucesivo fueron indicadas y comercializadas como B. madagascariensis “windows form” y B. madagascariensis “no windows” respectivamente. Este dimorfismo, en conjunción con otros detalles, hizo nacer la sospecha de que estuviésemos en presencia de dos especies distintas, confirmándose esto cuando se evidenciaron diferencias significativas en las inflorescencias (infrafoliares en la “windows form” e interfoliares en la “no windows”), las flores y los frutos, que indujeron a los botánicos John Dransfield y Mijoro Rakotoanirivo a describir en 2014 la “windows form” como una nueva especie con el nombre de Beccariophoenix fenestralis, distinta de la Beccariophoenix madagascariensis.

Es esta que nos ocupa una palmera de crecimiento más bien lento, cultivable en las regiones de clima tropical, subtropical y marginalmente en las de clima templado cálido, donde puede resistir valores mínimos de temperatura, siempre que sean excepcionales y de corta duración, de hasta alrededor de -2 ºC, a pleno sol y sobre suelos incluso pobres, drenantes, preferiblemente arenosos, ácidos o neutros. Requiere frecuentes riegos, especialmente durante los periodos de sequía en presencia de temperaturas altas, y fertilizaciones con productos equilibrados con oligoelementos en forma de quelatos, en particular hierro, ya que se ve fácilmente afectada por la clorosis. Los tallos son usados en construcción, las hojas jóvenes para elaborar diversos objetos artesanales, en particular para la confección de un conocido sombrero (“manarano”); y localmente se consume el ápice vegetativo (“palmito” o “corazón de palma”), uso que se trata de erradicar ya que implica la muerte de la planta.

Por la elevada fragmentación de su población, el reducido número de ejemplares, la presión antrópica y el uso alimentario arriba citado esta especie ha sido incluida en la lista roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) como “vulnerable” (especie en riesgo de extinción en esta salvaje).

La especie está incluida también en el apéndice II del CITES (esto implica que su comercio está reglamentado a nivel internacional).

 

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