Canthigaster jactator

Familia : Tetraodontidae

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Texto © Giuseppe Mazza

 


Traducción en español de Victor Mallarino

 

Entre los “toby”, capaces de inflarse de agua como globos para escapar de los prestadores, Canthigaster jactator se distingue su boca terminal especialmente larga y cónica

Entre los “toby”, capaces de inflarse de agua como globos para escapar de los prestadores, Canthigaster jactator se distingue su boca terminal especialmente larga y cónica © Keoki Stender

El Canthigaster jactator (Jenkins, 1901) pertenece a la clase Actinopterigii (peces con aletas radiadas), al orden Tetraodontiformes y a la familia Tetraodontidae, grupo que cuenta con unas 200 especies donde el género Canthigaster es el dominante con casi 40 especies.

El nombre Canthigaster proviene del griego “Κανθήλια” (kanthelia), cesta y “γαστήρ” (gaster), vientre, debido a su capacidad para bombear agua hacia su cavidad ventral, inflándola como un globo, una forma de tornarse visualmente incómodo para los predadores de tamaño reducido que, como en el juego de la manzana suspendida de un hilo, tendrían enorme dificultad para morderlo.

La denominación específica jactator en latín significa “fanfarrón, presuntuoso, bravucón, jactancioso”, quizás en este caso más que a su llamativa librea, hace  referencia a su capacidad para hincharse.

Vive en el Pacífico tropical y es nativo tanto de Hawaii como de las aguas lejanas de Taiwan

Vive en el Pacífico tropical y es nativo tanto de Hawaii como de las aguas lejanas de Taiwan © Keoki Stender

 Zoogeografía

El Canthigaster jactator  es un pez del Océano Pacífico tropical con epicentro en Hawaii, como lo evidencia el nombre común “Hawaiian whitespotted toby” (“Toby hawaiano de puntos blancos”), hallándose, además, en el vecino atolón de Johnston. Habita también las más distantes aguas de Taiwan con distribución hacia el sur hasta las Islas Batanes e Islas Babuyán y Vietnam. Hacia el norte, su rango se extiende hasta el archipiélago de Ryukyu y la isla de Okinawa, al sur de Japón.

Ecología-Hábitat

Este pez vive entre las formaciones de Madréporas en aguas relativamente someras, entre 10 y 36 metros de profundidad. Se encuentra en costas rocosas y ensenadas y, en menor número, en fondos arenosos y de lodo, ya que estos  entornos ofrecen pocas fuentes de alimento y menos agujeros donde pasar la noche y esconderse en caso de necesidad.

Juvenil. Los puntos son en proporción más grandes, pero la librea es igual que en los adultos, con ojos verde turquesa

Juvenil. Los puntos son proporcionalmente más grandes, pero la librea es igual que en los adultos, con ojos turquesa © Keoki Stender

Morfofisiología

Es un pez pequeño de forma oval y regordeta que no pasa de los 9 cm de longitud. Su construcción es clásica de los peces cofre, con una pequeña armadura bajo su piel sin escamas y provista de las aperturas para ojos, boca, aletas, branquias y ano.  Comparado con especies análogas, su boca terminal es particularmente elongada, como un embudo, con la apertura en una posición avanzada y el característico pico de los Tetraodontidae formado por dos incisivos en cada maxilar.

El cuerpo presenta un fondo marrón rojizo, desvaneciéndose hacia el naranja cerca de la boca y el vientre.  Está salpicado de motas nítidas, una característica frecuente en los peces cofre como el Canthigaster solandri. En este caso, sin embargo, no hay presencia de rayas aún siendo notorio un aire de familia en el contorno del ocelo, en la base de la aleta dorsal. Los ojos son verdes o turquesa y la cola traslúcida no presenta coloración alguna mientras que el cuerpo, en ocasiones, muestra una leve fluorescencia verde.

Las estrategias de supervivencia son, en cualquier caso, las mismas: ojos falsos y puntos para confundir, la capacidad de inflarse y una coloración a la vez mimética y llamativa como recordatorio para los predadores que sobrevivan a la experiencia, de que se trata de un pez dotado de tetrodotoxina, un veneno muy poderoso sintetizado por bacterias simbióticas.

También en este caso, las aletas ventrales están ausentes y la aleta caudal a menudo se mantiene cerrada como estabilizador durante las búsquedas en el arrecife, con ondulaciones leves de las aletas dorsales y anales de posición muy posterior. Las pectorales asisten durante las maniobras de mayor dificultad pero en caso de huida, es su gran aleta caudal, desplegada como un abanico, la que se encarga del empuje fundamental al escapar.

Un adulto de guardia, inspeccionando su territorio. El Canthigaster jactator rara vez alcanza los 9 cms. Se nutre de algas y es, a la vez, carnívoro

Un adulto de guardia, inspeccionando su territorio. El Canthigaster jactator rara vez alcanza los 9 cms. Se nutre de algas y es, a la vez, carnívoro © Keoki Stender

Etología-Biología reproductiva

El Canthigaster jactator  es un pez territorial que vive en pareja o, más frecuentemente, en pequeños grupos de un macho adulto y 3-4 hembras.

Los machos inspeccionan su pequeño imperio conformado por los territorios de las hembras y éstas, a su vez, los defienden de las demás hembras circulando por turnos al lado de la elegida del harén. Estos pequeños feudos miden entre uno y seis metros de diámetro y el paisaje es cuidadosamente examinado para detectar cualquier cambio, por pequeño que sea.

Son peces habituales, conocedores de cada resquicio de las formaciones de madréporas, que acostumbran pasar varias noches de sueño profundo en la misma guarida. Observaciones indican que ocupan el 50% de las horas de luz custodiando, el 40% escondiéndose y solamente un 10% del tiempo es empleado en la búsqueda de alimento.

Por su tamaño podría ser una joya de acuario, pero es difícil de acostumbrar e infringe unas características cicatrices, en forma de media luna, en las aletas de otros peces

Por su tamaño podría ser una joya de acuario, pero es difícil de acostumbrar e infringe unas características cicatrices, en forma de media luna, en las aletas de otros peces © Giuseppe Mazza

Para algunos, son peces primordialmente herbívoros, con una preferencia típica de los Canthigaster por las algas filamentosas; para otros, son carnívoros ya que han sido vistos mordisqueando esponjas, corales, tunicados, poliquetos, briozoos, equinodermos y pequeños crustáceos. Realmente, se trata de herbívoros que se adaptan a todo, incluidos los cambios climáticos. Tienen, además, la mala costumbre, poco compatible con la vida de acuario y pese a su escaso tamaño, de mordisquear las aletas de los otros huéspedes de la pecera, dejando unas típicas marcas en forma de media luna, una cerca de la otra.

Cuando la hembra de turno está lista, el desove tiene lugar en pequeñas grutas. Los cónyuges literalmente vibran de amor y los huevos, recién fecundados, eclosionan tras unos pocos días.

Los índices de supervivencia son favorables, con poblaciones que duplican su número en menos de 15 meses y actualmente (en 2019) el índice de vulnerabilidad es extremadamente bajo, con una calificación de 10 sobre una escala de 100.

 

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