Familia : Orchidaceae

Texto © Prof. Pietro Pavone

Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende

Drácula diana es una rara planta endémica de los bosques húmedos de Colombia en el departamento del Valle del Cauca, en la Cordillera Occidental. © Eerika Schulz
Dracula diana Luer & R. Escobar es una especie de la subtribu Pleurothallidinae, tribu Epidendreae, subfamilia Epidendroideae, familia Orchidaceae.
El género Dracula, instituido en 1978 por Carlyle August Luer (1922-2019), se encuentra en América, en la Cordillera Central y Occidental de los Andes. Actualmente cuenta con unas 146 especies.
Inicialmente, especies de este género fueron descubiertas desde 1870 y se incluyeron en el género Masdevallia, creado en 1794 por dos botánicos españoles, Hipólito Ruiz López (1754–1816) y José Antonio Pavón (1754–1840). Carlyle A. Luer advirtió que algunas de las especies incluidas en Masdevallia presentaban características sustancialmente distintas de las demás del género, por lo cual las separó creando un nuevo género que denominó Dracula. En efecto, las especies del género Dracula difieren por la forma de las flores, que recuerda el rostro de un mono o la cabeza de un dragón, y por las hojas, que son coriáceas, dorsalmente carenadas y gradualmente estrechadas hacia la base.
El nombre del género significa “pequeño dragón” debido a la semejanza con un dragón, debida a los sépalos largamente acuminados presentes en casi todas las especies del género. El epíteto específico hace referencia a la divinidad romana Diana, diosa de los bosques, de la caza, de los animales salvajes y de la luna.
La inusual flor recuerda el hocico de un mono. Las hojas, coriáceas, están dorsalmente carenadas y estrechadas en la base.

Su peculiar flor se asemeja a la cara de un mono. Las hojas, coriáceas, tienen quilla dorsal y son estrechas en la base © Giuseppe Mazza
Todas las especies de este género viven en los bosques húmedos tropicales, donde siempre está presente una neblina difusa debido a las nubes de baja altitud.
Dracula diana fue descrita recientemente por Carlyle A. Luer y Rodrigo Escobar (1935-2009) en la revista Orquideología 15(1): 15 (1981).
Es una rara orquídea endémica de Colombia, donde se encuentra en el Departamento del Valle del Cauca, en la Cordillera Occidental, dentro del bioma tropical húmedo formado por bosques nubosos, a altitudes comprendidas entre 1200 y 1600 m.
Dracula diana es una pequeña epífita de crecimiento fresco, con raíces cubiertas de velamen que permiten a la planta absorber la humedad y los nutrientes del entorno. Los tallos, llamados ramicaules, son erectos, de 3–4 cm de longitud, envueltos en la parte inferior por 2 a 3 vainas laxas y tubulares; cada tallo porta una sola hoja apical, erguida, ligeramente coriácea, carenada, algo plegada, dorsalmente estrechamente obovada, de 10–22 cm de longitud, que se estrecha gradualmente hacia el pecíolo. No presenta pseudobulbos. La inflorescencia, delgada y horizontal, es un racimo formado por pocas flores pequeñas (5 × 10 cm) sostenidas por un pedúnculo de 8–10 cm, que se origina a partir de los ramicaules.
Las flores presentan un aspecto inusual debido a los largos apéndices (colas). La bráctea floral mide 1 cm de longitud; el pedicelo que la sostiene mide 1,3–1,5 cm. El perianto está formado por sépalos blanquecinos-amarillentos en la parte superior de la flor, amarillos en la porción inferior, con punteaduras marrón claro y oscuro que se fusionan en estrías, y brevemente pubescentes. El sépalo dorsal es ovado, de 12 mm de largo y ancho, connado a los sépalos laterales por 5 mm, con el ápice redondeado que se prolonga en una cola delgada, marrón claro, de unos 4 (7) cm.
Los sépalos laterales, también ovados, miden 20 mm de longitud y 14 mm de anchura, y poseen igualmente una cola larga. En el verticilo externo se encuentran los pétalos de color marfil, manchados de marrón, de 3 mm de largo y 1,5 mm de ancho.
El labelo es blanco, con punteaduras rosadas, espatulado, de 10,5 mm de largo y 6 mm de ancho. Está dividido en dos porciones. La porción basal (hipoquilo) es elíptica (oblongo), de 3,5 mm de largo y 3 mm de altura, con ángulos marginales erectos y obtusos, y con una base cóncava articulada al pie de la columna. En la porción apical (epiquilo) es ovado, con ápice redondeado, de 7 mm de largo y 6 mm de ancho, poco profundo, cóncavo, con márgenes ligeramente inclinados y numerosas venas ramificadas.
El ginostemo (o columna) es de color blanco-amarillento, de 4 mm de longitud, con un pie de igual tamaño. El polen está organizado en dos masas compactas (polinios) que se desprenden fácilmente y, mediante el disco adhesivo (viscidio), se adhieren a los polinizadores. Este mecanismo es fundamental para el transporte del polen de una flor a otra. El ovario es marrón y mide 5 mm de largo.
La floración ocurre en otoño y primavera.
Un estudio sobre 22 especies del género Dracula evidenció que los polinizadores son moscas drosófilas, que prosperan entre los hongos silvestres que se encuentran en las áreas donde crecen estas orquídeas. Se ha observado que el elemento clave del mimetismo es el labelo, que presenta el aspecto y el olor típicos de los hongos.

Drácula diana var. xanthina se distingue por los tonos amarillos de su flor, en lugar del color marrón rojizo típico de la especie © Giuseppe Mazza
Existen solo dos híbridos intergenéricos obtenidos con Dracula diana y dos especies del género Masdevallia. Este número reducido se debe probablemente a la infertilidad entre ambos géneros.
Dracuvallia ‘Rio Tomebamba’ es un híbrido del género Dracuvallia, registrado ante la Royal Horticultural Society por Ecuagenera en 2010. Los progenitores registrados son Dracula diana × Masdevallia uniflora, con una contribución del 50 % por parte de cada especie.
Dracuvallia ‘Mrs. Hein’ es un híbrido del género Dracuvallia, registrado en la Royal Horticultural Society por E.S. Eyre en 2010. Los progenitores registrados son Masdevallia welischii × Dracula diana. En este híbrido, cada progenitor también contribuyó con el 50 %.
Es conocida la variedad Dracula diana var. xanthina, así denominada especialmente en el comercio hortícola por el color de la flor, que es amarillo en lugar del típico rojo-marrón propio de la especie.
Dracula diana, como muchas otras especies de orquídeas, corre riesgo de extinción debido a que millones de hectáreas de selva tropical sudamericana se pierden cada año por la deforestación, principalmente por la expansión agrícola, la ganadería, la extracción de madera y la minería y explotación petrolera.
El labelo es claro, con venas ramificadas en la porción apical ovada. Presenta un olor a hongo, y la planta adhiere las sacas polínicas a las drosófilas para su transporte, muy atraídas por este olor porque prosperan entre los hongos del sotobosque.

El labelo es de color claro con nervaduras en la parte apical. Huele a setas, y la planta pega para su transporte los sacos de polen a las moscas de la fruta que proliferan entre las setas del sotobosque, muy atraídas por este olor © Giuseppe Mazza
Esto ha provocado en Colombia la pérdida de hábitats y la posible extinción de numerosas especies de orquídeas. De hecho, se han registrado 206 especies de orquídeas en el Libro Rojo de Plantas de Colombia y en la Resolución Administrativa del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (2017).
Para garantizar su supervivencia, han sido protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
En 2015, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Universidad Nacional de Colombia definieron un Plan para el Estudio y la Conservación de las Orquídeas presentes en Colombia y Ecuador, países con la mayor concentración de orquídeas del mundo, con aproximadamente 9000 especies, que representan el 30 % de todas las orquídeas conocidas. En 2022, Dracula diana fue incluida en la Lista Roja de la UICN en la categoría “amenazada” (EN, Endangered), al considerarse que presenta un riesgo elevado de extinción en estado silvestre.
No es fácil cultivar Dracula diana, especialmente en zonas templadas, porque requiere ambientes frescos, húmedos y sombreados, que pueden obtenerse en invernaderos templado-fríos.
La planta puede reproducirse por división de los matojos, que pueden situarse en terrarios.
Como la planta aprecia una ligera circulación de aire, es conveniente garantizar una ventilación suficiente y una luminosidad tenue (1000–1500 lux), especialmente durante los meses de verano, ya que el sol puede causar quemaduras en las hojas.
El sustrato de cultivo puede estar constituido por turba de esfagno, fibras vegetales y corteza triturada. Es preferible usar cestos perforados, idealmente colgados, para permitir que las flores se desarrollen hacia abajo y obtener floraciones continuas, ya que la planta puede florecer durante todo el año. Las temperaturas nocturnas no deben descender por debajo de 12–15 °C y las diurnas no deben superar los 25 °C. Si la temperatura sobrepasa los 28 °C, deben realizarse vaporizaciones frecuentes para disminuirla y aumentar la humedad ambiental. Es fundamental evitar el encharcamiento del sustrato, ya que favorece la aparición de pudriciones radiculares.
No se debe exceder con los fertilizantes, especialmente si se aplican en ausencia de humedad ambiental, porque la planta es sensible a la quemadura de los bordes foliares. Los fertilizantes deben disolverse siempre en el agua de riego y aplicarse cuando el sustrato esté húmedo. Se recomienda una proporción más alta de nitrógeno (N) que de fósforo (P) y potasio (K). No se debe abonar en invierno (de noviembre a febrero), aunque la planta mantenga un crecimiento continuo durante todo el año.
Posibles plagas son las cochinillas y los áfidos, que en cultivo doméstico pueden eliminarse con un algodón empapado en alcohol aplicado directamente sobre las hojas.
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