Echinopsis formosa

Familia : Cactaceae


Texto © Pietro Puccio

 

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Traducción en español de Susana Franke

 

En las laderas rocosas soleadas de la cordillera andina, hasta los 3500 m, crece en Chile y Argentina la Echinopsis formosa. Solitaria, después arbustiva y columnar al final, con hasta 2 m de altura y tallos de 50 cm de ancho. Las flores diurnas, doradas, alcanzan los 8 cm. Resiste los -10 ºC excepto con humedad © Giuseppe Mazza

En las laderas rocosas soleadas de la cordillera andina, hasta los 3500 m, crece en Chile y Argentina la Echinopsis formosa. Solitaria, después arbustiva y columnar al final, con hasta 2 m de altura y tallos de 50 cm de ancho. Las flores diurnas, doradas, alcanzan los 8 cm. Resiste los -10 ºC excepto con humedad © Giuseppe Mazza

La Echinopsis formosa (Pfeiff.) Jacobi ex Salm-Dyck (1849) es originaria de Argentina occidental y de Chile, donde crece generalmente en los valles y a lo largo de las pendientes rocosas de la cordillera andina hasta cerca los 3500 m de altitud.

El nombre del género es la combinación de los términos grigos “echinos” = erizo y “opsis” = aspecto, con obvio significado; el nombre de la especie es el término en latín “formosa” = bella.

Nombres comunes: “koko”, “pasakana” (español).

Suculenta inicialmente solitaria y luego mas o menos cespitosa, globosa, tiende con el tiempo a transformarse en columnar, normalmente hasta una altura de 0,5 – 1 m con un diámetro de 20-35 cm, aunque viejos ejemplares en hábitat pueden alcanzar 2 m de altura y 50 cm de diámetro.

Los tallos presentan 15-35 costillas verticales de color verde claro con tubérculos marcados y areolas elípticas, inicialmente recubiertas por una lanosidad marrón, distante entre ellas cerca 1 cm; las areolas están dotadas de 8-16 espinas radiales, largas 3-10 cm, amarillentas, y 4-9 espinas centrales, marrones, de largo variable que en algunos casos puede alcanzar 20 cm. Las flores imbutiformes, diurnas, nacen en la zona apical, son de color amarillo oro, largas y anchas cerca 8 cm.

Los frutos son globosos, de 3-4 cm de diámetro, recubiertos por escamas y pelusa; la pulpa es blanca, comestible, y contiene numerosas semillas negras. Se reproduce generalmente por semilla.

Especie de lento crecimiento para cultivar en pleno sol, o en lugar de máxima luminosidad posible, sobre suelos particularmente drenantes que pueden estar constituidos por cerca el 50% de tierra común de jardín abonada, y la parte restante, la misma cantidad de arena silícea gruesa y piedrecillas fragmentadas. Tiene una elevada resistencia al frío seco, pudiendo resistir por breve período hasta -10ºC, pero no así al frío húmedo que puede provocar podredumbre, aunque si resulta más resistente, desde este punto de vista, respecto a otras cactáceas. Su colocación ideal es al aire libre, donde el clima lo permite, y en jardines “desérticos”, junto a otras xerófitas, de otro modo se cultiva en tiestos con la misma modalidad antes indicada.

Por lo tanto en los climas caracterizados por inviernos húmedos, se debe mantener reparada y seca a temperaturas de entre 0 a 5ºC, este período de reposo frío y seco es útil para estimular la floración; en verano se riega con regularidad, pero dejando secar completamente el sustrato antes de volver a regar.

La especie está inscripta en el apéndice II de la Cites (especie por la cual el comercio está reglamentado a nivel internacional).

Sinónimos: Echinocactus formosus Pfeiff. (1837); Lobivia formosa (Pfeiff.) Dodds (1937), Soehrensia formosa (Pfeiff.) Backeb. (1959); Trichocereus randallii Cárdenas (1963).

 

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