Encephalartos hildebrandtii

Familia : Zamiaceae


Texto © Dr. Claudio Littardi

 


Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende

 

Encephalatos hildebrandtii es una cícada grande que crece principalmente en Kenia, Tanzania, el norte de Mozambique y Uganda.

La podemos encontrar desde el nivel del mar hasta los 600 m de altitud, pero también en los territorios más interiores, a 80 km de la costa. En Uganda se ha informado de su presencia desde las orillas de los ríos hasta altitudes de 1.200 metros.

El género Encephalartos, nombre dado por el botánico alemán Johann Georg Christian Lehmann en 1834, deriva de los términos griegos “ἐγκέϕαλος” (encéphalos) = cerebro y “ἄρτος” (artos) = pan, para indicar el compuesto almidonado que se encuentra en el tallo, antaño fuente de alimento para las poblaciones indígenas.

El nombre específico hildebrandtii fue asignado en honor a Johann Hildebrandt (1847-1881), un explorador naturalista alemán de África Oriental.

El primer informe de esta cícada fue realizado por John Kirk, cónsul británico de Zanzíbar (1866-1886). Kirk era un naturalista entusiasta y mantuvo una correspondencia constante con el Real Jardín Botánico de Kew. El 20 de marzo de 1868 anunció que había descubierto una nueva especie de Encephalartos en la costa, cerca de Dar es Salaam (Tanzania).

En África Oriental, Encephalartos hildebrandtii alcanza 6 m de altura, con un tallo de 30 cm de ancho y hojas de 3 m.

En África Oriental, Encephalartos hildebrandtii alcanza 6 m de altura, con un tallo de 30 cm de ancho y hojas de 3 m © Giuseppe Mazza

Durante los dos años siguientes, Kirk envió varios ejemplares de esta cícada a Kew, pero el mal estado en el que llegaron a Kew no permitió la descripción de la nueva especie. Fue el viajero y coleccionista alemán Johann Maria Hildebrandt quien, unos años más tarde, redescubrió esta cícada aún sin nombre y envió algunos ejemplares a Berlín, que fueron descritos por Alexander Carl Heinrich Braun y el conservador del Jardín Botánico de Berlín, Carl David Bouché.

En 1874 la nueva especie fue denominada Encephalatos hildebrandtii, que inicialmente agrupaba una serie de poblaciones distribuidas en diferentes regiones.

Estudios taxonómicos recientes han extrapolado otras dos especies de estas poblaciones: Encephalartos ituriensis y Encephalartos whitelockii, mientras que una distinción adicional entre Encephalatos hildebrandtii var. hildebrandtii y Encephalatos hildebrandtii var. dentatus no ha encontrado confirmación.

En relación al hábitat, es curioso observar que el Colobo rojo de Zanzíbar (Piliocolobus kirkii) se alimenta ocasionalmente de hojas de Encephalartos hildebrandtii, a pesar de su elevada toxicidad. El primate parece ser uno de los pocos mamíferos capaces de aprovechar estas hojas como fuente de alimento.

En el pasado, durante épocas de hambruna severa, las poblaciones indígenas consumían Encephalartos hildebrandtii como alimento de último recurso.

Hoy en día, tanto la médula central del tallo como el endospermo de las semillas todavía se utilizan para cocinar una forma tradicional de pan con almidón que consumen las tribus locales. Sin embargo, algunas investigaciones parecen confirmar que el uso de semillas como alimento en el norte de Kenia puede estar asociado con una alta incidencia de cáncer de hígado.

Algunos autores también señalan que los nativos respetan mucho a estas cícadas, ya que les atribuyen poderes mágicos que pueden proteger a sus pueblos de las epidemias. Esta es probablemente la razón por la que se pueden encontrar muchos Encephalatos hildebrandtii, en espléndido aislamiento, en los bordes o en el medio de los campos cultivados.

Ocasionalmente también aparecen en compañía de viejos baobabs (Adansonia digitata), con los que comparten el sitio. Encephalartos hildebrandtii se caracteriza por un hábito de crecimiento arborescente, que en algunos casos puede resultar espectacular desde el punto de vista ornamental.

El tallo a veces crece ramificado y puede superar los 6 m de altura, con un diámetro de unos 30 cm, rematado por una corona de hojas de hasta 3 m de largo.

Los conos femeninos de Encephalartos hildebrantii, de color amarillo opaco que se vuelve bermellón cuando maduran, miden hasta 60 cm.

Los conos femeninos, de color amarillo opaco que se vuelve bermellón cuando maduran, miden hasta 60 cm © Giuseppe Mazza

Las hojas nuevas, al emerger, tienen un color que puede variar desde el naranja hasta el verde oliva, adquiriendo un color verde oscuro y brillante cuando maduran.

Pecíolo y raquis subcilíndricos, lanudos de color blanco grisáceo en el estado juvenil.mLos folíolos, agrupados en 50-70 pares, son rígidos, de color verde oscuro por encima y más claros por debajo; forma linear-lanceolada, ligeramente falcada, de 15-35 cm de largo, 20-25 mm de ancho, ápice acuminado, espinoso con 2-3 espinas para tomar un aspecto bifurcado o trifurcado y margen con 1-4 espinas divergentes, en ambos lados.

Los folíolos se reducen progresivamente de tamaño hacia la base del raquis hasta adquirir un aspecto espinoso.

Los conos femeninos, sostenidos por un pedúnculo de 4-6 cm de largo, pueden variar de uno a cuatro.Tienen un aspecto subcilíndrico, de 28-60 cm de largo por 15-25 cm de diámetro.Son de color amarillo opaco con un ápice redondeado o muy afilado y una base redondeada. Esporofilos medianos deflectados, romboides, de 20-33 mm de alto y 35-50 mm de ancho.

La sarcotesta, la parte externa carnosa de la cubierta de la semilla, es inicialmente de color amarillo, y se vuelve rojo bermellón hacia la madurez. Las semillas son lisas a excepción de 12-14 surcos longitudinales característicos y bien marcados.

Conos masculinos: de uno a siete, cilíndricos o fusiformes, de 20-50 cm de largo, 5-9 cm de diámetro, de color amarillo verdoso. Pedúnculos de 5-25 cm de largo.

Los esporofilos, hacia la parte media del cono, son más bien deflectados, de romboides comprimidos a subtriangulares, de 9-17 mm de alto, 19-28 mm de ancho, glabros.

Encephalartos hildebrandtii está bien representado en jardines botánicos y colecciones privadas. Aunque esta cícada crece a nivel del mar y casi en el ecuador, muestra una sorprendente tolerancia al frío, sobreviviendo bien en un clima mediterráneo.

Fácil de cultivar, requiere un medio de cultivo bien drenado y una posición bien expuesta. No tolera ser colocada en jardines con césped y servida por sistemas de riego automatizados.

Encephalartos hildebrandtii, como todas las cícadas africanas, está amenazada por la destrucción del hábitat, pero el valor ornamental de la especie ha favorecido una notable multiplicación en viveros, gracias también a la buena germinación de las semillas.

La especie está considerada en riesgo de extinción y está incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

Sin embargo, desde 2024, Encephalartos hildebrandtii todavía aparece como “LC, Least Concern”, ​​es decir, como “Preocupación Menor”, ​​en la Lista Roja de especies en peligro de extinción de la UICN.

Sinónimos: Encephalartos villosus var. nobilis Auct. 1876; Encephalartos hildebrandtii var. dentatus Melville 1957; Encephalartos villosus f. hildebrandtii (A.Braun & Bouché) Henn. 1890.

 

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