Hemiscyllium freycineti

Familia : Hemiscylliidae


Texto © Sebastiano Guido

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

La Pintarroja colilarga de Indonesia, también llamada Pintarroja colilarga de Raja Ampat o Bamboa jaspeada ( Hemiscyllium freycineti Quoy & Gaimard, 1824) pertenece a la subclase Elasmobranchii, peces con esqueleto cartilaginoso, al orden de los Orectolobiformes y a la familia Hemiscylliidae, cuyas aletas dorsales carecen de espinas mientras que la cola presenta un lóbulo superior mucho más desarrollado que el inferior. Al igual que todos los Orectolobiformes presenta una membrana nictitante sobre los ojos, cinco hendiduras branquiales, un par de aletas dorsales y una aleta anal.

La etimología del nombre genérico deriva del griego “hèmi” = medio y “skylla”, nombre dado a un tipo de tiburón, por lo que sería “medio tiburón”, por el tamaño y las características del pez; mientras que el epíteto específico “freycineti” fue dado en honor al almirante Louis de Freycinet, gran navegante y explorador. El nombre común de pintarroja colilarga, que se explica por sí solo, es el dado a los representantes de la familia Hemyscilliidae, mientras que las especificaciones de “de Indonesia” o, más acertadamente, “de Raja Ampat”, hacen referencia al lugar donde vive. El nombre de “bamboa” dado en diversas zonas hispanoparlantes a los tiburones de esta familia, parece ser una traducción macarrónica del nombre común inglés de “bamboo shark”, esto es, tiburón bambú, aunque el nombre de este en inglés, así como en diversos otros idiomas, asemeja los ocelos postbranquiales a charreteras.

La Pintarroja colilarga de Indonesia (Hemiscyllium freycineti), endémica del noroeste de Nueva Guinea, es visible solo de noche, cuando sale de su guarida en busca de anélidos, peces, crustáceos y moluscos © Sebastiano Guido

La Pintarroja colilarga de Indonesia (Hemiscyllium freycineti), endémica del noroeste de Nueva Guinea, es visible solo de noche, cuando sale de su guarida en busca de anélidos, peces, crustáceos y moluscos © Sebastiano Guido

Zoogeografía

Este escualo solo habita en la costa noroccidental de la provincia indonesia de Nueva Guinea Occidental (antigua Irian Jaya) y en las islas Raja Ampat.

Ecología-Hábitat

El Hemiscyllium freycineti vive en las aguas someras y protegidas del arrecife, donde se esconde durante el día para salir al atardecer a rastrear la barrera y las praderas marinas en busca de los pequeños animales que en ellas se esconden.

Habitualmente no se aventura a profundidades superiores a los 12 m y es posible encontrarlo en las pozas de marea, donde consigue resistir, incluso cuando la marea baja y la poco agua que en ellas queda está escasamente oxigenada, ralentizando durante varias horas las funciones fisiológicas no esenciales.

Morfofisiología

La longitud máxima registrada es de 72 cm, distribuidos a lo largo de un cuerpo de sección cilíndrica muy alargado, más de la mitad del cual está constituido por el pedúnculo caudal y la cola. La piel, de color blanco amarillento, está decorada con manchas de leopardo dispuestas irregularmente formando bandas claras y oscuras alternadas. Justo en posición postero-superior con respecto a las branquias (en los “hombros”) se destaca en cada flanco un ocelo cordiforme oscuro con contornos blancos que le distinguen, cual si de unas charreteras se trataran, como “soldado distinguido” del próximo ejército de los escualos.

Exceptuando la primera aleta dorsal, que tiene dos puntas más en ángulo, las demás son redondeadas en su ápice. Las dos pectorales, dotadas de buena musculatura, son utilizadas por el pez para “caminar” sobre el fondo.

El morro es corto y redondeado, terminando con cortos barbillones encima de los orificios nasales, colocados a su vez sobre la pequeña boca. Los ojos, un poco protuberantes, tienen la pupila ovalada y ligeramente oblicua. Debajo de cada uno de estos se abre un espiráculo del mismo tamaño que el ojo, con la función de agilizar la respiración del pez cuando sumerge el morro en el fondo buscando alimento.

Los dientes, anchos en la base, están rematados por pequeñas cúspides triangulares. Como en todos los tiburones, la mandíbula está cubierta en su interior por un fino estrato de teselas, unas placas hexagonales cristalinas que refuerzan el conjunto óseo de las mandíbulas cartilaginosas, equiparando su robustez a la de las mandíbulas de los osteíctios de dimensiones semejantes. Este truco permite a los tiburones tener un mordisco potente sin aumentar el peso de su cuerpo.

No supera los 72 cm y muestra junto a las branquias un ocelo cordiforme oscuro con bordes blancos que varios nombres vulgares asemejan a una charretera © Sebastiano Guido

No supera los 72 cm y muestra junto a las branquias un ocelo cordiforme oscuro con bordes blancos que varios nombres vulgares asemejan a una charretera © S. Guido

Etología-Biología reproductiva

Tímido e inofensivo, puede ser encontrado solo de noche, cuando abandona las cavidades inaccesibles en las que se esconde durante el día. Podría darse el caso de encontrarlo de día si resultase atrapado, a causa del advenimiento de la bajamar, en una poza de marea. De noche, al ser deslumbrado por una linterna, se queda inmóvil confiando en su librea mimética, escabulléndose con un rápido movimiento serpentino a la primera sospecha de haber sido descubierto.

Su dentadura nos da una idea del tipo de presas que caza: generalmente anélidos, peces, crustáceos y moluscos, de los que los robustos dientes consiguen sacar todo su jugo incluso cuando están provistos de caparazón. Al contrario de casi todos los tiburones, que engullen inmediatamente el trozo que han cortado de la presa, nuestro pequeño amigo mastica buena parte del alimento que consume.

Como ocurre con todos los elasmobranquios, su agudo sentido del olfato y los electrorreceptores de las ampollas de Lorenzini le ayudan considerablemente en la búsqueda de presas, a menudo escondidas bajo el sustrato del fondo.

Inofensivo para el hombre, se mueve por aguas someras, nunca bajo los 12 m de profundidad, y a veces termina atrapado en pozas de marea. Frecuenta las praderas marinas, ricas en presas que mastica, cosa insólita para un tiburón, rompiendo caparazones y corazas. Las hembras son ovíparas y ponen numerosas tecas de 10 cm © Sebastiano Guido

Inofensivo para el hombre, se mueve por aguas someras, nunca bajo los 12 m de profundidad, y a veces termina atrapado en pozas de marea. Frecuenta las praderas marinas, ricas en presas que mastica, cosa insólita para un tiburón, rompiendo caparazones y corazas. Las hembras son ovíparas y ponen numerosas tecas de 10 cm © Sebastiano Guido

Es una especie ovípara y, para aparearse, el macho aferra a la hembra por una aleta pectoral o una hendidura branquial, manteniéndola durante un par de minutos. Ella pondrá varias decenas de huevos, encerradas en cubiertas de alrededor de 10 centímetros, que se anclarán al fondo con delgados filamentos y tras un centenar de días o poco más eclosionarán para dejar salir el fino tiburoncito, idéntico a sus padres, pero no más largo que unos pocos centímetros.

Su crecimiento es muy lento y los jóvenes no alcanzan la madurez sexual hasta los 7 años de vida. La resiliencia de la especie es baja y el tiempo de duplicación de la especie puede variar desde 4,5 a 14 años. El índice de vulnerabilidad a la pesca es alto, estando actualmente (2022) en 55 sobre una escala de 100.

Sinónimos

Scyllium freycineti Quoy & Gaimard, 1824; Scyllium malaisianum Lesson, 1831; Chiloscyllium malaianum Lesson, 1831; Scyllium malaisianus Lesson, 1831.

 

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