Labroides dimidiatus

Familia : Labridae

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Texto © Giuseppe Mazza

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

Un Labroides dimidiatus acariciando a un cliente © Giuseppe Mazza

Un Labroides dimidiatus acariciando a un cliente © Giuseppe Mazza

El Lábrido limpiador azul (Labroides dimidiatus Valenciennes, 1839), pertenece a la clase Actinopterygii, los peces con las aletas radiadas, al orden de los Perciformes y a la gran familia Labridae, que cuenta con alrededor de 70 géneros y más de 500 especies.

El nombre genérico “labroides” vendría del latín “labrum” = labio y el sufijo “-oides” = “que parece”, “semejante a”, en referencia a los robustos labios, en forma de pico, parecidos a los de los lábridos mayores, aunque más pequeños y menos carnosos.

Otros evocan el nombre griego “labrax” = voraz, en referencia a la lubina (Dicentrarchus labrax). Tendría, por tanto, un apetito insaciable, al modo de este depredador.

El epíteto específico “dimidiatus” viene del latín “dimidio” = dividir por la mitad, partir en dos, en referencia a la banda oscura longitudinal que divide al pez en dos partes.

Zoogeografía

El lábrido limpiador azul presenta una amplia distribución por las aguas tropicales del océano Índico y del Pacífico. Lo encontramos, a título indicativo, desde Sudáfrica y Madagascar hasta el mar Rojo, en las islas Seychelles, Mauricio, Reunión, y Maldivas, India, Sri Lanka, Australia, Indonesia, Micronesia, Nueva Guinea, Palaos, Filipinas, Taiwán y China hasta las islas Ogasawara, en la parte meridional de Japón. Hacia el este ha colonizado Samoa, Tonga, Kiribati, las islas Marquesas y el archipiélago de Ducie. Hacia el sur, en el Pacífico, ha llegado hasta Nueva Caledonia, Lord Howe y las islas Rapa.

Ecología-Hábitat

Nada todo el día en las formaciones coralinas, hasta los 40 m de profundidad, donde habitan sus clientes: peces infestados de parásitos o con heridas que necesitan ser curadas.

Morfofisiología

El cuerpo, ahusado en la parte anterior y relativamente comprimido lateralmente en la posterior, no supera los 14 cm de longitud. La cabeza es larga y puntiaguda con una boca en forma de pico, pequeña y protráctil, armada de varias filas de dientes afilados y curvados adaptados a desarrollar delicadas intervenciones quirúrgicas. La aleta dorsal muestra 9 radios espinosos y 10 u 11 blandos; la anal cuenta con 3 radios espinosos y 10 inermes; las ventrales son puntiagudas, las pectorales presentan entre 13 y 15 radios blandos y la caudal, truncada, es casi tan larga como el cuerpo.

La librea puede presentar variantes con más amarillo o naranja en la cabeza y la parte anterior del cuerpo, pero no falta nunca el azul y la característica línea media oscura que se ensancha en dirección a la cola. Es su tarjeta de visita, el recordatorio para los clientes, que podrían confundirlo con una presa.

La primera vez conviene hacerse reconocer, mostrando la característica librea delante de los ojos del usuario © Giuseppe Mazza

La primera vez conviene hacerse reconocer, mostrando la característica librea delante de los ojos del usuario © Giuseppe Mazza

Etología-Biología Reproductiva

A diferencia de otras especies que desarrollan la labor de “limpiadores” solo cuando jóvenes, el Labroides dimidiatus es una profesional de por vida.

Aunque no desdeña excepcionalmente los huevos de otros peces o algún gusano, se alimenta casi exclusivamente de los ectoparásitos de sus clientes, mayoritariamente larvas y adultos de crustáceos isópodos. Retira con delicadeza los tejidos muertos y, sobre todo, las mucosidades secretadas por la piel de sus usuarios que le entusiasman particularmente.

Parece que esta relación de simbiosis con los depredadores nació, evolutivamente hablando, justo de esta atracción por la mucosidad. Aunque un poco molestos, habrían sido finalmente aceptados por sus hospedadores, que considerarían que esta sustracción indeseada es un mal menor, el precio a pagar para evitar dolorosas infecciones parasitarias.

En cualquier caso, antes de intervenir sobre un pez que no conoce, por ejemplo un submarinista (¡existen fotos en la web en las que limpia las orejas a una muchacha!), el lábrido limpiador azul lleva a cabo un baile característico, pasando varias veces por delante del potencial cliente su típica librea para estar bien seguro de ser totalmente aceptado. Después, no duda en introducirse dentro de la boca o, incluso, en las branquias de los depredadores de gran tamaño que cuida eficaz y velozmente ya que, tan voraz como es, se ocupa de 2000 clientes al día.

También para ciertas especies, como las morenas o los peces globo, hace “visitas a domicilio”. Los machos, que poseen generalmente un pequeño harén, buscan un sitio característico, fácilmente memorizable, a modo de enseña, entre las rocas y los corales, donde abren al público su ambulatorio particular. Dan mucha importancia a su reputación, tanto que ahuyentan a las hembras que carecen de profesionalidad, hiriendo involuntariamente a los usuarios, por no hablar de los impostores, esto es, los peces que presentan una librea muy parecida para evitar ser cazado, y que son también ahuyentados a toda costa por los lábridos limpiadores verdaderos.

Puede entonces entrar por la apertura branquial de un pez globo para salir después alegremente, con la barriga llena, masticando aún el último bocado © Giuseppe Mazza

Puede entonces entrar por la apertura branquial de un pez globo para salir después alegremente, con la barriga llena, masticando aún el último bocado © Giuseppe Mazza

Algo increíble son los grandes peces que conocen desde hace años la estación de limpieza: se ponen en fila y esperan pacientemente su turno para ser limpiados. Cada grupo de trabajo tiene su puntuación, porque cuando el limpiador piensa más en la mucosidad que en el trabajo el cliente se da cuenta y se aleja molesto o incluso trata de comérselo. Y si los que hacen cola ven a un cliente nervioso o tal vez persiguiendo al doctor, la reputación del centro sanitario se derrumba.

Como a menudo ocurre en el mundo de los lábridos, el Labroides dimidiatus es una especie hermafrodita proterógina. Para mejorar la tasa de reproducción, cuando son jóvenes son todo hembras, y solo cuando el titular del harén y la estación de limpieza muere, la hembra más anciana cambia su sexo y toma el papel agresivo del macho. Amenaza inmediatamente a sus antiguas compañeras de sexo y actuales parejas para habituarlas al nuevo patrón y que olviden sus delirios de cambio de sexo, e indica con determinación a los machos vecinos que el harén y la estación de limpieza no están en venta.

En los ambulatorios más exclusivos, colocados durante años en sitios característicos, memorizables como una enseña, los peces hacen cola para ser cuidados © G. Mazza

En los ambulatorios más exclusivos, colocados durante años en sitios característicos, memorizables como una enseña, los peces hacen cola para ser cuidados © G. Mazza

Es interesante mencionar, aunque esto solo ocurre en los acuarios, que si se introduce un macho grande y otro más pequeño en un mismo tanque, el último puede regresionar en 3 meses al estado femenino.

Los huevos son pelágicos y para mejorar su dispersión el macho se abraza a la hembra de turno y suben unidos de esta forma, en vertical, hacia la superficie, fecundando los huevos conforme van siendo abandonados a merced de las corrientes. El periodo larvario dura alrededor de tres semanas y lo jóvenes, con la librea azul noche y una elegante línea dorsal de color azul eléctrico, se integran rápidamente en los harenes ocupándose de los clientes más pequeños.

Las poblaciones diezmadas pueden duplicar sus efectivos en menos de 1,4 o 4,4 años y, dado que, en su conjunto, los clientes no faltan, el índice de vulnerabilidad de la especie es actualmente relativamente bajo: tan solo de 24 en una escala de 100.

Sinónimos

Cossyphus dimidiatus Valenciennes, 1839.

 

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