Selene vomer

Familia : Carangidae

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Texto © Giuseppe Mazza

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

Con su inconfundible y severo perfil, el Selene vomer habita el Atlántico americano © Giuseppe Mazza

Con su inconfundible y severo perfil, el Selene vomer habita el Atlántico americano © Giuseppe Mazza

El Jorobado de penacho, al que también se conoce como Carecaballo, Lamparosa o Ugorrigo, entre otros nombres (Selene vomer Linnaeus, 1758), pertenece a la clase Actinopterygii, los peces con aletas radiadas, al inmenso orden de los Perciformes y a la familia Carangidae, que incluye 30 géneros y alrededor de 150 especies.

El nombre del género, “selene”, quiere decir luna en griego, en referencia a los reflejos plateados.

El epíteto específico, “vomer”, significa arado en latín.

Por una vez, por tanto, la etimología está clara: se trata de un pez aplanado, en forma de arado, resplandeciente como la luna.

Zoogeografia

Habita en el Atlántico occidental. Para dar una idea de su distribución diremos que lo encontramos desde Florida y el golfo de México hasta el mar Caribe y Brasil. Está presente, por tanto, en el sur de los Estados Unidos, México, Belice, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam, Guayana Francesa y Brasil, por no hablar de muchas islas, como las Bahamas, Cuba, La Española, Puerto Rico, Trinidad y Tobago.

Ecología-Hábitat

Por lo general vive en aguas costeras poco profundas sobre fondos arenosos y turbios, pero también en aguas salobres y en mar abierto hasta alrededor de los 50 m de profundidad. Los jóvenes frecuentan a menudo en bancos los estuarios, encontrando refugio en las praderas submarinas y en puertos, mientras que los adultos nadan solos, en parejas o en pequeños grupos.

Morfofisiología

Aunque por general mide entre 35 y 40 cm de longitud, el jorobado de penacho puede llegar a los 50 cm y superar los 2 kg. El cuerpo, comprimido lateralmente y alto, tiene un perfil inconfundible. Desciende casi en vertical en la cabeza, la boca hacia abajo, mientras que la parte terminal del pez, aunque corta, es más acorde a los cánones de la familia de los carángidos. Presenta dos aletas dorsales. La primera cuenta con 8 radios espinosos, la segunda, falciforme, es desmesuradamente alargada en la primera parte y muestra 1 radio espinoso y 23 radios blandos; la ventral, casi especular, 3 radios espinosos (2 son absorbidos cuando el pez crece) y 18 inermes. Las grandes pectorales son falciformes, las ventrales casi inexistentes y la caudal es ahorquillada.

De 35-40 cm de largo, carece de colores, pero cristales microscópicos descomponen la luz según la inclinación © Giuseppe Mazza

De 35-40 cm de largo, carece de colores, pero cristales microscópicos descomponen la luz según la inclinación © Giuseppe Mazza

El color lunar, con reflejos metálicos iridiscentes, está producido por cristales microscópicos que descomponen la luz según su inclinación, con tonalidades doradas, verdes y azules, para desorientar a los depredadores y desaparecer de su vista, aprovechando en mar abierto, como en el caso del Selar crumenophthalmus, los efectos de la luz polarizada.

Etología-Biología reproductiva

Se alimenta mayoritariamente de animales bentónicos, como cangrejos, camarones y anélidos, pero a menudo también de peces.

Caza principalmente en las horas crepusculares, nadando lentamente, pero si descubre una presa o está en peligro puede llevar a cabo espectaculares esprints. Los adultos, cuando se encuentran gravemente amenazados, pueden emitir mediante la vejiga natatoria fuertes gruñidos.

Se sabe que los huevos son puestos en mar abierto, sobre el lecho marino. Las larvas planctónicas se mueven rápidamente hacia la superficie y viven durante cierto tiempo al amparo de objetos o algas flotantes, como los sargazos, alimentándose de crustáceos planctónicos. Cuando tras la metamorfosis, que tiene lugar en torno a los 12 mm de longitud, los jóvenes alcanzan el tamaño de una moneda, muestran anchas aletas ventrales, bastante más grandes y distintas a las de los adultos, y dos larguísimos filamentos que parten del segundo y el tercer radio de la primera aleta dorsal. Tomarán la apariencia adulta solo a partir de los 10 o 12 cm de longitud.

Es un pez sin duda espectacular, casi siempre presente en los acuarios públicos, y cada vez más de moda para acuarios domésticos, dado que recientemente se ha conseguido que se reproduzca en cautividad. No está, por tanto, amenazado por el mercado acuariológico, pero sí que lo está por la pesca. Su carne es, de hecho, óptima y ansiada, a pesar del riesgo de contraer una grave intoxicación alimentaria, denominada ciguatera, si el ejemplar ha consumido peces herbívoros que se alimentan de algas venenosas. Cuando las poblaciones son diezmadas toman entre 1,4 y 4,4 años en duplicar sus efectivos, teniendo por lo tanto esta especie un índice de vulnerabilidad relativamente modesto, de 31 en una escala de 100.

Sinónimos

Zeus vomer Linnaeus, 1758.

 

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