Tetraclinis articulata

Familia : Cupressaceae


Texto © Prof. Paolo Grossoni

 


Traducción en español de Carlos Jiménez

 

Tetraclinis articulata

Hábito de un ejemplar adulto de Tetraclinis articulata. Puede alcanzar los 15 m de altura © Giuseppe Mazza

Tetraclinis articulata (Vahl) Mast. (1893), sabina mora o de Cartagena, tuya o arar («Thuja de Barbarie» en francés, «arar» y «arar tree» en inglés y árbol de sandarac en Malta), pertenece a la familia Cupressaceae (Gray, 1822).

Hasta finales del siglo XX, esta familia estaba incluida en las Pinales (Gorozh., 1895), orden que incluía a todas las especies a las que comúnmente se hace referencia como «Coníferas». Las Cupressaceae a su vez se dividieron en dos subfamilias, las Cupressoideae y las Callitroideae que, además de obvias diferencias morfológicas, se caracterizan por tener una distribución geográfica distinta: la primera de forma espontánea en el hemisferio norte, la segunda en el hemisferio sur.

Para varias especies, tanto de Cupressaceae como de la familia próxima Taxodiaceae (en la que se incluyeron especies como secuoyas, metasecuoyas, cryptomerias y cipreses calvos), existían serias dificultades para determinar con seguridad no sólo los distintos táxones y parámetros que los definen, sino también las relaciones filogenéticas que los relacionan.

En las últimas décadas del siglo, los análisis realizados también con marcadores moleculares han permitido destacar que no sólo las Cupressaceae se derivan de Taxodiaceae, sino que existe una correlación genética más o menos estrecha entre los géneros de estas dos familias que justificaría la incorporación de Taxodiaceae a la familia Cupressaceae, que se ha dividido en siete subfamilias (cinco relacionadas con las Taxodiaceae preexistentes y dos con la de las Cupressaceae); quedando el género Sciadopitys Siebold & Zucc., que formaba parte de las Taxodiaceae,  como género monotípico en la nueva familia Sciadopityaceae. Las Cupressaceae, junto con las Sciadopityaceae y las Taxaceae, forman el orden de las Cupressales. Los restos fósiles más antiguos atribuibles a las Cupressaceae se remontan al período Jurásico medio (hace 170-165 millones de años).

Antes de los drásticos cambios taxonómicos en las Cupressaceae, Tetraclinis articulata formaba parte de la subfamilia Callitroideae, en la que era una nota discordante, pues como ya se mencionó, las Callitroideae, que comprenden unos diez géneros con treinta especies, son exclusivas de la hemisferio austral; la única excepción era T. articulata, que es autóctona de la región mediterránea. La estrecha homología de la conformación de las paredes de sus vasos leñosos con los de Cupressoideae ha hecho que el género Tetraclinis haya sido transferido a esta última subfamilia, eliminando así también la anomalía corológica que acabamos de mencionar.

En comparación con las otras coníferas, las Cupressoideae se caracterizan por tener los estróbilos formados por pares de escamas opuestos pero ordenados de forma decusada, es decir, cada par de escamas está rotado 90° respecto al par inmediatamente inferior y el inmediatamente superior; sólo en los enebros las escamas aparecen en verticilos de 3. Cada escama ovulígera está adnata (es decir, prácticamente ‘fusionada’) a la bráctea tectriz correspondiente y lleva desde (1) 2 hasta 20 óvulos (en Pinales los óvulos son siempre 2); el estróbilo, que obviamente puede tener hasta 20 semillas por escama, tiene forma globular o alargada y es de tamaño pequeño, alcanzando un máximo de 3-4 cm de longitud en el ciprés común. Las semillas casi siempre tienen un par de alas isomorfas derivadas de los tegumentos.

Tetraclinis articulata

En las ramitas podemos distinguir tanto los ‘artículos’ individuales que dieron el nombre a la especie como numerosos estróbilos, glaucescentes porque están cubiertos de abundantes ceras que permiten un mejor control de las pérdidas de agua. Los estróbilos son numerosos y apiñados porque, aunque maduran en 8-12 meses, permanecen cerrados, a veces durante varios años, en la planta. Con cipreses, tuyas, enebros, taxodios y secuoyas, esta especie también forma parte de las cupresáceas © G. Mazza

Otro carácter que une a la mayoría de los géneros es el aspecto escamoso de las hojas, que son pequeñas, simétricas, muy próximas a la rama e insertadas directamente en ella sin estructuras de separación que permitan distinguir la parte basal de la hoja de la rama (como por ejemplo el pecíolo). Al carecer de zona de abscisión, a su muerte las hojas quedan adheridas a la rama hasta que, al engrosar ésta, se desgarran o desprenden.

T. articulata es la única especie del género Tetraclinis Mast. Arbusto grande o árbol pequeño bastante longevo (aunque los datos son bastante escasos, se cree que puede superar los 4 siglos de vida); es más o menos policórmico (no más de quince metros de altura) con un tronco grueso, rechoncho (puede alcanzar los 50 cm de diámetro) y retorcido; la copa es inicialmente cónica y luego se ensancha hasta tornarse irregularmente globular. El ritidoma (la parte más externa de la corteza), al principio rojizo, luego toma un color gris claro a oscuro y se desprende en pequeñas placas. Las ramitas son  inicialmente aplanadas dorsoventralmente y luego se engrosan hasta que se vuelven casi cilíndricas; son flexibles y están divididas en artículos (de ahí el nombre de la especie) de 2-8 mm de largo y claramente separados entre sí. Cada artículo está «cubierto» por cuatro hojas, en pares opuestos y decusados; los dos pares están muy juntos, por lo que parecen tener un comienzo común en el verticilo; miden de 1 a 8 (10) mm de largo y aproximadamente 1 mm de ancho, están adpresas a la rama y sólo el ápice, anchamente triangular en las dos hojas dorsoventrales, está libre y tiene glándulas resinosas.

El sistema radicular está muy ramificado y también muy expandido, de modo que, en pendientes pronunciadas, las raíces pueden incluso emerger.

Tetraclinis articulata

Cono ovulígero formado por dos pares de escamas opuestas y decusadas. En la foto, el cono acaba de empezar a recibir granos de polen (visibles en la superficie de las escamas y en los artículos de abajo) y tiene los micropilos de los 6 óvulos abiertos. El cono va sobre un pedúnculo corto y a continuación se distinguen algunos artículos © Giuseppe Mazza

La madera tiene una albura no muy desarrollada, blanca con tonalidades amarillentas, mientras que el duramen es compacto, sin espacios intercelulares ni canales de resina, y es de color naranja, tornándose marrón rojizo con la edad. Los anillos de crecimiento anual son delgados pero claramente distinguibles y las nervaduras son muy finas. La parte superficial del sistema radicular y la parte basal de una planta que ha rebrotado repetidamente crece considerablemente y la madera se vuelve notablemente jaspeada debido a las acusadas irregularidades y deformaciones de sus nervaduras, los numerosos nudos y el alto contenido de resina. Las ‘raíces jaspeadas’ se encuentran en diferentes especies como, por ejemplo en el nogal, el arce, el olmo, el álamo negro, el brezo arbóreo y, por supuesto, en T. articulata. Las manchas de las ‘maderas de raíz’ o ‘lupias’ forman diseños que en general son muy apreciados y si esta madera no tiene defectos estructurales es muy valiosa.

La especie es monoica y la polinización, anemógama, se produce hacia el final del invierno, pero la semilla tarda de 8 a 12 meses en madurar. Los conos masculinos son pequeños (2-4 mm), formados por 8-12 microsporofilos cada uno con 4-5 sacos de polen; son solitarios pero agrupados en pequeños grupos. Los conos ovulígeros son globosos-poliédricos, con un diámetro de unos 10 mm, y están formados por dos pares decusados ​​de escamas cóncavas, de los cuales uno porta en su mayoría 6 óvulos en total (el nombre del género, ‘Tetraclinis‘ fue acuñado anteponiendo a la palabra ‘κλινίς’, que es ‘cama’, el prefijo ‘τετρα-‘, es decir, ‘que consta de cuatro ..’ con clara referencia a los dos pares de escamas que componen el estróbilo). El estróbilo maduro se parece a una avellana en forma y tamaño; presenta escamas lignificadas y engrosadas que se tornan glauco-lechosas por la cantidad de ceras que recubren (adaptación a ambientes áridos). Los estróbilos pueden permanecer cerrados mucho tiempo (serotinia).

Tetraclinis articulata

Conos masculinos. Con la excepción de uno, ya han liberado sus granos de polen. Son claramente visibles los microsporofilos, que llevan 4 ó 5 sacos de polen, y también los artículos individuales que forman las ramas. Cada artículo está «cubierto» por 4 hojas opuestas y decusadas; los dos pares, muy juntos, parecen formar un verticilo © Giuseppe Mazza

Las semillas son convexas, con dos alas isomorfas, cada una tan larga como la semilla. El conjunto tiene un diámetro de 6-8 mm. No tienen latencia, y se sumergen en agua durante al menos 24 horas para ablandar los tegumentos. Para una germinación uniforme necesita una alternancia entre 15 ° C (noche) y 20 ° C (día ). La plántula tiene 4 cotiledones.

Esta cupresácea tiene una gran capacidad para la producción de chupones basales, lo que le permite recuperarse tras una sequía prolongada y, sobre todo, tras el paso del fuego. T. articulata es originaria de las montañas del noroeste de África, desde Túnez hasta Marruecos, y también se encuentra en la isla de Malta (es su árbol nacional) y en Murcia, sureste de España, en los montes cercanos a Cartagena. En el norte de África esta especie está presente, aunque en poblaciones discontinuas y dispersas, en un área de unos 8.000-10.000 km2 especialmente en las montañas, donde alcanza los 1.700 m de altitud, mezclándose con la sabina albar (Juniperus thurifera L.), mientras que en el Sahara argelino coincide con el ciprés de Tassili (Cupressus dupreziana A. Camus) en el Trópico de Cáncer (macizo de Ahaggar).

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las poblaciones africanas están en la categoría «Preocupación menor», mientras la especie está en peligro en las dos áreas europeas: en España tiene alrededor de 8500 plantas agrupadas en cuatro 4 subpoblaciones disjuntas que suman un área de 557 ha, mientras que en Malta existe sólo un centenar de árboles. La causa de la rarefacción, y también de la otra orilla en la otra región de la costa sur del Mediterráneo, más que a la competencia del pino carrasco y el matorral mediterráneo, es achacable a la tala, pastoreo excesivo y fragmentación provocada por los cultivos, núcleos urbanos e infraestructuras viarias.

Tetraclinis articulata

Estróbilos de Tetraclinis en diseminación; las escamas se han desarticulado y se pueden ver las alas de las semillas, semejantes al papel. © Giuseppe Mazza

El medio en que crece se caracteriza por un clima «mediterráneo subtropical, cálido y árido» en el que T. articulata, especie heliófila pero sobre todo termófila, xerófila y dotada de una gran plasticidad edáfica, encuentra las condiciones adecuadas. Las principales limitaciones son las bajas temperaturas; en particular, tolera mínimas que sólo excepcionalmente y durante breves períodos descienden 1 o 2 grados por debajo de 0 °C.

Se considera una especie ‘macaronésica’, es decir, una reliquia de aquellas ‘laurisilvas’ subtropicales del Plioceno que caracterizaron el área de la cuenca mediterránea hasta las glaciaciones del Pleistoceno (hace unos 2,5-2 millones de años), cuando la mayoría de ellas desapareció y sólo algunas especies lograron sobrevivir en zonas más adecuadas, como el norte de África y los llamados ‘archipiélagos macaronésicos’ (Canarias, Azores, Madeira, Cabo Verde, etc.). Como evidencia de la presencia del género Tetraclinis en Europa, en Francia, Polonia, Bulgaria e Italia se han encontrado restos fósiles de especies ‘ancestrales’ de la actual T. articulata. Concretamente, en los Apeninos tosco-romañolos se han hallado fósiles de T. salicornioides (Unger) Kvacek (una especie bastante similar a la actual) que datan de hace 5,7 millones de años, es decir, cuando en el mesiniense tardío los corredores que conectan el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo se cerraron y éste decreció transformándose en una vasta depresión más o menos seca intercalada con algunos grandes lagos hipersalinos.

Su madera fue particularmente buscada y codiciada por los antiguos romanos para chapados y trabajos de ebanistería, tanto es así que Cicerón en las Verrinas (70 a. C.), acusando a Cayo Verres de diversas fechorías cometidas en Sicilia, le recuerda el robo de un gran panel de madera de Tetraclinis: «[…] tu maximam et pulcherrimam mensam citream a Q. Lutatio Diodoro, qui Q. Catuli beneficio ab L. Sulla civis Romanus factus est, omnibus scientibus Lilybaei abstulisti«. (En C. Verrem actionis secundae Liber quartus, 37: «le robaste a Q. Lutatio Diodoro […] una mesa muy grande y hermosa de tuya» y, de hecho, la desaparición de esta especie de diferentes territorios se atribuye a los romanos.

Tetraclinis articulata

Semillas de Tetraclinis provistas de dos grandes alas idénticas, útiles para favorecer su diseminación a distancia de la planta madre © Giuseppe Mazza

Aunque ahora estas plantas se cortan principalmente para obtener leña, a veces, cuando se dispone de tocones de raíz, éstos se recuperan y procesan no sólo para tener paneles de chapa, sino también para fabricar objetos de artesanía fina.

Otro producto obtenido de esta especie es su resina, que se comercializa con el nombre de «sandaraca» y se utiliza para la elaboración de pinturas y lacas utilizadas sobre todo en la lutería, como acabado transparente para muebles lacados, para la conservación de pinturas y para la preparación de la ‘meca florentina’ (pintura aplicada a objetos de plata para protegerlos y teñirlos en color dorado).

Pero donde el clima es cálido y seco sin llegar a helar, T. articulata se utiliza ocasionalmente, como planta ornamental y para bonsáis. Al menos a nivel experimental, los extractos oleosos o acuosos obtenidos de plantas de Tetraclinis están dotados de propiedades alelopáticas. Aparte de los usos en paisajismo y jardinería, esta especie  juega ciertamente un papel importante en la prevención de la pérdida de suelo y los riesgos de desertificación en las áreas áridas.

Sinónimos: Thuja articulata Vahl 1791; Callitris quadrivalvis Rich. & A.Rich. 1826; Callitris triquetra Hort. ex Loudon 1828; Cupressus triquetra Jacques 1837; Cupressus articulata (Vahl) J.Forbes 1839; Callitris macrostachya Hort. ex Steud. 1840; Juniperus cunninghamii Hort. ex Carrière 1855; Callitris articulata (Vahl) H.Karst. 1881; Callitris articulata (Vahl) Murb. 1890.

 

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