Vipera berus

Familia : Viperidae

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de Mauro Grano, Cristina Cattaneo y Grégoire Meier

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

Común en Europa, la Vipera berus tiene una distribución euroasiática, desde Gran Bretaña hasta las costas del océano Pacífico © Giuseppe Mazza

Común en Europa, la Vipera berus tiene una distribución euroasiática, desde Gran Bretaña hasta las costas del océano Pacífico © Giuseppe Mazza

La Vipera berus (Linnaeus, 1758) es una serpiente perteneciente a la familia de los vipéridos ( Viperidae ), conocida comúnmente con el nombre de Víbora europea. Un interesante nombre, por su etimología, es que le dan los italianos: Marasso; derivaría del nombre de un arma, concretamente de la contracción de “madarasso”, del latín “mataris”, la lanza usada por los antiguos galos contra los romanos.

El nombre genérico Vipera deriva, por su parte, de la contracción de “vivípara”, del latín “vivus” = vivo y “parere, pario” = parir, generar, queriendo en su conjunto decir que da a luz a crías perfectamente formadas y eficientes; mientras que el epíteto específico berus tiene su origen en el griego “béros” = exacto, auténtico, genuino, en referencia al hecho de que muchísimos naturalistas han considerado a esta víbora como la más común y antigua de Europa.

La Vipera berus cuenta con tres subespecies: la subespecie nominal Vipera berus berus (Linnaeus, 1758); la Vipera berus bosniensis Boettger, 1889; y la Vipera berus sachalinensis Tzarewsky, 1917.

La cabeza de la Vipera berus, a diferencia de la triangular y con morro orientado hacia arriba de la Vipera aspis, tiene forma casi ovoidea, estando aplanada dorsalmente y con perfil ligeramente redondeado. En este caso la pupila también es vertical, sobre iris rojo, marrón amarillento o negro © Giuseppe Mazza

La cabeza de la Vipera berus, a diferencia de la triangular y con morro orientado hacia arriba de la Vipera aspis, tiene forma casi ovoidea, estando aplanada dorsalmente y con perfil ligeramente redondeado. En este caso la pupila también es vertical, sobre iris rojo, marrón amarillento o negro © Giuseppe Mazza

Zoogeografía

Vipera berus: se trata de un corotipo eurosiberiano. Muestra una distribución eurasiática en tanto en cuanto la encontramos desde Gran Bretaña hasta el océano Pacífico. En Europa presenta una amplia distribución por las regiones centroseptentrionales, mientras que hacia el sur solo se extiende, en Europa oriental, hasta el norte de Grecia.

La subespecie nominal, Vipera berus berus (Linnaeus, 1758) tiene un área de distribución que se extiende desde Italia septentrional en el sur hasta Finlandia en el este y Gran Bretaña en el oeste. En Italia está presente en todas las regiones alpinas, excepto en Liguria, el Piamonte y diversas regiones prealpinas.

La Vipera berus bosniensis Boettger, 1889 está presente en Eslovenia meridional, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia, Macedonia, Montenegro, Hungría, Ucrania, Rumanía, Rusia central y meridional y Grecia septentrional.

La Vipera berus sachalinensis Tzarewsky, 1917 presenta un área de distribución exclusivamente asiática, incluyendo el norte de Mongolia y Siberia meridional hasta la isla de Sajalín.

Ecología-Hábitat

En Italia esta víbora puede observarse en ambientes montanos altos, subalpinos y alpinos, entre los 1.000 y los 2.500 m de altitud. En el resto de su área de distribución puede encontrarse, según las zonas, desde el nivel del mar hasta los 3.000 m de altitud. Su hábitat típico está constituido por ambientes como praderas, pastos, arbustedas, taludes y canchales, corrimientos de tierra y rocas, turberas y muretes de tipo piedra seca. Con frecuencia estos ambientes son frescos y húmedos y presentan una variación térmica entre el día y la noche bastante amplia. En ciertos casos estas víboras acostumbran a acumular calor, ejerciendo un tipo de termorregulación, colocándose sobre pedregales áridos en laderas soleadas, para después ponerse en movimiento en busca de alimento en las zonas llanas que se encuentran debajo, normalmente caracterizadas por ambientes más húmedos y herbosos.

Esto demuestra que la víbora europea lleva a cabo movimientos más o menos largos para desarrollar ciertas necesidades vitales como la caza, el apareamiento o la búsqueda de microambientes o microclimas idóneos para las exigencias del momento. Estos movimientos son mayormente visibles durante el periodo que precede a la latencia invernal, momentos en los que la víbora europea busca un refugio idóneo para pasar el invierno aletargada. Al término del período invernal no es raro observar serpientes en lugares “improbables”, utilizados exclusivamente para la termorregulación y el apareamiento, abandonados en lo sucesivo a favor de otros hábitats más idóneos para desarrollar otras actividades, como la caza o la gestación. Estas zonas de latencia invernal, de termorregulación y de apareamiento en ocasiones coinciden, pero en otras están separadas por centenares de metros.

Alcanza los 70 cm, con hembras más largas y robustas que los machos. En Italia se encuentra a 1.000-2.500 m de altitud, en otros lugares del nivel del mar a los 3.000 m © Giuseppe Mazza

Alcanza los 70 cm, con hembras más largas y robustas que los machos. En Italia se encuentra a 1.000-2.500 m de altitud, en otros lugares del nivel del mar a los 3.000 m © Giuseppe Mazza

Morfofisiología

La Vipera berus tiene un cuerpo relativamente esbelto y delgado, alcanzando una longitud media de entre 50 y 70 cm. Generalmente las hembras son un poco más grandes y robustas que los machos. La cabeza tiene una forma ligeramente aovada y el morro, que en su parte superior es plano y sin protuberancias, al verlo de perfil es ligeramente redondeado. La librea de la víbora europea es variable, pudiéndose encontrar ejemplares de coloración rojiza, amarillenta, pardusca, grisácea, blanquecina y hasta azulada con un motivo dorsal en zigzag de color negro, marrón o rojizo.

En algunas poblaciones de esta víbora existe un discreto porcentaje de individuos melánicos, es decir, que presentan una librea totalmente negra, o también ejemplares que tienen una librea particularmente oscura con mucha pigmentación negra. Entre las curvas del diseño dorsal, en los flancos, generalmente está presente una mancha oscura más o menos redondeada. La cabeza de la víbora europea a menudo está caracterizada por un motivo oscuro que puede recordar a una Y, una X o una V.

La librea de la Vipera berus es muy variable. La de este ejemplar es casi uniformemente rojiza, con el característico dibujo oscuro dorsal en zigzag solo marcado en torno a la cabeza © Giuseppe Mazza

La librea de la Vipera berus es muy variable. La de este ejemplar es casi uniformemente rojiza, con el característico dibujo oscuro dorsal en zigzag solo marcado en torno a la cabeza © Giuseppe Mazza

La parte ventral presenta generalmente un color negro, gris o pardo, a veces con pequeñas manchas, mientras que la zona bajo la cola tiene una coloración amarillenta.

La pupila vertical destaca sobre el iris que puede ser rojo, marrón, amarillento o negro.

Etología-Biología reproductiva

La Vipera berus se alimenta principalmente de micromamíferos, saurios, salamandras, ranas y, durante el estadio juvenil, probablemente también de invertebrados. La caza es adaptada al tipo de presa, por lo que puede ser de acecho cuando cazan micromamíferos y saurios activos, o bien puede ser activa cuando la víbora va en busca de ranas y salamandras entre la vegetación, bajo piedras y troncos caídos.

El periodo de actividad de la víbora europea está fuertemente condicionado por la altitud y el paso de las estaciones, en tanto en cuanto una primavera tardía o un otoño anticipado pueden determinar una latencia invernal que supera fácilmente los seis meses. Sea como sea, la Vipera berus è fortemente condizionato dalla quota altitudinale e dall’andamento delle stagioni, in quanto una primavera tardiva o un autunno anticipato possono determinare una latenza invernale che supera facilmente i sei mesi. Tuttavia normalmente Vipera berusestá normalmente activa desde abril hasta octubre.

Los machos son los primeros en abandonar el refugio invernal para dirigirse hacia las áreas de termorregulación. De hecho, al contrario de lo que ocurre con la Vipera aspis, el ciclo sexual de los machos de Vipera berus presenta su acrofase (punto de actividad máxima) en primavera. Deben, por lo tanto, retomar su actividad con mayor anticipación que las hembras, ya que necesitan llevar a cabo una termorregulación de 2 o 3 semanas para poder desarrollar una espermatogénesis completa. Tras haber efectuado la muda primaveral los machos muestran una librea con colores muy vivos y llamativos, poniéndose inmediatamente a buscar hembras para aparearse. Los machos alcanzan la madurez sexual al cuarto año de edad y las hembras al cuarto o quinto año. Las hembras se aparean solo cada 2 o 3 años, tiempo necesario para acumular de nueva suficientes nutrientes, grasa y energía como para llevar a buen término el desarrollo de los embriones, al ser también ovovivíparas.

El apareamiento tiene lugar en la primavera avanzada, precedido por los combates rituales de los machos. El desarrollo de los embriones se extiende hasta finales de verano, por lo que las hembras no tendrán tiempo para llevar a cabo un segundo ciclo alimentario antes de la latencia invernal. Esto representa un riesgo para la supervivencia de muchas hembras, al no haber tenido la oportunidad de hacer acopio de suficientes reservas de nutrientes y grasa para afrontar la estación invernal. Generalmente las hembras de víbora europea paren de 5 a 15 crías cada vez, que tienen una longitud media de entre 14 y 23 cm.

En algunas poblaciones un discreto porcentaje de ejemplares es melánico, muy oscuro o negro. La víbora europea caza en ambientes húmedos, a menudo alejados de los canchales donde se solea. Las presas son micromamíferos y saurios, cazados al acecho, o anfibios que busca activa entre la vegetación, bajo piedras y troncos caídos © Giuseppe Mazza

En algunas poblaciones un discreto porcentaje de ejemplares es melánico, muy oscuro o negro. La víbora europea caza en ambientes húmedos, a menudo alejados de los canchales donde se solea. Las presas son micromamíferos y saurios, cazados al acecho, o anfibios que busca activa entre la vegetación, bajo piedras y troncos caídos © Giuseppe Mazza

Sinónimos

Coluber berus Linnaeus, 1758: 217; Coluber berus Laurenti, 1768: 97; Vipera berus Daudin, 1803: 89; Chersea vulgaris Fleming, 1822: 295; Berus vulgaris Swainson, 1839: 362; Pelias berus Günther, 1859: 226; Pelias berus Schubert, 1886; Vipera berus Boulenger, 1896: 476; Coluber berus Stejneger, 1907: 445; Vipera coronis aspoides Reuss, 1925; Vipera aspoides annulata Reuss, 1927; Vipera aspoides Reuss, 1927; Vipera berus Engelmann et al., 1993; Vipera berus McDiarmid, Campbell & Touré, 1999: 397; Vipera (Pelias) berus Venchi & Sindaco, 2006; Pelias berus Wallach et al., 2014: 541; Vipera berus berus (Linnaeus, 1758); Coluber berus Linnaeus, 1758; Pelias berus Merrem, 1820: 148; Vipera (Pelias) berus forma punctata Reuss, 1925; Vipera berus bosniensis Boettger, 1889; Vipera berus var bosniensis Boettger in Mojsisovics, 1889 [1888]; Vipera berus pseudaspis Schreiber, 1912; Vipera berus bosniensis Harding & Welch, 1980; Vipera berus bosniensis Ioannidis & Bousbouras, 1989; Vipera berus bosniensis Schweiger, 2009; Vipera berus bosniensis Kwet & Trapp, 2014; Vipera berus nikolskii (Vedmederya, Grubant & Rudajewa, 1986); Vipera nikolskii Vedmederya, Grubant & Rudajewa, 1986; Vipera berus var. prester Kowatscheff, 1905; Vipera prester (Linnaeus, 1761) (fide Khalikov, pers. comm.); Vipera nikolskii Engelmann et al., 1993; Vipera berus nikolskii Joger et al., 1997; Vipera nikolskii McDiarmid, Campbell & Touré, 1999: 407; Vipera berus nikolskii – Milto & Zinenko, 2005; Vipera (Pelias) nikolskii Venchi & Sindaco, 2006; Vipera berus nikolskii Vedmederya et al., 2009; Vipera berus nikolskii Zinenko et al., 2010; Pelias nikolskii Wallach et al., 2014: 544; Vipera berus sachalinensis Tzarevsky, 1917; Vipera berus sachalinensis Tzarevsky, 1916; Coluber sachalinensis sachalinensisVipera berus sachalinensis Shannon, 1956; Coluber sachalinensis continentalis Nikolsky, 1926; Vipera berus sachalinensis Harding & Welch, 1980; Vipera berus McDiarmid, Campbell & Touré, 1999: 399; Vipera berus sachalinensis Kucharzewsky, 2011; Vipera sachalinensis Pyron & Burbrink, 2013; Pelias sachalinensis Wallach et al., 2014: 545.

La Vipera berus es una serpiente prudente y tranquila que aprovecha su camuflaje para esconderse de sus predadores. Cuando es molestada se retira a su refugio y solo si no hay vía de escape infla el cuerpo, lista para morder, de mala gana, en posición defensiva, tratando de asustar al agresor © Giuseppe Mazza

La Vipera berus es una serpiente prudente y tranquila que aprovecha su camuflaje para esconderse de sus predadores. Cuando es molestada se retira a su refugio y solo si no hay vía de escape infla el cuerpo, lista para morder, de mala gana, en posición defensiva, tratando de asustar al agresor © Giuseppe Mazza

Consideraciones sobre el veneno de las víboras europeas

El veneno de las serpientes es una articulada y compleja combinación de toxinas, enzimas y otras proteínas, cuyo efecto está correlacionado con sus características y cantidad. El veneno es producido por unas glándulas específicas situadas a ambos lados de la cabeza, por debajo y detrás del ojo. Estas son, en realidad, glándulas salivares modificadas y corresponden a las glándulas parótidas, presentes en mamíferos. Por este motivo el veneno podría ser razonablemente definido como una saliva proteolítica y hemorrágica.

Para poder inyectar el veneno en las presas, la víbora se sirve de dos colmillos inoculadores, que tienen la característica de presentar un canal interior conectado a las glándulas de veneno mediante un conducto a tal fin. Esto permite el paso directo del veneno desde la glándula hasta el sujeto mordido. El veneno es el método principal con el que las serpientes venenosas se procuran el alimento, facilitando además la digestión.

El carácter de la víbora es tranquilo y no agresivo, pero en situaciones de peligro se defiende, siendo su única modalidad de defensa la mordedura. Se debe presuponer de partida que en ningún caso la víbora ataca al hombre. Esta aprovecha su camuflaje para defenderse de los depredadores. De hecho, el ofidio tiende a valerse de la inmovilidad para pasar desapercibido. En cualquier caso, si el hombre o un depredador se acerca excesivamente, la víbora trata de huir retirándose hacia su refugio, que a menudo está en las cercanías. Si cualquier vía de huida es interceptada, la víbora tratará de parecer más amenazadora de lo que lo es en realidad, inflando el cuerpo, tomando una postura defensiva y emitiendo un silbido inspirando y expirando profundamente aire en los pulmones. Estas señales de advertencia son una invitación a alejarse. Si son ignoradas y hay un acercamiento aún mayor, o bien se trata incluso de agarrar a la víbora, esta se defenderá mordiendo.

Cómo comportarse en caso de mordedura

Qué hacer:

 Permanecer tranquilo y evitar esfuerzos físicos. Si la persona afectada se agita o excita, aumenta la contracción muscular y el consecuente drenaje del veneno hacia los vasos sanguíneos. Por el mismo motivo sería aconsejable permanecer inmóvil en la medida de lo posible y esperar socorro.

 Quitar anillos, relojes, pulseras y demás. Las extremidades, las manos y los pies pueden hincharse considerablemente.

 Inmovilizar el miembro afectado mediante en vendaje compresivo. Este tipo de vendaje debe llevarse a cabo como si se estuviese tratando un esguince. De hecho, el veneno pasa rápidamente hacia las vías linfáticas y tan solo tras un relativamente corto intervalo de tiempo llega a la circulación. De este modo se trata de conseguir el bloqueo de la circulación linfática sin comprometer la sanguínea.

 Transporte al hospital u otra institución médica en el menor tiempo posible.

Forma melánica y ejemplar rojizo con dibujo rojo oscuro. Para las serpientes el veneno es una ayuda digestiva que no les gusta desperdiciar y el hombre no es una presa © Giuseppe Mazza

Forma melánica y ejemplar rojizo con dibujo rojo oscuro. Para las serpientes el veneno es una ayuda digestiva que no les gusta desperdiciar y el hombre no es una presa © Giuseppe Mazza

Qué no hacer:

 No aplicar vendajes hemostáticos. La aplicación del lazo hemostático, o torniquete, si se lleva a cabo de manera incorrecta, puede provocar una disminución del aporte de oxígeno, aunque también una reducida eliminación de las sustancias metabólicas. Esto podría comportar un agravamiento de los daños locales, con consecuente necrosis de la zona y aumento del dolor. Además, en el momento de retirar el lazo hemostático, se ponen en circulación las sustancias provenientes de la parte lesionada, con un grave colapso causado ya sea por la mordedura como por la hipoperfusión.

 No cortar, chupar o quemar la zona mordida. El corte de la piel llevado a cabo por manos inexpertas y con instrumentos no idóneos puede provocar daños que afecten a tendones, nervios y vasos sanguíneos. Si se cortan tendones y nervios se podrían provocar incluso lesiones que invaliden el miembro, y si se cortan los vasos se facilita la entrada del veneno en la circulación sanguínea.

 No ingerir o inyectar medicamentos sin supervisión médica. En el hospital los médicos valoran la gravedad del envenenamiento, se monitorizan y se da soporte a las funciones vitales, siguiendo tratamientos para aliviar el dolor y evitar infecciones y alergias. En caso de envenenamiento grave se suele recurrir a la suministración de suero, que debe ser practicada exclusivamente bajo control médico para poder contrastar una eventual reacción anafiláctica y actuar en consecuencia de inmediato.

 

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