Familia : Bromeliaceae

Texto © Pietro Puccio

Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende
La especie es originaria de Brasil, concretamente del estado de Pernambuco, donde vive en la selva húmeda atlántica (Mata Atlântica), a altitudes colinares.
El nombre genérico proviene del sustantivo griego“αἰχμὴ” (aichmè), que significa “punta de lanza”, en referencia a los ápices espinosos de los sépalos y brácteas florales.
El nombre específico es la combinación del sustantivo griego“κεφαλή” (kephalé), que significa “cabeza”, y del sufijo “-οειδής” (-oeidés), derivado de “εἶδος” (êidos), que significa “forma” o “aspecto”, en alusión a la forma globosa de la inflorescencia.
Aechmea cephaloides J.A. Siqueira & Leme (2007) es una especie herbácea, siempreverde, monocárpica (florece una sola vez y luego muere), acaulescente, y puede ser epífita o terrestre. Está constituida por una roseta en forma de embudo de hojas que forma una cavidad central donde normalmente se acumula agua.

Aechmea cephaloides es una especie monocárpica, es decir, florece sólo una vez y luego muere. Epífita o terrestre, que consiste en una roseta de hojas en forma de embudo que forman una cavidad central en la que generalmente se acumula el agua. Las hojas son de color verde intenso, pero a pleno sol adquieren un tono entre rosa y morado © Giuseppe Mazza
Las hojas son lineares, con el ápice redondeado, pero provistas de una corta espina y con el margen aserrado, densamente cubiertas de diminutas escamas blanquecinas, de color verde intenso; cuando se cultivan a pleno sol, las hojas adquieren una tonalidad que va del rosa al púrpura.
La inflorescencia surge en el centro de la roseta y está compuesta por un robusto escapo floral, más corto que las hojas, cubierto de un denso tomento blanco y provisto de brácteas elípticas con ápice agudo, más largas que los entrenudos, superpuestas, de color rosado, que se intensifica de la base hacia el ápice.
El escapo culmina en una inflorescencia globosa de larga duración, compuesta por un racimo compuesto, es decir, varios racimos de flores que parten de un eje central. Cada racimo está formado por grupos compactos de flores acompañados por grandes brácteas ovadas de color rojo, que presentan una espina en el ápice.

La inflorescencia, globosa, de larga duración, está formada por racimos ramificados que parten de un eje central con flores compactas amarillo anaranjado, sostenidas por grandes brácteas rojas y ovadas, con una espina en el ápice © Giuseppe Mazza
Las brácteas florales son poco llamativas, membranosas, de color rojizo, delgadas, con una anchura de 0,4-0,5 cm. Las flores, situadas sobre un corto pedicelo, presentan 3 sépalos obovados de color amarillo anaranjado, de 0,4-0,5 cm de ancho, y 3 pétalos ovados de color rojizo, de 2,2-2,3 cm de largo. El ovario es ínfero y posee 6 estambres dispuestos en 2 verticilos de 3.
Los frutos son bayas ovoides que contienen numerosas semillas.
Una vez completada la maduración de los frutos, la planta comienza a secarse, pero este proceso es lento, durando 1-2 años, durante los cuales transfiere nutrientes a las nuevas plantas que produce en la base.
Aechmea cephaloides se propaga por semilla, colocada superficialmente sobre un sustrato compuesto por tierra orgánica y arena silícea gruesa (en una proporción del 40-50 %), mantenido constantemente húmedo a una temperatura de 24-26 °C.
A nivel de aficionado, también se reproduce por división de matas o mediante los nuevos brotes basales, que pueden separarse cuando hayan alcanzado al menos un tercio del tamaño de la planta madre.
Es una especie afín a Aechmea aquilega, de la cual se distingue por su inflorescencia globosa, las flores pedunculadas y por el color y tamaño de las partes florales.
De notables características ornamentales, se puede cultivar al aire libre en climas tropicales y subtropicales húmedos, tanto como epífita sobre árboles como terrestre, en macizos y borduras, sobre sustratos muy aireados, bien drenados y ricos en materia orgánica, a pleno sol (para intensificar la coloración del follaje) o en sombra parcial.
También se puede cultivar en maceta, utilizando sustratos con las mismas características que para el cultivo en exterior, asegurando temperaturas mínimas invernales superiores a 15 °C.
En verano, el sustrato debe mantenerse constantemente húmedo, pero sin encharcamientos; en invierno, se debe regar ligeramente, permitiendo que el sustrato se seque parcialmente.casi completamente entre riegos; la humedad ambiental, en caso de aire seco y temperaturas elevadas, puede aumentarse mediante nebulizaciones por la mañana utilizando agua a temperatura ambiente y sin cal para evitar antiestéticas manchas en las hojas.
Durante el verano, debe dejársele algo de agua en la cavidad central formada por la roseta de hojas, renovándola con frecuencia para evitar que se convierta en un foco de larvas de mosquitos. En invierno, en caso de temperaturas bajas, es preferible mantenerla prácticamente seca para evitar posibles podredumbres.
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