Familia : Bromeliaceae

Texto © Pietro Puccio

Traducción en español de Ignacio Barrionuevo
La especie es originaria de Brasil (estados de Alagoas y Pernambuco), donde crece en las pluviselva costera.
El nombre genérico deriva del sustantivo griego “αἰχμή” (aichme) = punta de lanza, en referencia a los ápices espinosos de los sépalos y las brácteas florales; mientras que el epíteto específico es el adjetivo latino “tomentosus, a, um” = tomentoso, en referencia a la inflorescencia cubierta por un tomento blanquecino.
Nombres comunes: caraguatá (Brasil).
La Aechmea tomentosa Mez (1986) es una especie herbácea siempreverde, monocárpica (fructifica solo una vez en la vida, muriendo después), acaule, epífita o, con menor frecuencia, terrestre, alcanzando, con la inflorescencia, entre los 60 y los 80 cm de altura, constituida por una roseta embudiforme de hojas que forman una cavidad central generalmente llena de agua.

La Aechmea tomentosa de Brasil florece una sola vez y después muere. Epífita, a veces terrestre, tiene hojas que pueden superar 1 m y una inflorescencia de 60-80 cm © Giuseppe Mazza
Las flores son sésiles, con sépalos libres de color amarillo verdoso y cubiertos por un tomento blanquecino, mucronados, de alrededor de 1,5 cm de longitud; los pétalos, también libres y amarillos, son lanceolados con ápice mucronado, de alrededor de 5 cm de largo; y el ovario es tomentoso y mide entre 1,4 y 1,6 cm de longitud.

Flores con sépalos de color amarillo verdoso, cubiertas por un tomento blanquecino que ha dado el nombre a esta especie, poco difundida en la naturaleza y en cultivo © Giuseppe Mazza
Se trata de una especie poco difundida tanto en la naturaleza como en cultivo, utilizable al aire libre en las regiones de clima tropical y subtropical húmedo, tanto como epífita sobre árboles como en el suelo, sobre sustratos ricos en materia orgánica, muy aireados y drenantes, en posición ligeramente sombreada. En otras regiones ha de ser cultivada en maceta con un sustrato con las mismas características antes citadas, con temperaturas mínimas invernales preferiblemente superiores a los 16 ºC. El sustrato ha de ser mantenido constantemente húmedo en verano, mientras que en invierno conviene dejar que se seque casi completamente entre riegos; y la humedad ambiental, en presencia de aire seco y elevadas temperaturas, puede ser incrementada con nebulizaciones empleando agua a temperatura ambiente no calcárea para evitar antiestéticas manchas sobre las hojas. En verano se puede dejar un poco de agua en la cavidad central formada por la roseta de hojas, renovándola frecuentemente para evitar que se convierta en un foco de cría de mosquitos, mientras que en invierno, en presencia de bajas temperaturas, es preferible dejarla seca para evitar posibles podredumbres.
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