Althaea officinalis

Familia : Malvaceae

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Texto © Eugenio Zanotti

 


Traducción en español por el Prof. José Campos

 

Althaea officinalis, Malvavisco común, Malvaceae

Althaea officinalis es una herbácea perenne de 40-120 cm de altura © Giuseppe Mazza

Pertenecen al género Althaea, según varios autores, de 6 a 12 especies de plantas herbáceas perennes nativas de Europa, norte de África y Asia occidental. El Malvavisco común o Altea está presente en toda Europa excepto en el norte, también en el norte de África, Oriente Próximo y sur de Siberia, y se ha introducido en Norteamérica.

El nombre genérico proviene de las palabras griegas “althain”, “altamen” o “altheim”, que quiere decir ayudar, sanar; Altea era una heroína de la mitología griega, esposa de Eneo. El nombre específico officinalis es un término ampliamente utilizado para designar a las plantas que tienen propiedades medicinales, muchas de las cuales se empleaban en las «oficinas”, las farmacias del pasado.

El Malvavisco común (Althaea officinalis L. 1753) es una hierba perenne, con una robusta raíz pivotante, cilíndrica, con un diámetro de 1-3 cm, ramificada, de color blanco amarillento o marrón claro, blanca en el interior.

La planta es tomentoso-blanquecina o grisácea, debido a que está densamente cubierta de pelos ramificados (pelos estrellados), de 40-120 (200) cm de altura, generalmente espesa, con tallos simples o más o menos ramificados, erectos; hojas alternas, palmatinervias , las inferiores ovado-cordadas o suborbiculares, casi enteras o trilobuladas, las centrales enteras o palmado-lobadas, ovado-acuminadas o triangulares, agudas, crenado-serradas (4-7 x 6-10 cm), a menudo un poco plegadas, los superiores lanceoladas (1-2 x 5-8 cm), brevemente pecioladas, aterciopeladas en ambas caras; flores de forma similar a las de la malva común, con pedúnculos cortos, solitarias o en glomérulos en la axila de las hojas superiores, con pétalos obovados (1.5-2 cm) 2-3 veces la longitud del cáliz, de color blanco rosado o rosa violáceo; anteras de color rojo púrpura o violeta.

La floración se concentra de mayo a agosto (septiembre). Epicáliz con segmentos linear-lanceolados, sépalos ovados, agudos, plegados sobre los frutos (esquizocarpo). Las semillas (mericarpos) son reniformes, un poco rugosas, aplanadas, trigonales, marrones, más o menos densamente pubescentes con pelos estrellados, especialmente en el dorso, alrededor de veinte y reunidas en forma de rosca alrededor de la base de los estilos.

El malvavisco común crece alrededor de las zonas pantanosas, a lo largo de las riberas de los canales, en lugares húmedos incluso salobres, en suelos húmedos ricos en sales, desde el nivel del mar hasta 1200 m de altitud.

En fitoterapia, se utilizan las raíces (recolectadas en octubre-noviembre), pero también las hojas y flores (recolectadas de mayo a agosto), preferiblemente de plantas de dos años.

La raíz contiene un  alto porcentaje de mucílago, constituido por polisacáridos heterogéneos, es decir, por una mezcla de galacturonoramnanos ácidos, glucanos neutros y arabinogalactanos neutros (D-galactosa, L-ramnosa, ácidos D-glucurónico y D-galacturónico), flavonoides, fenol, escopoletol, almidón, sacarosa y azúcar invertido, pectina, un aceite graso, fitosterina, asparagina, betaína, taninos, ácido málico, oxalato cálcico, un aceite volátil, sustancias minerales ricas en fosfatos, vitamina C y enzimas. Las hojas también contienen un aceite esencial y un ácido volátil, en las flores hay un aceite esencial, mucílago y azúcares. Las preparaciones de malvavisco, como las de malva común, tienen propiedades emolientes, refrescantes, calmantes, antiinflamatorias, inmunoestimulantes, antipruriginosas, antiulcerosas, gastroprotectoras, ligeramente laxantes, pectorales, béquicas, expectorantes, odontálgicas, antianémicas e hipoglucemiantes.

La raíz se usa contra la tos persistente, la laringotraqueobronquitis, en las formas donde las secreciones necesitan ser fluidificadas, en algunos trastornos del tracto digestivo (gastroenteritis, rectocolitis) y en la cistitis. La decocción, pero especialmente la maceración en frío, se recomienda para hacer gárgaras en infecciones de la boca y las amígdalas, para enemas en enterocolitis aguda, para cataplasmas en llagas, forúnculos, flemones, etc. También las hojas y las flores, en infusión, son útiles contra la tos y la inflamación de la garganta. Para uso externo, el malvavisco se prescribe en particular para la piel seca y la dermatitis pruriginosa. El uso de preparaciones de malvavisco es incompatible con tanino, hierro y consumo de bebidas alcohólicas de alta graduación.

Sus extractos se utilizan a menudo como vehículo de medicamentos irritantes, como protector. En fitocosméticos, las preparaciones basadas en sus extractos son apreciadas como descongestionantes y suavizantes para pieles secas, cansadas y propensas a la cuperosa.

Althaea officinalis, Malvavisco común, Malvaceae

Crece en lugares húmedos, incluso salobres. La raíz, las hojas y las flores tienen virtudes medicinales © G. Mazza

La tradición popular enseña que la raíz de esta planta, previamente pelada y escaldada, se daba para que la masticaran a los niños atormentados por las molestias de la dentición.

En cosmética, la infusión de malvavisco preparada mediante maceración en agua tibia entra en la composición de lociones faciales, máscaras refrescantes, emulsiones y cremas.

Notas varias y curiosidades

El malvavisco ocupa, sin ninguna duda, un lugar destacado entre las plantas medicinales más utilizadas y reconocidas desde antiguo.

Los antiguos griegos la usaban casi a diario, por las muchas propiedades que se le atribuían.

Egipcios y romanos usaban hojas hervidas como alimento; también tenía gran notoriedad en la medicina medieval y probablemente su amplia difusión está relacionada con este hecho.

El famoso médico Pier Andrea Mattioli (Siena, 12 de marzo de 1501-Trento, 1578) escribió sobre el malvavisco: “Se ha probado que al tomar un dracma y medio (= 3,89 g) de su semilla en polvo en el vino, rompe y saca los cálculos que se generan en los riñones, causa orina y cura el dolor causado por aquellos”. Carlomagno mencionó el malvavisco en sus Capitulares entre las plantas calmantes y emolientes para el tratamiento de llagas infectadas e inflamadas, y fue una de las plantas cultivadas en los monasterios. El malvavisco también es una buena planta melífera.

Preparaciones:

Infusión emoliente-fluidificante contra la tos seca

Dos cucharaditas de flores en una taza de agua: hervir durante un minuto y dejar en infusión durante un cuarto de hora, añadir una cucharada de miel (preferiblemente de castaño). Se bebe caliente tres o cuatro veces al día. Se puede reemplazar por maceración en frío en agua durante 6-8 horas con 2 g de raíz triturada en 150 ml de agua.

Decocción contra las inflamaciones de la piel y de las mucosas de la boca

Una cucharada de raíces trituradas en una taza de agua hirviendo: llevar a ebullición y dejar enfriar. Se aplica sobre la piel con algodón durante quince a veinte minutos, o se usa para enjuagues y gargarismos repetidos.

Sinónimos: Malva maritima Salisb. (1796); Althaea sublobata Stokes (1812); Malva officinalis (L.) Schimper & Spenner. (1829); Althaea vulgaris Bubani (1862); Althaea kragujevacensis Pančić (1874); Althaea micrantha Borbás (1888); Malva althaea E.H.L.Krause (1901); Althaea officinalis var. obtusifolia (1901); Malva althaea (1902); Althaea balearica J.J.Rodr. (1904); Althaea officinalis var. pseudoarmeniaca Polg. (1941); Althaea officinalis L. subsp. pseudoarmeniaca (Polgar) Kárpáti ex Soó (1973); Althaea officinalis L. subsp. micrantha Dostál (1984); Althaea kragujevacensis Pančić ex N.Diklić & V.Stevanovic (1993).

 

 

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