Panthera pardus

Familia : Felidae

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Texto © Dr. en Ciencias Giuliano Russini – Biólogo Zoólogo

 

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Traducción en español de Silvia Navarro

 

Un Panthera pardus mimetizado entre las ramas © Giuseppe Mazza

Un Panthera pardus mimetizado entre las ramas © Giuseppe Mazza

El Panthera pardus, mamífero euterio, carnívoro, cuadrúpedo, placentario pertenece a la familia de los Felidae, subfamilia de los Pantherinae.

En África es llamado leopardo, en Asia se prefiere hablar de pantera maculada por el wild-type y de pantera negra por la forma melánica, que aquí es muy común.

Con el Jaguar (Panthera onca) y el Puma (Puma concolor), es el felino de dimensiones mayores, después del León (Panthera leo) y el Tigre (Panthera tigris).

Hoy es endémico de África subsahariana y de Asia. En las islas de la Sonda y de Java se registra la mayor densidad de población por la forma melánica.

Según algunos biólogos, los ejemplares melánicos constituyen una verdadera subespecie. En cambio para otros, como ocurre por el jaguar, se tiene que hablar de mutantes, sujetos a un elevada expresión de melanina, debida a la mutación de un gen recesivo.

También viven en las selvas tropicales de África del Sur, cerca de Ciudad del Cabo, a tal punto que algunos autores los han clasificado como dos subespecies: Leopardo de Java ( Panthera pardus melas ) y Leopardo del Cabo ( Panthera pardus melanotica ). Pero para complicar más las cosas se han encontrado también ejemplares melánicos endémicos (no salvajes o ferales, es decir no escapados de zoológicos, parques o zoo-safari) también en Manchuria y Siberia.

Un análisis zoogeográfico detallado, basado sobre restos esqueléticos significativos y la contemporánea presencia de un cierto número de ejemplares, ha enseñado que la zona de distribución de este felino es extremadamente compleja, como además lo es también su ecoetología.

En el pasado, pero en algunas de estas regiones quizás también en la actualidad, el Panthera pardus vivía en Turquía, Asia Menor, Norte de África (Egipto, Argelia, Marruecos, Túnez), Sáhara, África del sur, África Oriental, África Occidental, todo el conjunto de Asia e islas conexas, hasta el extremo oriente (Corea del Norte y del Sur, China, Mongolia, Siberia), y incluso en Japón y en el archipiélago de Filipinas, para no hablar de Europa Occidental en España, Italia y el sur de Francia del sur. Aquí probablemente se extinguieron debido a la caza intensiva que los antiguos romanos, los ibéricos y los Gallos hicieron a su preciosa piel. También circulaban en Europa Oriental, en los Balcanes y en el inmenso territorio ruso. Esta distribución casi cosmopolita, muestra la enorme capacidad de adaptación por la ecofisiología, la ecología alimenticia y la ecoetología en este espléndido animal, siendo capaz de vivir y reproducirse en biotopos diferentes, a veces extremos.

Antes de ver en cuantas subespecies resulta sustancialmente subdividido o divisible el Panthera pardus, mencionamos brevemente el hecho de que su antepasado ancestral, de cuyo también habría descendido el jaguar, es para algunos biólogos identificable en el Leopardo nebuloso (Neofelis nebulosa), endémico de las selvas pluviales del sureste asiático. Un felino muy raro, en grave riesgo de extinción, que cuenta en naturaleza pocos centenares de ejemplares. Algunos se encuentran en los zoológicos, dónde también se han reproducido. Más pequeño que el jaguar y del leopardo, el Neofelis nebulosa generalmente pesa 15-23 kg, con 25-40 cm a la cruz.

La larga cola permite a los leopardos mantenerse en perfecto equilibrio © Giuseppe Mazza

La larga cola permite a los leopardos mantenerse en perfecto equilibrio © Giuseppe Mazza

Un manto con grandes manchas elípticas, irregulares, con márgenes oscuros, que crean parches en forma de nube, y sobre todo dos colmillos desmedidos. Tienen dimensiones del orden de 6-7 cm de longitud, como los del Tigre ( Panthera tigris ), que relativamente al tamaño de la especie, tiene sin duda los dientes más grandes en el mundo de los felinos. Por otros autores el Neofelis nebulosa es en cambio una subespecie del Panthera pardus. Para ellos, el antepasado ancestral del leopardo y del jaguar sería en efecto el leopardo beréber, que otros biólogos zoólogos consideran en cambio como una subespecie, suficiente para clasificarlo Panthera pardus panthera, con la típica denominación trinomial de subespecie.

Originariamente, antes de la última desertificación del Sáhara, el leopardo beréber se había extendido por todo el Norte África. Hoy en día quizás sobrevive todavía de forma esporádica en el noroeste de África, hasta la cadena montañosa del Atlas marroquí. Los últimos avistamientos por los biólogos y matanzas por obra de cazadores furtivos, que como siempre aspiraban desaforadamente a su piel, remontan a 1991, cerca del valle del monte Jbel Bou Iblane en el Atlas marroquí. El IUCN piensa que pudiera estar extinguido, o que a lo sumo queden una decena de ejemplares, o algo más, a alturas del orden de 3100 metros sobre el nivel del mar, en áreas en que teóricamente pueden vivir gracias a su fisiología. Pero estas observaciones y censos son particularmente complicados, en muchos casos impracticables. El último ejemplar en cautiverio parece haber muerto en un zoológico estadounidense en 1999.

Sin embargo, este fantasmal precursor de la pantera y el leopardo no ha sido identificado todavía con certeza, aunque si se tiene en cuenta que su existencia es mucho más de una hipótesis. También el número de subespecies en las que los zoólogos subdividen el Panthera pardusno está todavía bien definido. Una primera subdivisión considera nueve subespecies: la Panthera pardus pardus (Leopardo bereber), la Panthera pardus saxicolor (Leopardo iraní y persa, Sudoeste de Asia), la Panthera pardus orientalis (Leopardo del Amur, Extremo oriente ruso, norte de China, Corea), la Panthera pardus japonensis (Leopardo de China del Norte), la Panthera pardus fusca (Leopardo indio, Pakistán sureste, Nepal), la Panthera pardus delacouri (Leopardo indochino, sudeste de Asia continental), la Panthera pardus melas (Leopardo de Java, Isla de Java); la Panthera pardus kotiya (Leopardo de Sri Lanka, Sri Lanka) y la Panthera pardus nimr (Leopardo árabe, península arábiga).

Joven ejemplar melanico de Panthera pardus © Giuseppe Mazza

Joven ejemplar melanico de Panthera pardus © Giuseppe Mazza

Otros autores añaden ulteriores subespecies, tales como: la Panthera pardus pardus (Leopardo africano), la Panthera pardus shortridgei (Leopardo África central), la Panthera pardus suahelica (Leopardo África oriental), la Panthera pardus melanotica (Leopardo del Cabo), la Panthera pardus ituriensis (Leopardo de Congo), la Panthera pardus nanopardus (Leopardo de Somalia), la Panthera pardus antinorii (Leopardo de Eritrea), la Panthera pardus reichinowi (Leopardo África occidental), la Panthera pardus chui (Leopardo de Uganda), la Panthera pardus adersi (Leopardo de Zanzíbar) y la Panthera pardus leopardus (Bosques de África occidental).

Se piensa que el Leopardo indio ( Panthera pardus fusca) puede a su vez ser dividido en ulteriores dos subespecies: el Leopardo de Cachemira (Panthera pardus millardi) y el Leopardo de Nepal (Panthera pardus pernigra).

Y hasta hace 30 años, algunos biólogos consideraban fragmentable en ulteriores subespecies el Leopardo persa ( Panthera pardus saxicolor ), y hablaban de la Panthera pardus tulliana (Leopardo de Anatolia), la Panthera pardus ciscaucasica (Leopardo de Cáucaso), la Panthera pardus sindica (Leopardo de Baluchistán), la Panthera pardus dathei (Leopardo de Persia central) y la Panthera pardus jarvisi (Leopardo de Sinai).

Por fin existen también híbridos interespecíficos de leopardo-león o leopardo-puma (leopuma), obtenidos en cautiverio, en el contexto de los zoológicos. Las diferencias, que se refieren a tamaño, composición y coloración del manto, a menudo son poco evidentes, y el debate todavía sigue abierto.

El organismo internacional responsable de la taxonomía zoológica (ICZN) parece preferir la clasificación en las nueve subespecies principales, mencionadas arriba.

Digamos enseguida que el debate sobre el melanismo del leopardo, inducido por una mutación a cargo de un gen recesivo, ha sido ampliamente desarrollado en la ficha del Panthera onca, recordando que la frecuencia de melanismo es más alta en los jaguares (mutación a cargo de un gen dominante) que en los leopardos, y que generalmente se trata de ejemplares endémicos de biotopos forestales.

En África el Panthera pardus es llamado leopardo, en Asia pantera © G. Mazza

En África el Panthera pardus es llamado leopardo, en Asia pantera © G. Mazza

Añadimos que el leopardo tiene una densidad de población más importante en África que en Asia, dónde la intensa deforestación le hace cada día más difícil la permanencia. La relación hombre-leopardo tiene, a continuación, un vínculo profundo. Desde el siglo pasado, los leopardos fueron criados, de hecho, para la caza de animales de gran talla como el Búfalo cafro (Syncerus caffer), el hipopótamo (Hippopotamus amphibius) o incluso el Elefante (Loxodonta africana e Elephas maximus ), no porque sean capaces de matarlos, sino para desencovarlos, debido a su increíble sentido del olfato, el oído y la perfecta visión nocturna.

En realidad sea en África, que en Asia, se han registrado intentos de ataque por parte de un Panthera pardus a cargo de hipopótamos, búfalos cafros y elefantes, dependiente de situaciones de falta alimenticia tan marcada y prolongada, tales de empujarlos a arriesgar. Además a nivel etnológico, algunas tribus africanas, en particular de Congo, Kenia, Tanzanía, idolatran este animal hasta convertirlo en un símbolo. Se habla así de «hombres leopardo», verdaderas sectas de guerreros como los «hombres león», los «hombres babuino» y los «hombres hipopótamo». Menos afortunado que el jaguar, el leopardo tiene un gran número de enemigos en el entorno donde vive. Grandes animales como hipopótamos, elefantes, búfalos o rinocerontes, que tuvo la imprudencia de atacar, y depredadores como leones, hienas, perros licaones, cocodrilos y tigres.

Zoogeografia

Los leopardos son endémicos de África subshariana, con densidad mayor en la zona ecuatorial, y en Asia continental con las anexas islas como Java y la Sonda, pero pueden encontrarse esporádicamente también en el desierto del Sahara, en las mesetas del Atlas marroquí y en zonas desérticas de Tunicia y Argelia. También han sido observados en Asia menor, Turquía, Corea y Manchuria. La pantera negra encuentra su máxima densidad en los bosques tropicales de Java.

Hábitat-Ecología

Estos animales tienen una fisiología y una ecología alimenticia tan adaptable de poder vivir en casi todas las posibles combinaciones de hábitats y ecosistemas. Se pueden encontrar en las selvas pluviales tropicales de hoja perenne, en las zonas desérticas, en las regiones pedregosas y rocosas, en las zonas pantanosas a cañaverales, a lo largo de los ríos, en regiones nevadas, llanuras y sabanas hasta llegar a varios miles de metros sobre el nivel del mar. Ellos se encuentran en el bush y generalmente en las zonas boscosas africanas y asiáticas.

Cachorro de leopardo a la entrada de la madriguera © Giuseppe Mazza

Cachorro de leopardo a la entrada de la madriguera © Giuseppe Mazza

Como el jaguar, el leopardo pasa gran parte de su tiempo sobre un árbol, tumbado entre las ramas, dónde descansa y a menudo arrastra los restos de sus presas, para alimentarse tranquilamente cuando tiene hambre. Caza preferentemente en tierra antílopes, gacelas, impalas y otros pequeños herbívoros, pero cuando los recursos se hacen escasos, busca sobre los árboles a pequeñas presas como ardillas y volátiles, pero también grandes monos como el Chimpancé ( Pan troglodytes ), y puede depredar, a lo largo de los cursos de agua, gaviales, peces, anfibios, y aves acuáticas. Los leopardos nadan bien, pero les encanta el agua mucho menos que al jaguar y al tigre. A diferencia de estos, no siguen casi nunca, de hecho, las presas que huyen dentro de un curso de agua.

Una curiosidad. El leopardo es uno de los poco carnívoros de la sabana africana que tiene el coraje para atacar y matar a un puercoespín ( Hystrix cristata ). Hasta los leones prefieren en efecto evitarlo debido a los enormes aguijones. Y no se equivocan, porque el pobre leopardo, después de la comida, a menudo se encuentra cubierto de aguijones. Algunos se caen, pero otros pueden introducirse en las carnes del animal en movimiento. Penetran hasta 3 cm al día y cuando alcanzan un órgano vital como el corazón y el hígado, el leopardo es vencido. Por tanto, en cierto sentido, el puercoespín toma venganza.

Morfofisiología

La altura a la cruz de los leopardos de aproximadamente 70 cm. El macho puede alcanzar los 190 cm de largo y a la hembra 140 cm, incluyendo las colas, que alcanzan fácilmente los 70 cm y sirven a estar en equilibrio sobre las ramas de los árboles.

Un macho pesa mediamente 60-70 kg, la hembra 40-50 kg. En naturaleza viven en media 12 años; en cautiverio, dónde se reproducen muy bien, hasta 23.

Devoran en la primera comida, acerca de 5 kg de la presa matada. Luego llevan la carcasa sobre un árbol, para impedir a leones, licaones, tigres y hienas robarla. También la comen cuando ya la carne está en putrefacción y no desdeñan los descartes abandonados por otros predadores. Son por lo tanto reales barrenderos.

El leopardo tiene una gran capacidad de adaptación alimenticia © Giuseppe Mazza

El leopardo tiene una gran capacidad de adaptación alimenticia © Giuseppe Mazza

El manto es de color amarillento, con numerosas manchas negras, redondas y llenas. Son digitígrados, tienen garras retráctiles y caminan silenciosamente sobre los cojinetes, sorprendiendo a sus presas.

Como todos los felinos, poseen un excelente olfato, una vista conformada con la oscuridad y un oído muy fino. Aunque menos robustos que un jaguar o un león, los leopardos son todavía muy fuertes. Basta pensar que con su poderosa mandíbula logran transportar sobre los árboles, a varios metros de altura, presas mucho más pesadas que ellos, como por ejemplo una antílope.

Antílope y gacelas son su alimento básico. Las siguen, o caen de lo alto a los lomos, para ahogarlas luego con un mordisco a la garganta. Se nutren enseguida del hígado, del corazón y de los muslos, guardando lo que queda como hemos visto arriba. Prefieren la caza nocturna, pero no es raro verlos también depredar de día.

Etología-Biología Reproductiva

Los leopardos son animales solitarios, como el tigre y el jaguar. Viven en áreas con dimensiones de 5-25 km2, con los límites indicados por repetidas micciones y arañazos característicos sobre los troncos de los árboles. Ellos pueden rugir, pero su verso es menos potente que aquel de un león. Por lo tanto, contrariamente al rey de la sabana, no usan señales vocales para marcar el territorio.

Si un macho transita velozmente en el de otro específico no es atacado, pero cuando la estancia es prolongada, la lucha es inevitable. Por lo general, los machos se acercan enseguida a las hembras en celo. Huelen la vagina y el ano, prueban sus orinas para percibir de ellas la receptividad y establecer el estado de salud, a continuación empieza el acoplamiento que, como ocurre con el león, el jaguar y el tigre, es constituido por cortas cópulas en secuencia. Después del acoplamiento el macho queda algunos días con la hembra, y luego la abandona. La hembra pare y cría sóla a los cachorros.

Los leopardos a menudo llevan las presas en un lugar seguro sobre un árbol © G. Olivo

Los leopardos a menudo llevan las presas en un lugar seguro sobre un árbol © G. Olivo

Tiene una placenta endoteliocoriónica con estructura zonaria, tiene partos múltiples, dando a luz de uno a seis cachorros. Los pequeños delgados, que no superan los 500 gr al nacer, son dejados morir de la madre. No los amamanta, aplicando un tipo de selección eugenésica, extremadamente triste ! Generalmente sobreviven 1-2 cachorros a parto.

La hembra los cuida amablemente, amamantándolos por unos tres meses. Cuando va en busca de comida, para alimentarse y producir la leche, los deja escondidos en una madriguera.

Hacia el tercer mes comienza el destete. Aunque ya saben caminar a pocos días después del nacimiento, es sólo entonces que los lleva en las batidas de caza. Deben observar y aprender lo más pronto posible como procurarse la comida y defenderse. A ocho meses ya son capaces de matar pequeños herbívoros, ardillas, pequeños antílopes y reptiles. En presencia de una manada de hienas o licaones, una madre con dos cachorros, por cuánto sea fuerte y luche, casi siempre logra sólo salvar uno de ellos, llevandoselo por el cogote.

Los cachorros viven con la madre durante un año y medio, luego inician su vida independiente. La madre, entrando en celo, es de nuevo capaz de emparejarse, mientras durante la crianza de la prole es refractaria desde el punto de vista reproductivo. Con un régimen muy variado, antílopes y gacelas de preferencia, sino también monos, peces, reptiles, anfibios y aves, los leopardos deben ser clasificados entre los eurifagos.

Esta gran capacidad de adaptación alimenticia, en comparación con otros felinos y animales, les hizo más resistentes a la disminución de población y por lo tanto al peligro de extinción. Sin embargo, en ciertas áreas, especialmente las asiáticas, el leopardo debe hacer frente a la deforestación que reduce al mismo tiempo su areal o home-range, para no hablar del número de las presas (herbívoros, ungulados, reptiles, aves) en continua disminución. El estrés es tal que sea los especímenes melánicos que el wild-type, como las varias subespecies endémicas de aquellos biotopos, están presentes en Lista Roja de Especies Amenazadas de la IUCN.

 

→ Para informaciones generales sobre Felidae ver aquí