Rupicola peruvianus

Familia : Cotingidae

GIANFRANCO.gif
Texto © Dr. Gianfranco Colombo

 


Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende

 

Colorido, pero camuflado en mi forma, emergí repentinamente, como un fantasma, de las inaccesibles selvas tropicales de Sudamérica.

Colorido, pero camuflado en mi forma, emergí repentinamente, como un fantasma, de las inaccesibles selvas tropicales de Sudamérica © Giuseppe Mazza

No sorprende que Perú, la nación con mayor densidad de especies de aves en el mundo, haya elegido como emblema nacional al Gallito de las Rocas peruano, este simpático y colorido pájaro que habita en las laderas de la cordillera de los Andes.

Es raro verme, y aún más reconocerme, porque vuelo rápido, salto velozmente entre las ramas y tengo un perfil inusual, no siempre fácil de leer.

Es raro verme, y aún más reconocerme, porque vuelo rápido, salto velozmente entre las ramas y tengo un perfil inusual, no siempre fácil de leer © Giuseppe Mazza

Si bien Perú alberga loros de bellísimos colores, pájaros carpinteros con espectaculares plumajes, atrapamoscas y colibríes multicolores, la elección recayó en este paseriforme.

Aquí ya parezco más normal. Soy el esquivo Gallito de las rocas peruano (Rupicola peruvianus), llamado así por el penacho aplanado de plumas con forma de cresta de gallo en mi cabeza.

Aquí ya parezco más normal. Soy el esquivo Gallito de las rocas peruano (Rupicola peruvianus), llamado así por el penacho aplanado de plumas con forma de cresta de gallo que adorna mi cabeza © Giuseppe Mazza

En efecto, las características morfológicas de esta ave son bastante extrañas y por sí solas merecerían este reconocimiento, pero si a eso le sumamos sus fantásticos colores y, sobre todo, su pertenencia casi preeminente al área peruana, el codiciado premio está más que merecido.

El Gallito de las rocas peruano o simplemente Gallito de las Rocas (Rupicola peruvianus Latham, 1790) debe su nombre al penacho semicircular de plumas que porta en la cabeza y que recuerda la cresta de un gallo.

Su aspecto morfológico inusual, sus llamativos colores y, sobre todo, su casi exclusiva presencia en territorio peruano justifican plenamente este reconocimiento.

Pertenece al orden Passeriformes y a la familia Cotingidae, que agrupa aves sudamericanas de vivos colores.

Algunos autores proponen incluirlo en una familia propia, los Rupicolidae.

Su congénere más próximo es el Gallito de las Rocas Guyanés (Rupicola rupicola), con el que comparte parcialmente el área septentrional de distribución.

El nombre vulgar “gallito” o “cock of the rock” no tiene relación con el Gallo doméstico (Gallus gallus), aunque tanto el comportamiento como la cresta de este ave inspiraron a los primeros exploradores europeos a otorgarle tal apelativo.

La asociación con las rocas proviene de su hábito de nidificar en paredes rocosas y cavidades.

Aquí está mi hembra. Rupicola peruvianus anida entre las rocas, y este hábito le da su apodo.

Aquí está mi hembra. Anida entre las rocas, y este hábito le da su apodo © G. Mazza

El nombre genérico Rupicola proviene del latín «rupes», roca, y «cola», habitante.

El epíteto peruvianus hace referencia al área donde es más frecuente.

Nombres comunes en otros idiomas: Inglés: Andean Cock of the Rock, Alemán: Andenfelsenhahn’ Italiano: Galletto di roccia delle Ande, Francés: Coq-de-roche péruvien’ Portugués: Galo-das-rochas-dos-Andes.

Inicialmente, esta especie fue asignada al género Pipra (Pipra peruviana), término griego retomado por Aristóteles para designar a pequeños pájaros coloridos nunca identificados

Zoogeografía

El Gallito de las Rocas , como indica su nombre común, habita en la franja asociada a la parte septentrional de la célebre cordillera sudamericana, desde el occidente de Venezuela hasta Bolivia, siguiendo un amplio arco que reproduce fielmente la línea montañosa andina.

En la zona norte de su área de distribución entra parcialmente en contacto con su congénere y análogo, el Gallito de las Rocas Guyanés (Rupicola rupicola).

Se encuentra principalmente en la vertiente oriental de la cordillera, en la zona cubierta por la selva húmeda que desciende progresivamente hasta el valle del Amazonas y las cuencas de los diversos ríos que bajan desde estas montañas.

Al requerir ambientes densamente boscosos, los altiplanos desprovistos de vegetación y la aridez de la vertiente occidental constituyen una barrera natural infranqueable, que le impide alcanzar la costa del océano Pacífico.

Su rango altitudinal máximo llega aproximadamente a los 2.500 m. Es un ave residente, que difícilmente se desplaza del bosque donde nació.

Yo, en cambio, adoro la vegetación y vivo feliz en las copas de los árboles, donde me alimento de fruta.

Yo, en cambio, adoro la vegetación y vivo feliz en las copas de los árboles, donde me alimento de fruta © Giuseppe Mazza

Del Gallito de las Rocas se han descrito cuatro subespecies, principalmente vinculadas a la región geográfica que ocupan y a la mayor o menor intensidad de su plumaje:

Rupicola peruvianus peruvianus propia del Perú; Rupicola peruvianus aequatorialis del área norte de la distribución; Rupicola peruvianus sanguinolentus correspondiente a la zona intermedia entre las anteriores; Rupicola peruvianus saturatus del extremo sur del rango de distribución.

Ecología-Hábitat

El Gallito de las Rocas es un ave bien conocida por todos los habitantes de Sudamérica, aunque pocos han tenido la fortuna de observarla directamente en la naturaleza.

Habita en el interior de selvas húmedas de difícil acceso, en ambientes agrestes caracterizados por la presencia de rocas, grietas, cavernas oscuras y húmedas, zonas permanentemente afectadas por la humedad y las nieblas tropicales, pobladas por nubes de insectos molestos y animales potencialmente peligrosos. Son rincones tan densos y sombríos que incluso logran ocultar a la vista un ave de semejante belleza.

A pesar de ello, se ha vuelto famosa y reconocida por su comportamiento social, que durante el periodo reproductivo la lleva a reunirse en numerosos y ruidosos grupos de machos, verdaderos “lekks”, que llenan de color y bullicio apartados rincones de la selva. En los demás periodos es un ave muy esquiva y difícil de observar, pues se desplaza habitualmente entre árboles bajos y frondosos, y solo de manera ocasional asciende a las copas para alimentarse de frutos maduros. Con la misma rareza puede avistarse al atravesar fugazmente espacios abiertos para superar cursos de agua o valles estrechos.

Para atraer a las hembras, destaco con saltos y acrobacias en la gran reunión de machos de Rupicola peruvianus para la cría.

Para atraer a las hembras, destaco con saltos y acrobacias en la gran reunión de machos para la cría © Giuseppe Mazza

A menudo se perciben como un relámpago anaranjado, rapidísimo e imperceptible, que cruza con alas plegadas el fondo verde intenso de la selva.

La necesidad de vivir en ambientes rocosos con grietas y cavernas, incluso parcialmente subterráneos, está determinada de manera exclusiva por sus requerimientos de nidificación.

Morfofisiología

El Gallito de las rocas es un ave muy colorida y de formas muy peculiares, imposible de olvidar una vez encontrada.

Mide más de 30 cm de longitud, con un peso de 250 g y una envergadura alar de unos 45 cm.

El dimorfismo sexual en esta especie es muy marcado, hasta el punto de que los dos sexos pueden parecer aves diferentes.

La hembra es de color pardo, ligeramente matizado con tonos anaranjados, con pico marrón rosado y patas grisáceas.

En la parte anterior de la cabeza presenta una pequeña protuberancia a modo de cresta fija, debida a la prolongación de las plumas que, naciendo desde la base del pico, se extienden hasta el ápice cefálico sin alcanzar la nuca.

Esta característica se encuentra mucho más acentuada en el macho, motivo por el cual recibió el nombre vulgar de “gallito”. La cresta tiene forma de media luna perfecta, que en la parte anterior cubre y oculta el pico, de modo que, vista de perfil, hace indistinguible la frente de la nuca. El macho tiene todo el cuerpo, cresta incluida, de un intenso color anaranjado, a veces tendente al rojo, que resalta con gran espectacularidad frente al negro azabache de las cobertoras alares, rémiges primarias y cola.

Las hembras de Rupicola peruvianus observan, eligen y rozan a su elegido con el pico. El apareamiento es fugaz, y luego huyen para siempre. Construyen sus nidos, pegados con hierba, musgo y barro en una pared vertical como golondrinas o en la oscuridad de cuevas donde su plumaje marrón pasa más desapercibido.

Las hembras de Rupicola peruvianus observan, eligen y rozan a su elegido con el pico. El apareamiento es fugaz, y luego huyen para siempre. Construyen sus nidos, pegados con hierba, musgo y barro en una pared vertical como golondrinas o en la oscuridad de cuevas donde su plumaje marrón pasa más desapercibido © Giuseppe Mazza

Las rémiges secundarias, en cambio, son claras, de un tono gris ceniza que destaca notablemente en contraste con el negro de las alas, formando, cuando estas se encuentran entreabiertas, una ancha franja lineal que recorre la parte inferior del dorso.

Esta característica diferencia al Gallito de las Rocas Andino del Gallito de las Rocas Guyanés (Rupicola rupicola), que en cambio presenta el dorso casi completamente anaranjado.

El pico y las patas son amarillentos. Los ojos de la hembra son generalmente blanquecinos, mientras que en el macho existe una amplia variabilidad cromática que va desde el blanco perla hasta el rojizo, según la edad y la subespecie.

Etología-Biología reproductiva

El comportamiento social del Gallito de las rocas durante el periodo reproductivo es muy característico y común a aquellas especies de aves en las que el papel del macho se limita únicamente al apareamiento, sin preocuparse de la hembra ni de la cría resultante.

Al otro lado del mundo encontramos un comportamiento análogo en los llamados aves del paraíso, como en Paradisaea minor.

La naturaleza, a menudo, puede mostrarse muy “cínica”, y lo que los humanos entendemos como amor —un vínculo esencial para la continuidad común de la especie y la cooperación necesaria para el crecimiento de la descendencia— no siempre resulta determinante para obtener un éxito reproductivo seguro.

Llegado el momento de la nidificación, todos los machos de una zona se reúnen en un punto específico del bosque para mostrar sus habilidades de cortejo. A su vez, todas las hembras de los alrededores acuden para escoger al más vigoroso de los machos.

Se forma entonces una arena ruidosa, alegre y caótica, donde los machos se desplazan frenéticamente de rama en rama, bajan al suelo y vuelven a elevarse, mientras las hembras observan inmóviles, como si estuvieran en las gradas de un teatro.

No empollo, no alimento a mis crías con insectos ni pequeños vertebrados. Sigo aquí, patrullando: aunque empiece a llover, podrían llegar otras hembras.

No empollo, no alimento a mis crías con insectos ni pequeños vertebrados. Sigo aquí, patrullando: aunque empiece a llover, podrían llegar otras hembras © Giuseppe Mazza

Con frecuencia, los machos se posan en los escasos lugares donde los rayos del sol atraviesan el dosel, resaltando aún más un plumaje que ya de por sí resulta llamativo incluso en la penumbra del sotobosque.

Cuando la hembra ha elegido a su pareja, se acerca al macho seleccionado, a menudo tocándolo suavemente con el pico como confirmación de la elección.

¿Y qué hay mejor que un chaparrón y desaparecer entre la espuma? ¿Soy o no soy el elfo del bosque?

¿Y qué hay mejor que un chaparrón y desaparecer entre la espuma? ¿Soy o no soy el elfo del bosque? © Giuseppe Mazza

El apareamiento ocurre rápidamente: un instante de contacto para perpetuar la especie, y luego cada uno sigue su camino.

La hembra se interna de inmediato en la selva, mientras el macho permanece en el lugar para intentar atraer a otras.

A partir de ese momento, la hembra se encarga por completo de la construcción del nido y la crianza.

El nido, en forma de media copa, se elabora con hierbas, musgo y barro, adherido a una pared rocosa vertical, incluso a baja altura, o en el interior de una cueva oscura.

El color críptico del plumaje de la hembra, combinado con el material constructivo del mismo tono que el sustrato y la ubicación en rincones sombríos de la selva, hace que el nido resulte prácticamente invisible.

La puesta consta generalmente de dos huevos. La incubación dura en promedio cuatro semanas, y los polluelos permanecen en el nido otras 6-7 semanas.

El Gallito de las rocas se alimenta principalmente de frutas, pero durante la cría complementa su dieta con insectos, reptiles, anfibios e incluso pequeños roedores. Al consumir una gran variedad de frutos y expulsar las semillas aún viables, desempeña un papel clave en la dispersión de especies vegetales de la selva.

Carece de muchos enemigos naturales y desde 2018 Rupicola peruvianus aparece como “LC, Least Concern”, ​​es decir como “Preocupación Menor”, ​​en la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN.

Sinónimo

Pipra peruviana Latham, 1790.

 

→ Para apreciar la biodiversidad de las PASSERIFORMES clicar aquí.