Torgos tracheliotus

Familia : Accipitridae

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Texto © Dr. Gianfranco Colombo

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

Torgos tracheliotus, Accipitridae, buitre orejudo, Buitre nubio

Cuando hay un cadáver que descarnar el Torgos tracheliotus, dado su tamaño, tiene prioridad absoluta y el Gyps africanus, a la derecha, debe esperar su turno © Mazza

El Buitre orejudo (Torgos tracheliotus Forster, 1791) pertenece al orden de los Accipitriformes y a la familia Accipitridae.

En italiano y otros idiomas también se le conoce como Buitre nubio, dado que se consideraba que era originario de Egipto y el valle del Nilo.

Es un buitre de grandísimas dimensiones, pudiendo ser considerado uno de los más grandes necrófagos del Viejo Mundo junto al famoso Qubrantahuesos (Gypaetus barbatus), que lo supera solo en envergadura, al Buitre de El Cabo (Gyps coprotheres) y al Buitre negro (Aegypius monachus) que en ocasiones lo superan en peso.

Es fácilmente distinguible en vuelo tanto por sus dimensiones como por su pesadez al emprenderlo, pero es en el suelo, junto a los otros buitres, donde se muestran realmente las diferencias de su estructura.

Es también muy agresivo, sin que haya adversario que le venza cuando llega a un cadáver, donde cuenta con absoluta prioridad incluso por parte de los chacales, que lo temen y lo respetan.

A pesar de esta agresividad nunca se muestra impaciente por acceder al banquete, aunque el resto de buitres sí que parecen cederle voluntariamente el paso, no tanto por el respeto a su tamaño, sino porque es el único capaz de desgarrar la piel coriácea de algunos cadáveres para tener acceso a las partes blandas de este.

Su enorme pico es una de las herramientas más adaptadas a desarrollar esta operación, consiguiendo rasgar de manera increíble, como unas tijeras, piezas enteras de piel e, incluso, los tendones de la víctima.

El buitre orejudo gusta de alimentarse de las partes duras del cadáver, especialmente de piel, nervios y cartílagos más que de carne putrefacta por lo que a menudo espera a que otros se coman las vísceras y otras partes blandas para tener un acceso facilitado a tales delicadezas.

Su nombre vulgar, así como el científico, deriva de los particulares apéndices carnosos de color rojo o rosado que muestra en la cara y parecen orejas postizas.

La etimología del nombre científico proviene del griego “torgos”=buitre y de “trakhelia”=cartílago, excrecencia y “ous-otus”=orejas.

También los nombres dados en Europa resaltan esta característica. En inglés Lappet-faced vulture o Arabian vulture, en francés Vautour oricou o d’Arabie, en italiano Avvoltoio orecchiuto, en alemán Ohrengeier y en japonés el ingenioso Mimihidahagewashi (buitre de oreja doblada).

Taxonómicamente este buitre es la única especie asignada al género Torgos aunque antes era emparejado con el Buitre cabecirrojo (Sarcogyps calvus).

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Le encanta comer las partes duras del cadáver, dejando a otros la carne pútrida. Con su enorme pico puede desgarrar cual tijera piel, cartílagos y tendones © Giuseppe Mazza

Zoogeografía

El buitre orejudo presenta una amplia distribución aunque poco densa.

Está presente en toda el África subsahariana exceptuando algunas poblaciones en el sur de Egipto y en Mauritania, siendo más raro en la vertiente central atlántica, particularmente en las zonas cubiertas por selva. Está extinto en todo el norte de África.

Se encuentra también en Oriente Medio con una subespecie endémica (Torgos tracheliotus negevensis) que ocupa el desierto del Negev israelí y la parte meridional de la península Arábiga.

La subespecie africana es, por contra, Torgos tracheliotus tracheliotus de colores más oscuros que la asiática.

Alimentándose de cadáveres, a menudo de animales muertos por envenenamiento, acumula en el organismo cantidades de pesticidas suficientes como para dejarlo, en un principio, estéril y, poco a poco, llevarlo a la muerte por envenenamiento.

También las molestias causadas por el hombre en los lugares de nidificación han provocado el abandono de estos sitios hasta despoblar por completo algunas áreas ocupadas.

Por último pero no por ello menos importante, la fuerte reducción, por no decir el abandono, de la ganadería bovina en el Sahel durante las últimas décadas, debida al empeoramiento de las condiciones atmosféricas siendo sustituida en parte por explotaciones ovinas, ha provocado una drástica disminución de grandes cadáveres y, por tanto, un consiguiente alejamiento de este buitre de estas zonas.

Se estima que el número total de ejemplares ronda los 9.000 ejemplares en toda su distribución.

Hábitat

Habita sabanas y llanuras áridas con matorral espinoso y cursos de agua secos orlados de acacias y escarpadas orillas rocosas. Es un amante de las áreas abiertas y predesérticas con pocos árboles, poca vegetación herbácea y preferiblemente deshabitadas y bien lejanas de cualquier núcleo urbano.

Solo cuando está buscando de carroña puede sobrevolar cualquier tipo de ambiente e incluso la periferia de un centro habitado donde a menudo sigue los trazados de las calles en busca de alguna víctima ocasional del tráfico. Vive normalmente en llanuras pero puede llegar, en los altiplanos etíopes, a sobrepasar los 4.000 m de altitud.

Es un ave solitaria y solo rara vez puede ser encontrado en pequeños grupos en las proximidades de grandes cadáveres de animales. En toda su área de distribución está en fuerte disminución con verdaderas extinciones en distintas zonas de ocupación histórica.

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Con 8 kg de peso, a pesar de sus 250 cm de envergadura, tiene un despegue pesado. La vista es excepcional, mejor que otros buitres. Cuando está cerca es el primero en bajar. Ataca también a animales vivos sin dificultad © Gianfranco Colombo

Morfofisiología

Con una envergadura de 250 cm, un peso de alrededor de 8 kg y una longitud de más de 110 cm el buitre orejudo tiene pocos rivales entre sus parientes. También este buitre, como muchos necrófagos, presenta la cabeza desnuda para evitar ensuciarse las plumas con los fluidos orgánicos que manan de la carroña durante su alimentación. La cabeza puede ir desde el rojo encendido hasta el rosa pálido. Normalmente el rojo está más acentuado en los ejemplares que habitan el sur del continente africano mientras que se atenúa conforme se avanza hacia el norte de su área de distribución.

Los jóvenes son mucho más oscuros y la parte desnuda de la cabeza no muestra ningún color destacado. El color es completamente negruzco salvo por el pecho que contrasta en blanco con grandes bandas negras creadas por las largas plumas que cuelgan de la gola. También la parte inferior del ala es de color negro con dos bandas de color blanco níveo bien marcadas a lo largo del borde superior de las alas.

A pesar de pertenecer a la categoría de los carroñeros de la sabana este necrófago demuestra su innata agresividad atacando a menudo a pequeños animales heridos o en mal estado de salud, saqueando nidos de aves más débiles como el caso de las frecuentes incursiones en las colonias de flamencos sin desdeñar entretanto los grandes insectos y pequeños roedores que encuentre. No está provisto de un agudo olfato como otros buitres, pero está dotado de una vista seguramente más potente, siendo a menudo él el que encuentra en primer lugar el cadáver y conduce al objetivo a diversos grupos de buitres que sobrevuelan juntos la sabana. Durante la alimentación puede ingerir hasta un kilo y medio de comida sin problema alguno.

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El nido, un amasijo de ramas secas y maleza de 70 cm de alto y 2 m de ancho, es colocado en las ramas altas de una acacia. Los huevos son incubados de 6 a 8 semanas por ambos padres y los pollos abandonan el nido unos 4 meses tras nacer. Es una especie cada vez más amenazada por el hombre contando solo con 9.000 ejemplares © Colombo

Biología reproductiva

El buitre orejudo es un animal solitario y no anida en colonias como otros congéneres y cuando, ocasionalmente, se da esta circunstancia los nidos están siempre relativamente distantes unos de otros.

Solo durante la alimentación se pueden reunir en grupos a veces numerosos pero que vuelven a la soledad habitual una vez terminado el almuerzo.

Esta especie de buitres solo puede reproducirse tras su quinto año de edad y, mientras, además de alcanzar la madurez, aprenden todas las técnicas necesarias para sobrevivir en un ambiente tan hostil.

El nido es generalmente colocado sobre un gran árbol, especialmente en una acacia, donde acumula una gran cantidad de material, normalmente de ramas secas y maleza, suficientes como para crear una plataforma de dos metros de ancho y hasta 70 cm de altura.

En ocasiones construye más de un nido, usándolos de manera rotatoria en los sucesivos años.

Pone usualmente dos huevos que son incubados por ambos progenitores durante un periodo de entre 7 y 8 semanas. La permanencia de los pollos en el nido es bastante larga, pudiendo superar los 4 meses antes de emprender por primera vez el vuelo, pero la independencia total de los jóvenes puede no alcanzarse hasta pasado un año de su vida. Justo por este motivo la nidificación del buitre orejudo a menudo no sigue reglas anuales bien precisas.

Sinónimos

Aegypius tracheliotus Forster, 1791; Vultur tracheliotus Forster; 1791 Torgos tracheliotos Forster, 1791.

 

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