Viscum album

Familia : Santalaceae

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Texto © Eugenio Zanotti

 


Traducción en español por el Prof. José Campos

 

Viscum album, Santalaceae, muérdago común

Viscum album es una planta epífita euroasiática muy ramificada, de aspecto arbustivo © Giuseppe Mazza

El género Viscum (que tras una reciente revisión filogenética se incluye en la familia Santalaceae) comprende, según distintos autores, de 70 a 100 especies nativas de las regiones templadas y tropicales de Europa, Asia, África y Oceanía.

El muérdago común (Viscum album L. 1753) presenta una distribución euroasiática (de Europa a Japón).

El nombre genérico viene del griego «ixós», y del latín «viscum», muérdago (de viscosus, a, um, por el líquido pegajoso contenido en las bayas); «album» procede de la palabra latina homónima que significa blanco.

Especie plurianual, es una pequeña planta arbustiva, glabra, muy ramificada, epífita (crece sobre diversas especies de árboles y arbustos) y hemiparásita (planta verde equipada con clorofila, autótrofa, que obtiene parte de las sustancias alimenticias mediante fotosíntesis, pero que absorbe el agua y las sales minerales de la savia de la planta hospedadora).

Es un arbusto con tallos y ramas leñosos, de aspecto globoso, con diversos nombres vernáculos (muérdago, liga, marojo, muérdago blanco, visco, etc.), conocido desde la antigüedad y rodeado de cientos de leyendas y tradiciones. Planta de unos 20 a 50 (<100) cm, con tallos leñosos, cilíndricos, de ramificación dicotómica, frágiles, retorcidos, con corteza de color verde amarillento, carnosa y estriada longitudinalmente. Hojas perennes, coriáceas, carnosas, simples, opuestas, con lámina lanceolado-espatulada (1.2-1.5 x 4-5.5 cm) obtusa en el ápice y cuneada en la base, con 3-5 (7) nervios evidentes paralelos al margen foliar.

Viscum album, Santalaceae, muérdago común

Es un hemiparásito, es decir, puede realizar la fotosíntesis por sí mismo, pero necesita robar sales minerales y agua de los vasos conductores del hospedador © G. Mazza

La floración ocurre de marzo a mayo. Las flores son unisexuales, sésiles, tetrámeras, amarillas o amarillo verdosas, muy pequeñas (1-3 mm), dispuestas en densos racimos axilares o terminales.

Las flores masculinas no tienen cáliz y sus estambres están casi completamente soldados a los pétalos, con anteras dehiscentes por numerosos poros. Las flores femeninas tienen cáliz con 4 dientes y 4 pétalos.

Viscum album, Santalaceae, muérdago común

Flores masculinas sin cáliz, con estambres casi completamente soldados a los pétalos y anteras dehiscentes por poros. Las femeninas, a la derecha, con cáliz con 4 dientes y 4 pétalos © Giuseppe Mazza

La fecundación la realizan insectos (moscas, abejas, hormigas) mientras que la diseminación se confía a las aves que, ávidas de estas bayas, comen la parte viscosa y, frotándolas en las ramas de las plantas hospedadoras se deshacen de las semillas que a menudo permanecen pegadas a la corteza, listas para germinar.

Varias especies son aficionadas a las bayas de muérdago, como el mirlo común, el zorzal común, la curruca capirotada, el zorzal real y el ampelis, pero especialmente el zorzal charlo, que no por casualidad recibe el nombre científico de Turdus viscivorus, que significa zorzal que come ¡muérdago!

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Los frutos, presentes de octubre a enero, son bayas esféricas de 5-8 mm © Giuseppe Mazza

Los frutos, presentes de octubre a enero, son bayas esféricas (5-8 mm) de color perlado que contienen una sola semilla de apariencia similar a una semilla de uva o a pequeños granos de maíz pero de color verde, inmersa en un pulpa gelatinoso-viscosa (mesocarpio).

Los cazadores furtivos, cuando el muérdago se ve bien en la copa desnuda de los árboles caducifolios en invierno, recogen estas bayas pegajosas para preparar, mediante fermentación y posterior tratamiento con aceite de linaza, el «muérdago o liga de aves», apto para capturar ilegalmente aves pequeñas. Además de la subespecie nominal, que se distingue por tener semillas aplanadas lateralmente y por crecer sobre frondosas, hay también otras dos subespecies que se caracterizan por sus semillas ovaladas y por crecer sobre coníferas: subsp. austriacum, con fruto amarillento de 5-6 mm, que crece principalmente en pinos y subsp. abietis, con frutos más grandes y blanquecinos, que crece sobre abetos.

El muérdago común (subsp. album) es una planta bastante rara que crece desde las zonas bajas hasta 1200 m de altitud, especialmente sobre álamos, tilos, olmos, nogales, fresnos, sauces, serbales, falsas acacias, abedules, arces, manzanos, perales, espinos, ciruelos, almendros, etc., y lo hace insertando en los tejidos de transporte de las ramas de estas plantas hospedadoras un tipo particular de raíces llamadas haustorios, encargados de «chupar» la savia. Otra especie de la misma familia conocida como muérdago del roble (Loranthus europaeus) es similar al muérdago común en apariencia y toxicidad, pero crece casi exclusivamente sobre robles caducifolios (rara vez sobre castaños y hayas) y se diferencia por tener hojas no persistentes en invierno, menos coriáceas, con pecíolo corto, y bayas amarillentas.

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Contienen una semilla verde, inmersa en una pulpa gelatinoso-viscosa que forma el mesocarpio © Giuseppe Mazza

En la tradición celta, el muérdago se llamaba «oloaiacet» y representaba la fuerza y ​​el poder del fuego, la materialización del rayo (ya que crece en los árboles y no tiene raíces) y se consideraba una planta sagrada ya que parecía «caída del cielo».

Su recolección incluía un preciso ritual: era necesario esperar la noche de luna llena en marzo o una luna menguante en invierno, cuando el sol estaba en el signo de fuego de Sagitario, y cortar el muérdago por la base con una hoz especial de oro sostenida con la mano izquierda. Se dejaba entonces macerar en agua tomada de una fuente sagrada para obtener una bebida contra las enfermedades del cuerpo y la mente…

Su culto pagano fue absorbido por el cristianismo, que ve en el muérdago la imagen de Jesús (ejemplo de hierofanía) como reafirmación de la naturaleza solar y divina asignada a esta curiosa planta.

Cultivar el muérdago es relativamente fácil: se necesitan bayas recogidas a finales de otoño o en invierno y un árbol adecuado (preferiblemente un frutal como manzano, peral, cerezo), se buscan pequeñas grietas en la parte inferior de las ramas orientadas al sur, se sacan las semillas con pinzas y se encajan en esas grietas. También se puede hacer un injerto de escudete, mediante una rama de muérdago con un par de hojas y con la base cortada en bisel, que se inserta debajo de la corteza de la planta hospedadora por medio de una incisión en forma de T; después se cubre con masilla y se ata.

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Los pájaros dispersan las semillas (aumentadas a la izquierda) que caen adhiriéndose a troncos y ramas. Emitirán raíces, llamadas haustorios, para chupar la savia © Giuseppe Mazza

Desde el punto de vista forestal, debe recordarse que un ataque masivo de muérdago puede retrasar en los árboles el crecimiento en altura y el engrosamiento del tronco, y causar la depreciación de la madera debido a las pequeñas cavidades creadas por los haustorios en caso de árboles jóvenes parasitados. Las ramas y hojas del muérdago contienen el alcaloide viscol (o viscalbina), el glucósido viscoflavina, el polipéptido viscotoxina, saponósidos triterpénicos, inositol, colina, lectinas, propilcolina, quercitrina, polisacáridos, manitol, galacturonanos, arabinogalactanos, vitamina C, etc.

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Una bifurcación cada año. Bayas venenosas, pero con propiedades medicinales © Giuseppe Mazza

Las preparaciones a base de muérdago se recomiendan para reducir la presión arterial, para la nefritis arteriosclerótica intersticial crónica con retención de nitrógeno y ateromas, para la albuminuria del embarazo y como antiespasmódico en el asma bronquial, tosferina y tos espasmódica, y como anticonvulsivo en la epilepsia. Para uso externo, las decocciones son útiles para curar sabañones.

También se ha demostrado una acción antineoplásica y estimulante de las defensas orgánicas de las lectinas aisladas del muérdago, que aún es objeto de investigaciones específicas, pero que ya está respaldada en el núm. 3, año XIII de la “Rivista di Biochimica e Terapia» publicada en Roma en 1943. Recuerdo y enfatizo que las bayas de muérdago son tóxicas y que el envenenamiento causa náuseas, vómitos, dolor abdominal, midriasis (dilatación de la pupila), disminución del ritmo cardíaco y espasmos musculares. ¡La dosis letal varía de 10 a 20 bayas! En cualquier caso, cualquier empleo del muérdago debe hacerse bajo una estricta supervisión médica y no se recomienda su uso en caso de terapia con anticoagulantes, antidepresivos e inmunosupresores.

Preparación:

Infusión calmante para la tos espasmódica y convulsiva

Macerar 40 gramos de hojas en un litro de agua fría durante dos horas. Luego se calienta el agua a 80 ° C y se retira del fuego, dejando infusionar durante un cuarto de hora. Beba una taza antes de las principales comidas.

Sinónimos: Viscum album Walter (1788); Viscum stellatum D. Don. (1825); Viscum album Webb (1838); Viscum laxum Boiss. & Reut. (1842); Viscum album var. laxum (Boiss. & Reut.) Fiek (1881); Viscum austriacum Wiesb. (1883); Viscum album var. abietis Wiesb. (1884); Viscum album var. pini Wiesb. (1884); Viscum album var. platyspermum R.Keller (1890); Viscum album subsp. laxum (Boiss. & Reut.) Gremli (1890); Viscum album var. austriacum (Wiesb.) Beck (1892); Viscum album var. abietis (Wiesb.) Rchb.f. (1903); Viscum album subsp. coloratum (1903) ; Viscum album var. rubroaurantiacum Makino (1904) ; Viscum album var. abietis (Wiesb.) Rouy (1910); Viscum album var. lutescens Makino (1911) ; Viscum album subsp. austriacum (Wiesb.) Vollmann (1914); Viscum alniformosanae Hayata (1916); Viscum album var. mali Tubeuf (1923) ; Viscum album var. pini (Wiesb.) Tubeuf (1923); Viscum album subsp. abietis (Wiesb.) Abrom. (1928); Viscum album var. abietis (Wiesb.) P.Fourn. (1935); Viscum album subsp. mali (Tubeuf) Janch. (1942); Viscum album subsp. abietis Janch. (1942); Viscum album subsp. pini (Wiesb.) Janchen (1942); Viscum album subsp. laxum Stoj. & Stef. (1948); Viscum album subsp. abietis (Wiesb.) O. Schwarz (1949); Viscum album subsp. austriacum (Wiesb.) O. Schwarz (1949); Viscum album var. coloratum (Kom.) Ohwi (1953).

 

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