Canistrum fosterianum

Familia : Bromeliaceae


Texto © Pietro Puccio

 


Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende

 

La especie es originaria de Brasil (Bahía), donde crece como epífita sobre los árboles de la selva tropical costera (Mata Atlântica) a bajas altitudes.

El nombre del género proviene del sustantivo latino «canistrum«, canasto, en referencia a la forma de la floración ; la especie está dedicada a su recolector, el botánico estadounidense Mulford Bateman Foster (1888–1978), quien dedicó su vida a la búsqueda, estudio y cultivo de las Bromeliaceae.

Canistrum fosterianum L.B.Sm. (1952) es una especie herbácea perenne, monocárpica (fructifica una sola vez y luego muere), acaule, epífita, constituida por una roseta en forma de embudo, de 20–30 cm de diámetro, compuesta por numerosas hojas dispuestas de forma que forman una cavidad central donde se acumula el agua de lluvia.

Las hojas son linguiformes, ovadas y ensanchadas en la base, de 18–25 cm de largo por 3–4 cm de ancho, con márgenes provistos de espinas marrones de 2–4 mm y ápice puntiagudo y espinoso son de color verde brillante en el haz, con manchas marrones dispersas, y están densamente cubiertas por escamas microscópicas grises en el envés.

La floración de Canistrum fosterianum, situada en el centro de la roseta, consta de un escapo floral erecto de 20–25 cm de largo que termina en una espiga compuesta, corta y compacta, de 4–5 cm de diámetro. Está rodeada por brácteas imbricadas, ovadas, con ápice puntiagudo de color rojo anaranjado, de 5–7 cm de largo por 5 cm de ancho, que forman una especie de copa.

Las flores son erectas, con tres sépalos desiguales, blancos con matices rosados en el ápice, de 1,5 cm de largo; tres pétalos blancos de 2,5 cm de largo; seis estambres dispuestos en dos verticilos de tres, internos a la corola; y un ovario ínfero blanco de 1 cm de largo.

Canistrum fosterianum es una epífita de la Mata Atlántica, la selva costera brasileña. La roseta, con hojas en forma de embudo de 20-30 cm, crea una cavidad central donde se recoge el agua de lluvia. La floración es una espiga compuesta, corta y compacta, de 4-5 cm de diámetro, rodeada de brácteas llameantes con ápice puntiagudo.

Canistrum fosterianum es una epífita de la Mata Atlántica, la selva costera brasileña. La roseta, con hojas en forma de embudo de 20-30 cm, crea una cavidad central donde se recoge el agua de lluvia. La floración es una espiga compuesta, corta y compacta, de 4-5 cm de diámetro, rodeada de brácteas llameantes con ápice puntiagudo © Giuseppe Mazza

Los frutos son bayas rosadas que contienen numerosas semillas fusiformes de color marrón.

Tras la floración, la planta deja de crecer y, después de un período bastante largo, se seca por completo. Sin embargo, durante ese tiempo transfiere nutrientes a las nuevas plantas que se desarrollan en su base.

Canistrum fosterianum se reproduce por semillas, colocadas superficialmente sobre un sustrato orgánico aireado y bien drenado, mantenido húmedo a una temperatura de 24–26 °C; por división de plantas cespitosas, y mediante las nuevas plantas que se forman en la base, las cuales pueden separarse cuando hayan alcanzado al menos un tercio del tamaño de la planta madre.

Es una especie de fácil cultivo, con una floración de larga duración, apta para el cultivo al aire libre en regiones tropicales y subtropicales húmedas.

Puede intentarse su cultivo, en posición resguardada, en regiones templado-cálidas más suaves, donde las temperaturas cercanas a 0 °C sean excepcionales y de corta duración.

Puede utilizarse como epífita sobre árboles o como terrestre en sustratos muy aireados y drenantes, ricos en materia orgánica, en lugares con semisombra, asegurando la presencia constante de agua no calcárea en la cavidad central.

Por su tamaño contenido, se adapta bien al cultivo en maceta para la decoración de interiores, incluso en lugares no especialmente luminosos, utilizando sustratos con las características antes mencionadas y con temperaturas mínimas invernales no inferiores a 15 °C.

En ambientes secos y con temperaturas elevadas, se puede aumentar la humedad ambiental mediante nebulizaciones con agua no calcárea a temperatura ambiente, o colocando la maceta sobre un plato ancho lleno de arcilla expandida o grava, con una capa de agua sin que esté en contacto directo con el fondo de la maceta

 

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